Una Historia Cliché

9. Quemadura

-- Abre Chat --
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Hola

6:00pm

¿Quien al habla?

Si llevamos tanto tiempo juntos
Me podrías explicar...
por qué no tenía tu número ?

¡Oh! Ya se quién es.
Buenas tardes, Alba.

Ehh...

6:01pm

Buenas tardes

6:05pm

Y, cuéntame ¿Cómo has estado?
6:05pm

Yo... Eh... Bien ?
Supongo

6:10pm

¡Cool!

6:10pm

Voy a salir...
Hablamos luego

6:20pm

-- cierra chat --

-¡Ahhhhg! ¿¡Cómo es que no supe qué escribir!? -se reprendió en la soledad de la habitación- ¿¡Qué hijueputas me pasa!? ¡Ahhhhh!

Se tiró a su cama para ahogar gritos más fuertes.
Comenzó a sollozar.

"Podría ser un avance", pensó... "Podría intentar tratarlo mejor de a poco, para que cambie su forma de verme"... "¡Sí, eso es!"...

-- Abre Chat --
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Oye, alba ¿Que haremos para la actividad escolar?

🤨😐
De qué estás hablando?

Qué no prestaste atención al sr. Gutiérrez?

Depende 😐
Cuando?

Olvídalo, ya se que no lo hiciste.
Los " chicos problemáticos" tendremos nuestro propio puesto en el bazar... Ya sabes, tú, Hugo, y todos los demás.

Así que para eso era la
reunión del otro día 🙄🙄

No creo contar con el apoyo de Thomas ni los chicos. Así que seríamos cinco personas ¿ Creo un grupo para que lo hablemos ?

Sí, ya que 🤷

-- cierra chat --

-Que tontería, tendremos que revisar con los demás salones qué podríamos hacer que no esté cubierto aún -se quejó.

Apagó el computador y bajo a preparar su cena.
Abrió YouTube, y buscó música, bajando las escaleras.
Amarró su pelo rojizo con la cinta que contrastaba por su tono, más bien claro.

Mientas azaba arepas de Chócolo con maestría, cambió la canción "en Barranquilla me quedo" (pues no le gustaba), por "perdiendo la fe", el aire melancólico que le transmitía su canción favorita le hizo salirse un poco de la realidad.

-¡AHHH! ¡Jueputa!, ¡ahh! -bramó al quemarse con una arepa que le había caído directo en la muñeca.

Apagó el fogón, se dirigió al lavaplatos para echarse agua fría en la herida.
-¡Esto es lo que me gano por echarle un chingo de aceite, ahhg! -se reprendió a si misma mientras se ponía una curita que, siendo sinceros, no le ayudaba mucho.

Comió sus arepas. Lavó con dificultades los trastes y volvió a su recamara.

"Que patético, una arepa... ¿Enserio? ¿¡UNA AREPA!?", escribió en su diario. Se paró cerrando el libro. Caminó a su armario mientras se desvestía, tomó un pijama y se detuvo en el espejo... No pudo evitar imaginarse junto a su querido compañero de clase... A quien imaginó en igualdad de condiciones... Una cachetada a si misma la sacó de sus pensamientos y la hizo Ruborizarse.
Rápidamente se puso la ropa, escondiéndose a si misma de su desnudez. Ya en su cama empezó a martirizarse ¿y cómo no? Después de haber pasado tanto tiempo siendo abusada... Sentir tanta excitación le provocaba repulsión, ganas de llorar, de vomitar, de golpear algo...
Abrazó la almohada, hundiendo la cara en ella para amortiguar los gemidos que salían de su boca, que no solo eran por el asco. Al terminar, miró sus dedos húmedos, su cara sudada tenía un gesto de desdén... Lo que peor l hacía sentir era que lo había disfrutado...
Logró conciliar el sueño después de dos horas de llanto.