Una Historia Cliché

8. Íbamos a comer, no a charlar.

—¡Wuuh! —gritó hakim mientras ponía el candado en la cicla.
—Te pongo una "s".
—¿"Supera las expectativas"? No sabía que había un T.I.M.O de manejar bici —bromeó.
—¿Un... Qué?
—No puede ser que no hayas leído Harry Potter.
—Fíjate que no.
—¡Mierda! Bueno, no vinimos a cuestionar tus gustos de lectura —comenzó sentándose—... Sino de escritura —terminó mostrando la foto de una página de cuaderno, dónde con muy buena caligrafía donde, entre muchas otras cosas, decía "te amo, se mi... No. Te exijo que seas mi novio".
—¡Guarda eso! —se exaltó.
—Al estar tanto tiempo con el, no me extraña, es una persona increíble —comentó, guardando el teléfono y apoyando sus codos sobre la mesa, mirandola con una sonrisa.
—¿¡Ehh!?
—Por lo mismo, estoy seguro que sabes que no le da importancia a las palabras si no son promesas o algo así, ya sabes, el "honor" —hizo el ademán de las comillas con sus dedos—, y todas esas cosas de artistas marciales, jaja, creo que ha visto muchas películas... O mangas.
—De hecho, eso lo inculcan mucho los "grandes maestros", mi abuela también es una artista marcial.
—¿Karate, también? —arqueó la ceja izquierda.
—Claro que no, tu sabes que es brasileña, obviamente capoeira.
—El no es japonés y práctica kara...
—De hecho -lo interrumpió—, tiene ascendencia asiática —terminó encogiéndose de hombros y enrojeciendo por la mirada de su interlocutor.
—Bueno. Ahora... Lo concidero mi amigo, así que debo preguntarte... ¿Por qué él?
—Depende de a qué se refiera la pregunta —afirmó cortante.
—Mira, también me siento muy cercano a tí, hemos compartido castigos y hasta peleas, puedo notar que, en el fondo, no te conozco para nada, pero aún así, te tengo un gran aprecio —al notar la mirada de la chica, agregó—. ¡No homo!... bueno, en este caso sería "no hetero", jaja, tranquilízate.
—¿"No hetero"? —repitió en tono burlón intentando arquear una ceja. Su acompañante tragó saliva.
—No te sale —señaló su ceja—, y... bueno —dudó—... Eso, jaja —su risa demostró su incomodidad.
—Vamos a estar hablando mucho de mí, supongo, así que me deberías contar algo tuyo ¿No?
—No, yo tengo el poder aquí —dijo adoptando otra vez su semblante alegre y una sonrisa pícara moviendo el teléfono en su mano.

Alba gruñó, notoriamente molesta.

—Solo bromeaba, tranquila —se recostó en su asiento.
—Entonces...
—Sí, vale, vale, lo admito, elegí mal mis palabras, y luego no pude ocultar mi reacción, me descubriste —levantó las manos en seña de rendición.
—No me lo imaginaba.
—Bien, ya tocando el tema importante, ¿por qué lo molestas a él más que a cualquier otro?
—Yo no lo s... —intentó responder, pero fue interrumpida.
—Piénsalo seriamente.
—... —hizo ademán de responder varias veces, pero en todas se calló antes de si quiera empezar.
—¡Jajajaja! —al notar la Creciente molestia de su acompañante, siguió— ¿Puedo decirte que creo? —recibió una mirada inquisitiva.
—Procede.
—Es la persona más honorable —volviendo a imitar comillas con los dedos— que conozco, y tú... No pareces ser mala, sino... ¿Confundida?, ¿alterada, tal vez? O, ¿Herida? —se detuvo al ver la reacción de Alba a la última palabra—. Yo digo que, de manera inconsciente lo usaste para que no te permitiera hacerle un daño real, o sea, físico, a los demás. Porque no dudo que sea capaz de pararte.
—¿Ah, sí? —volvió a intentar arquear la ceja.
—Jajaja, te falta práctica —rió arqueando la propia—. Bueno, pero, ¿Qué me dices de mi perspectiva?.
—No lo sé, tal vez tengas razón, o tal vez no —dijo con tono cansado, reposando la cabeza sobre la mesa.
—Claro, también influye que nunca intentó alejarse, te era más fácil seguir con el que buscar a otro y, a fin de cuentas, ¿para qué?, ¿no?
—Supongo.
—... ¿Tu crees que eres una buena persona?
—No —respondió casi inmediatamente y Hakim quedó más intrigado que antes.

La camarera les llevó la comida y Alba se llenó la boca casi al instante, lo que hakim intuyó  fue para salvarse de responder, así fuera por un rato.

—Y... ¿Eso, por qué? —preguntó separando con un mordisco cada palabra.
—... ¿Por qué me consideraría una... —dudó si seguir o no—, "buena persona"?, ¿acaso no sería un poco hipócrita de mi parte?
—Supongo —tomó un poco de su vaso antes de proceder—, y... Si no fuera malo ser un poco hipócrita... ¿Qué responderías?
—... No puedo responder, no... ¿"Concibo"?, ¿es la palabra correcta? Bueno, qué importa, no concibo eso como algo posible, así que no puedo responder eso.
—Y... ¿No te interesa serlo?
—Sinceramente... No creo que existan las "buenas personas" —usó el mismo gesto de dedos que hakim ya había ejecutado, y el susodicho respondió arqueando la ceja.
—Siendo así, ¿qué vendría siendo Hugo?
—Si me gusta, hay muchas hormonas en mi cuerpo que me hacen verlo mejor de lo que en realidad es, algo malo debe tener —se encogió de hombros.
—Bueno, entonces, te quieres emparejar con un monstruo en potencia.
—No me interesa que lo sea y, no es como si tuviera elección.
—¿Las persona heridas —dudó en seguir cuando vio la molestia en la cara de Alba—... no prefieren gente "buena"?
—Y ¿yo por qué tendría que saberlo?
—No te hagas —puso su mano sobre la de su acompañante, quien rápidamente la quitó y retomó su postura más recelosa.

El resto de la comida fue silenciosa. Alba no se relajó ni por un segundo.
Al terminar, se limpió con una servilleta, se levantó y dejo un papel al lado del plato de Alba (prácticamente lleno aún) y se fue.

Alba leyó que decía inmediatamente después de dejar de ver a su... ¿Amigo? Dar vuelta en la esquina .

«Supuse que terminaría así, así que...
Eso es mentira, jaja, estoy terminando de escribir bajo la mesa mientras comemos, jeje...
Adjunto su número, por si quieres escribirle.
Disculpa si te hice sentir incómoda.
+57 32********»

No sé lo podía creer... ¡tanto tiempo con el y no tenía su número!

—¡Hijo de lasremilputas!, ¡me dejaste toda la cuenta! —dijo al darse cuenta que no dejó dinero.