DOS

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Sus órbitas grisaseas se abrieron con lentitud con pereza se levanta hacia el baño aquellos ojos están más amarillentos de lo que deberían, no era una sorpresa que pronto cambiaría por completo. Se dirigió a la cocina tomo algo de carne sentir la sangre calma su hambre grandemente no es muy llenador pero es aguantable. Subí a la habitación de nuevo, busque en la mochila la llave de mi moto. Bajo las escaleras abrió la puerta saliendo hacia afuera fue directo al garaje tomando el casco para luego colocarme éste encendí la moto y salí de mi casa a lo que sería mi nueva preparatoria. Llegando al estacionamiento de mi nueva preparatoria me dediqué a apagar la moto bajarme de está me saco el casco las miradas sobre mí no tardan en hacerse presentes. Me coloco mis audífonos mientras emprendo el camino a la oficina del director. Procedo a entrar al instituto observo mi celular atentamente en este había unas anotaciones para llegar a la dirección.


Camino mientras leo cuando chocó con alguien antes de que caiga soy más rápida y tomo a la persona del brazo para que no se caiga al ver su rostro noto que es nada más y nada menos que mi vecina, Bella.

—Lo siento no estaba pendiente.
—Me disculpo quitándo uno de los audífonos.

—No te preocupes. —Expresa incómoda

—¿Te lastime? —La observo.

—No, para nada. Estás... ¿Estás buscando la dirección?

—Oh, si. Tengo una idea de dónde está... —La chica parecía no querer preguntar así que me le adelante.

—¿Te gustaría acompañarme a buscar la dirección?

—Eso sería estupendo. —La muchacha me brinda una sonrisa tímida. Me abstuve a asentir seguimos caminando un momento repentinamente un chico se interpone en nuestro camino con una sonrisa de oreja a oreja.

—El asiático nos habla animadamente —¡Hola! Soy Erick Yorkie, y sere tu guía por el día de hoy cualquier cosa que necesiten puede hacermelo saber. Si quieren una cita o un hombro en el que llorar aquí me tienen.

—Soy Bella, estamos buscando la dirección.

—Selene. —Me abstengo a decir al notar su mirada sobre mí.

—¡Claro, las puedo guiar hasta allá, siganme! —El chico comenzó a caminar pasamos por un par de pasillos y finalmente llegamos. Entre, mire a la secretaria.

—Soy Selene Dubois, nueva alumna.

—Bien, veamos. —Dice mientras escribe en el teclado de su vieja computadora, luego de terminar me da un par de papeles.

—Aquí tienes. —Dice mirándome. Al tener los papeles en mis manos comencé a leer que clase me tocaba.

—Biología ¿Tu? —Me adelanto a decir.

—También me toca Biología.
—Comienzo a caminar hacia el salón correspondiente, mientras las tantas personas que andaban merodeando en los pasillos se nos quedaban mirando. Al llegar, toco la puerta haciendo que todos vean hacia nosotras.

—Bien alumnos, sus nuevas compañeras llegaron. La Srta. Selene y la Srta. Isabella si no me equivocó. Pueden presentarse ante la clase.

—Soy Bella. —Dice nerviosa.

—Miro hacia el frente con indiferencia. —Me llamo Selene. ¿Donde me puedo sentar?

—Bienvenidas, soy el Profesor Alfred. Por lo general se sientan por orden de lista, sin embargo. Pueden tomar cualquier asiento por hoy.
—Asiento yendo a un asiento cerca de la ventana que de vista al jardín. Bella para pasar a su puesto se interpuso un momento en el ventilador haciendo que su aroma se desprenda por todo el salon de clases me tense aprete los puños, sin embargo. Me doy cuenta que no soy la única afectada el chico cabello castaño se encuentra tenso en su puesto puedo notar su sed hasta mi puesto. El aroma de su sangre fresca llega a mis fosas nasales de nuevo aprete la mandíbula fuertemente. Durante toda la clase estuve tensa al sonar el timbre me levanto rápidamente por suerte consigo el baño de chicas con facilidad. Este se encontraba sumido en la soledad únicamente me observo en el espejo tenía sed, inconcientemente hice uso de mi poder quebrando el espejo, parpadeo varias veces y suspiro. Abandono el baño, camino sin rumbo hasta que tropiezo con el chico asiático de antes haciendo que caiga mientras yo me mantengo como un tronco sobre mi lugar.

—¡Oh, hola Selene! —Tiendo mi mano hacia el que recibe cuando se levanta el tacto desaparece.

—Lo siento. —Pronuncio apenada.

—¡Hey, no te preocupes, vamos al comedor!
—Seguro.

—Comienzo a seguirlo hasta llegar a este, es grande con muchas mesas y chicos conversando y jugando. Llegamos a una de las mesas Bella se encontraba junto a dos chicas mas, me siento haciendo que estás se queden observándome.

—Chicas les presento a Selene.

—Soy Erika. —Pronuncia una chica de rasgos asiáticos.

—Un gusto. —Correspondo amablemente a lo que tomo un sorbo del jugo empacado.

—Wuao, tu acento es muy raro.
—Nombra con sorpresa en su voz.

—Provengo de Francia, de allí mi acento. —Explico brevemente. Luego de las presentaciones retomaron su animada conversación yo no hable mucho a propósito hasta entonces comencé a notar un drástico cambio en todo el lugar se hundió en el silencio un par de segundos para que luego el lugar se llene de susurros. Sentí el aroma a vampiro mire de reojo mientras llegaban los individuos se sentaron en una mesa algo cerca de nosotros mire a todos atentamente me detuve en un chico rubio, de ojos ámbar en aquel mismo momento el chico volteo hacia mí. Nuestras miradas se conectaron, sentí cómo miles de corrientes eléctricas invaden todo mi cuerpo. Entonces mis instintos se descontrolaron las ganas de acercarme hacia el mi cuerpo y mente me exigen permanecer a si lado soy la primera en desviar mi mirada.

—Mi alma gemela.  —Pensé al instante. —Me tengo que controlar.

Me levanto de mi lugar bruscamente llamando la atención de los de la mesa solo les dediqué un sonrisa forzada.

—Vuelvo en un momento.
—Me dirijo rápidamente hacia la salida cruzó por varios pasillos hasta salir por completo del instituto me siento en una banca cercana con mis manos temblorosas, este descontrol en mí me tientan a volver y marcarlo sin importar que mi mi cuerpo me grita volver hacia el pero mi mente intento mantenerme clara, mi garganta seca, tengo sed.
Observe mis manos temblando mi respiración agitada cerré mis ojos sin pensarlo mucho mordí mi muñeca aquel instinto seguía allí pero la desesperación comienza a desvanecerse el restablecimiento de mi garganta me relajo entonces alejo de mi boca de mi muñeca suspiro aliviada, la sangre resbala por ésta.
Observó el suelo con desden, no puedo controlar mi sed...

La Hora Azúl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora