2. Cuatro problemáticos.

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Martes primero de marzo, ocho a.m, clase de educación física, recreación y deportes.

-No sabia que esa pelirroja, "Choleric Baby" fuera buena en el baloncesto.
-Ni te imaginas, ¡mira, mira, mira!

Un potente salto libera a la estudiante problema de su marca y lanza desde el aire.

-Que falle, que falle -implora el espectador, cruzando los dedos.
-¿Apostaste en contra?
-Sí, con Mike y Sebastián.
-Que embarrada, parce.
-Iba tan bien, pero luego la metieron, y le dió vuelta al partido... En cinco minutos, no jodas.
-Yo, de ti, habría sido más inteligente, y le habría apostando en contra, pero a su "perrito".
-No, eso era muy obvio, todos saben que el equipo en que juegue Hugo va a ser el perdedor.
-¡JA!, ¡anotó!
-¡Diablos!, yo me largo.
-¿En serio?
-Mike y Sebastián no se andan con rodeos, y yo no pienso provocar al estúpido de Thomas, me aplastará.
-Jaja, ¿qué clase de apuesta tonta hiciste ahora?

La pelirroja es levemente golpeada por una jugadora de su equipo y cae.

-Pobrecita.

La chica que fue golpeada forma un alboroto, esa muchacha es muy irascible. Entre su desordenado pelo rojo y su notable fuerza, es casi un animal salvaje.
Suena el silbato del (bastante gordo) profesor.

-¡Señorita Mito, a la banca, alejate de tu compañera, por dios! -y se arrepiente al instante de su tono.

Una fulminante mirada de la blanca chica asusta a casi cualquiera en ese instituto.

-Por favor, alejese, o tendré que escribir en su observador -dice después de aclarar su garganta, con tono más suave.
-Alba, por favor, no seas así -le pide un gafufo entrando en el área de juego-, tómale la palabra al maestro, porfa.

La chica le devuelve la mirada, este la aguanta con una sonrisa.

Se sientan juntos en las gradas, y la chica le saca su lonchera.

-Sigan jugando. Anna, entras -dice luego de una pausa, el maestro que ni siquiera es capaz de decirle que falta media hora para el recreo.

-A veces siento que el apodo de Hugo no le cuadra, y ¿qué onda con su actitud toda bipolar?, oh, cierto, te fuiste hace rato, jaja.
-Un perro sigue órdenes, pero también sabe ladrar, es por eso que su apodo es perfecto. Ese tímido de mierda me sorprende siempre -dijo otro muchacho, quien no había sido notado hasta ahora.
-¡Ah! Sebastián, me asustaste, pensé que estabas cachando clase.
-Estaba, pero oí que Mito entró al juego, tenía una apuesta, hablando de eso... Mike.
-Ya lo busco -dijo el rubio que había llegado con el, mientras emprendía el viaje.
-Bueno, Sebas, ¿qué tiene que hacer el perdedor?
-Estará de lujo, después de un complejo sistema de interacción con más de seis personas, que ya concreté, tu amiguito será el encargado de poner el pie.
-¿Qué?
-Después de eso, el profe de mates caerá sobre sus libros, chocando con la basura y ensuciando a los demás maestros que esten ahí, en la sala de profesores... Será genial, Mike tuvo la idea.
-Tampoco te queda eso de "niñera", le sigues mucho el juego a Maikol.
-Es la misma lógica que con "la perra de Mito" y con "Choleric Baby", el de los apodos no se lo curró mucho, no me gusta eso de niñera, pero bueno, lo hecho, hecho está.

Una Historia ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora