CUATRO

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Al culminar las clases todos los estudiantes abandonaron el salón rápidamente yo seguía recostada en el pupitre sobre mis brazos solo somos él y yo.

-No nos hemos presentado como es debido, permíteme presentarme, soy Jasper Cullen. -Su voz es como música agradable para mis oídos corrientes eléctricas se deslizaron por todo mi cuerpo. Volteo mi cabeza hacia el colocó mi codo en la mesa y mi mano sosteniendo mi cabeza.

-Un gusto joven Jasper, me llamo Selene Dubois. -Expreso aún observándolo. Notó que su expresión cambia ahora frunce el seño lo que me hace cuestionarme al instante analice lo que dije provocando una mueca.

-Lo siento, eso fue muy anticuado.
-Pronuncie apenada.

Este sonríe. -No es eso, es solo que tu apellido se me hace conocido. -Esto último lo susurra, igual, escuché claramente.

-Inteligente -A juzgar por sus hermanos que no cayeron tan rápido como él lo hace peculiar, sonrío levemente. Hermosamente peculiar. -Cómo sea, me tengo que ir ahora.

-Yo igual, te acompaño a la salida.
-Asiento con mis labios enarcados.
Al salir iba hacia mi moto, veo a Bella le saludo con la mano está responde de la misma manera con una sonrisa tímida.

Escucho un chillido de llantas, un camioneta estaba a punto de chocar con Bella antes de que pudiera hacer algo un castaño, un Cullen se acercó con ayuda de su velocidad vampírica deteniendo la camioneta con su mano, entonces me dio cuenta que hay una cámara de en uno de los postes cercanos observo este dudosa -Utilizar mis habilidades en publico no es buena idea, sin embargo los Cullen se meterían en problemas.
-No hay tantas personas en el lugar donde está el poste camine cautelosamente hacia este lo toque provocando que explote segundos después de haberme ido hacia Bella que se encuentra llena de personas a su alrededor.

Camine con rapidez hacia mi moto me coloque el casco y la encendí rápidamente está para seguir la ambulancia. Una vez dentro del hospital dejo de respirar veo a Bella entrar hacia una habitación espero unos segundos hasta que veo salir a su Padre al verlo me acerco.

-¿Cómo está Bella?
-Destello un poco de preocupación.

-Ven conmigo. -Pasamos a la habitación hay muchas camillas hasta llegar a la de Bella.

-¿Cómo te encuentras?
-La examino con la mirada. No somos muy cercanas pero las conversaciones que he tenido con ella han sido un tanto agradables, es una persona que sabe guardar su espacio con los demás. Un aroma a vampiro se acerca, un doctor de peculiares ojos ámbar se acerca a Charlie.

-Charlie, necesitas firmar algún papeleo. -El hombre gira a mirarme, lo miro sería.

¿Es un doctor? ¿Siendo vampiro como es posible? Preguntas rondaron por un momento en mi cabeza.

-Mira por un momento a Bella.
-Charlie me mira esperanzado que acepte me abstengo a asentir con una sonrisa amable.

-No se preocupe, aquí estaré.
-Se fueron un par de minutos.

Mientras Bella me dice.

-Papá, cree que no puedo cuidarme. -Hace una pequeña mueca de disgusto.

-No es eso, solo se preocupa por ti.
-Esas palabras me calaron aún así no permití que me afectará.

El olor a sangre en este lugar es realmente... Bastante fuerte no creo resistir mucho en cuanto Charlie regrese me iré.
Pasaron un par de minutos, mientras llegaba Charlie le mostraba a Bella algunos dibujos de mi libro para entretenerla, está pasa las páginas con asombró en su rostro.

-Eres realmente asombrosa, Selene. -La chica pasa cada página con asombro detallando las ilustraciones en cada hoja.

-No es para tanto.
-Digo restándole importancia.

-¿Lo haces mientras pasan las clases? -Cuestiona con una sonrisa por primera vez cómoda.

-A veces se ponen muy aburridas.
-Hago una mueca mientras me sobo levemente la cabeza.

-No te puedo culpar.
-Ríe levemente sin sacar la vista de la libreta en manos. Charlie llega a mi campo de visión y ve a Bella.

-Charlie, tengo que regresar a casa. -Veo con una expresión neutra hacia éste.

-No te preocupes, gracias por venir. -Asentí rápidamente. Tome mis cosas dispuesta a caminar rápidamente a la salida la voz de Bella me detuvo.

-Olvidas tu cuaderno. -Me lo enseña.

-No lo olvido, puedes quedartelo.
-Asiento con una sonrisa

Abandono la habitación llendo por el primer pasillo dispuesta a salir cuando me encuentro con los Cullen. Estos me miran, comienzo a caminar por el pasillo al llegar a ellos simplemente seguiría de largo.

-¿Que eres?
-Doblo levemente la cabeza mirándolos de reojo.

-¿Que parte de 'no se metan en mis asuntos' aún no entienden?
-Mi tono se vuelve agresivo a medida que salen las palabras.

-Bueno, prefiero preguntar antes de que empiece tu caceria.
-Pregunta con tono sarcástico con lentitud volteo a verlo.

-Esta vez el doctor interviene.
-Edward, esas no son maneras.

Que ironía, lo dice la persona que paro una furgoneta con su mano.
-Concluí la conversación yendo a la salida.

Iba saliendo cuando veo a un hombre vestido de traje negro sobándole el muslo a la adolescente a su lado, la chica se le notaban lágrimas en su rostro. Me paro frente a el, le tomo la mano y se la doblo haciendo que gima de dolor.

-¿Que crees que estás haciendo?
-Me acerco a esté.

-Te romperé las manos para que no vuelvas a tocar a ninguna niña.
-Le advierto fríamente. Cuatro hombres se levantan, uno me toca el hombro le hago un llave y lo empujó.
Una doctora intento detener a los hombres y la empujaron está se cae.
Minutos después todos los hombres se encontraba adoloridos en el suelo.
Los alrededores se llenaron de gente susurrando, entre estos se encontraban los vampiros viendo desde lejos, tomo de la mano a la adolescente y la llevo hasta la puerta considerablemente lejos de los tipos.
La chica no paraba de derramar lágrimas me quite mi chaqueta colocándosela a ésta camino un par de pasos hacia mi moto.

-Gracias. -Murmura temblorosa.

-Defiéndete, si te golpean devuelve el favor. -Contesto fría. -Cuídate.

Me subo en mi moto en camino a casa. Al llegar me recuesto en el sillón veo hacia el techo pensé en pasar un rato en la piscina. Me colocó un traje de baño, voy hacia afuera al estar frente a la piscina me lanzó. Recuerdos con mi hermano de pequeña vinieron a mi mente el me enseño a nadar éramos tan solo unos niños cuando me enseñó. Con el tiempo nuestra relación de hermanos se fue rompiendo hasta convertirnos en desconocidos me siento en una de las orillas. Observó mi reflejo en el agua, una chica apagada y sin emociones, fue lo primero que llegó a mi mente. Entro a casa y me doy una ducha, bajo a tomar algo de comida no había comido en un par de días y hoy que fui al hospital se me hizo difícil mantenerme firme ante mi sed. Se hizo de noche y pase la tarde dibujando en un cuaderno el rostro de Jasper. Al terminar lo veo algo se enciende mi corazón medio muerto palpita rápidamente sonrió como tonta.

Al darme cuenta dejo de hacerlo, y mi rostro cambia a un semblante más frío.
Tal vez él sea mi salvación en toda esta eterna oscuridad.

La Hora Azúl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora