La Hora Azúl

DIEZ

Las horas pasaron rápidamente una vez abierto mis ojos encontré la luz de la luna reflejada sobre mí me tomé el tiempo de detallar el cielo, la luna, las estrellas, el sonido de las hojas chocar relajadamente entonces visualizo el bosque.

Los sonidos de los animales en este, aquel olor a tierra mojada, el olor a lluvia se hace presente, entro de nuevo a mi habitación me recuesto en la ventana hago llegar un libro a mis manos.

Pase la noche leyendo un libro, eran alrededor de las 5:53 abro la ventana el viento mueve mis rubios cabellos, sonrío levemente al recordar el aroma de mi amado, que no sale de mi mente desde el primer día.
Horas después toques en la puerta se hacen presentes abro la puerta dejando ver a Jasper me acerco lentamente hacia éste hundiendo mi cabeza en su pecho sintiendo sus manos viajar por mi cintura mientras mis manos se deslizan por su espalda sintiendo como se relaja me saca una sonrisita.

—¿Está lista, bella dama?
—Su melodiosa voz susurra a mi oído.

Una suave risa produzco inevitablemente.
—Lista para vencerte, una vez separados le guiño un ojo.

—Me gusta su entusiasmo.
—Sonríe hacia mi abiertamente.

Una vez fuera de la casa entre al auto de Jasper posteriormente abierta por este llendo a un lugar desolado rodeado de bosquejo.
Una vez bajo del auto me encuentro a la familia Cullen exceptuando a Edward y Bella.
Sentí la cercanía de Alice eufórica buscando una conversación momentos después la camioneta de los dos chicos restantes llegaron fueron recibidos por la familia Edward le coloca un gorro a Bella mientras charlan con gracia.
Por su lado Emmet y Rosalie bromean entre sí Jasper sostiene un bate haciendo trucos con éste mi mirada viajo por el profundo bosque.
Observe a los chicos jugando activamente mientras espero mi turno de batear un momento de tensión Alice luce distraída hasta que interrumpe el juego con una expresión preocupada.

—¡Deténganse!
—Alzo su voz en segundos sentí las manos de Jasper alrededor de mí cintura,  en cuanto detecto olores de vampiros desconocidos mis sentidos se activaron alerta.

—Lo siento, no debí traerte.
—Se lamentó Edward.

—¿Que?
—La humana evidentemente no reconoció la situación de peligro.

—Quédate detrás de mi.
—Demandó en voz baja.

En velocidad vampírica dos hombres y una mujer se posaron frente a la familia mientras me mantengo a un lado de Bella intentando cubrir su olor con el mío, es imposible su dulce aroma se puede identificar desde el otro lado del campo.
La tensión subía cada vez más en el lugar con eso mis sentidos más alertas el moreno de los chicos es el primero en dedicar unas palabras.

—Está pelota debe ser tuya.
—El hombre la lanza hacía Carlisle el nombrado la tomo con facilidad.

—Gracias.
—Agradeció con el objeto en manos.

—Me llamo Laurent.
—Se presento.

—Ella es Victoria
—Inclino su cabeza hacia la pelirroja que me dirigió la mirada retante a la que ni me inmuté.

—Y el es James.
—Pronuncia refiriéndose al chico.

—Soy Carlisle y está es mi familia.
—Extiende sus brazos un poco.

—Hola.
—Se dirigió a nosotros pasando su mirada por cada uno

—Sus actividades de cacería nos están causando dificultades.
—Comentó Carlisle calmado aún alerta.

—Les pedimos disculpas, no sabíamos que esté territorio pertenecía a su familia.
—El moreno se apeno.

—Si, nuestra residencia permanente se encuentra muy cerca.
—Informa Carlisle.

—¿Enserio? Bueno, entonces ya no le causaremos problemas solo pasabamos por aquí.
—Comenta el moreno.

—Los humanos nos rastreaban pero los guiamos al este ustedes están a salvó.
—Por primera vez la pelirroja hablo teniendo su mirada sobre mí, ésto llamo la atención de la familia. La tensión entre nosotras es visible.

—Excelente.
—Sonrío el patriarca de la familia.

—¿Entonces, no les gustaría tener otros tres jugadores más?
—El hombre sugiere.

—Oh, vamos solo una vez más.
—Bromeó el moreno.

—Seguro porque no algunos ya se iban, pueden tomar su lugar bateamos primero.
—Carlisle comento menos tenso ahora lanza la pelota a Laurent en su lugar la atrapa la pelirroja.

—Mi especialidad son las bolas curvas.
—Sonrío levemente sobre su broma sin dejar de estar alerta.

—Bueno, creo que podemos con eso.
—La palma de mi pareja viaja hasta mi hombro dando palmaditas tranquilizadoras.

Paso un momento en el que Edward y James no se detenían de mirar retantes tome la mano de Bella dispuesta a escoltarla rápidamente a la camioneta.
Edward iba a comenzar a caminar sorpresivamente el viento azotó contra nosotros dejando el olor de Bella al descubierto.

—Comparte a esa humana.
—Escuché el susurro sádico de James.
Antes de que fuera sobre Bella, Edward se adelantó posandose frente a él mientras yo jale a Bella detrás de mí dando unos pasos atrás el sentimiento de furia sobre Jaymes activo aquel instinto que tanto intento controlar.

—Estamos con la chica.
—Advierte Carlisle.

Desde luego el moreno hablo alarmado.
—Veo que este juego ha terminado. James.
—Llamo al chico haciendo este caso omiso a su llamado

La mirada de Victoria sobre mí no tardó en aparecer cuando Edward y James se separan nosotras duramos un momento más su mirada retante me hace arder, se atreve a retarme.
—Victoria.
—Advierte Laurent.

—Selene.
—El patriarca me llamo.
Mi puño sintió su mano deslizarse por ésta soy la primera en cortar la mirada con ella los tres vampiros se van mientras tanto Edward arrastra apresuradamente a Bella hacia la camioneta.
Entonces aquel pitido se hizo presente intento ignorarlo agitando mi cabeza siendo imposible siento a Bella acercarse mientras mi mano soba mi cabeza.

—Bella apártate puedo hacerte daño.
—Mi voz demandó peligro la aparto dándole un empujoncito con una mueca. Doy pasos atrás tomando mi cabeza, tengo que alejarme de todos, ahora.
Jasper intenta acercarse lo observo un momento con manos temblorosas mi instinto ataca justo sobre el.

—Aléjate.
—Me repongo aún sosteniendo mi cabeza. Jasper se intenta acerca de nuevo.

—Jasper, alejate!
—Al gritar mi voz se une a la de mi loba.

—Déjala.
—Carlisle tomo del hombro a Jasper.

—Volvere luego.
—Mis pasos apresurados se emprenden al bosque sin rumbo fijo.

Venu le temps.
Llegó la hora.