DIECIOCHO

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—No puede ser posible.
—Mi voz con pesadumbre sonó negando desesperadamente entonces me dirigí hacia la casa de los Cullen caí de rodillas en completa soledad el lazo golpeó mi pecho funesto y adolorido acobije mi pecho abrazándome a mí misma en el suelo entre quejidos.
Para ese entonces se escucharon unos aplausos resonar por todo el lugar haciendo eco en mi mente.

—Hace un tiempo sin vernos, querida hermana.
—Sus escalofriantes ojos amarillentos se centraron en mí.

Mi mirada fue hacia arriba que es donde se encuentra mi pariente con su expresión de burla.
—¿Que haces aquí?
—Pregunté aún con voz temblorosa.

—¿No preguntas cómo estoy, hermanita?
—Extiende sus brazos sarcásticamente remarcando 'hermanita' no respondí nada ante ello seguía mirándolo buscando una razón por la que el estaría aquí mi mirada se volvió lúgubre.

—¡Esa! Esa mirada es la antigua Selene, no la que esta arrodillada por un estúpido vampiro ordinario.
—Pronuncio tales palabras con desagrado.

—Tu qué vas a saber de amor.
—Susurré esta vez firme con ciertos rastros de dolor.

Me miró de arriba a abajo.
—Lo suficiente para saber qué después de todo nuestro verdadero destino es la soledad, hermanita.
—Entonces sentí esa apuñalada invisible en mi pecho suprimiendolo.

Me reincorpore lentamente con los nudillos de mis puños blancos por la fuerza ejercido en estos.
—¿Que quieres?

—Sabes después de todo eres mi gemela una parte de ti me pertenece y una parte de mi te pertenece es un peculiar lazo que tenemos por ende siento lo que sientes y viceversa.
—Su mirada se desvía al bosque.

—¿Y que?
—Avance unos pasos quedando un poco lejos de su lado.

—Te necesito para restaurar de una vez por todas el aquelarre Dubois.
—Una risa nasal salió inevitablemente de mí.

—Eso nunca pasará.
—Demandé firmemente haciendo que esté voltee a mirarme.

—Como decía papá 'nunca digas nunca'.
—Alzo sus cejas con eso sus labios se enarcaron en una sonrisa torcida provocando que de unos pasos atrás entonces comenzó esa voz cuyo eco perturba infinitamente mi mente sacudo mi cabeza intentando no caer en su habilidad.

—¡Detente!
—Grite sosteniendo mi cabeza entre mis palmas entonces el grito desgarro mi garganta resonó en toda la casa incluso el bosque tembló el aire se volvió pesado y el cielo trono por la extendida habilidad de la híbrida.

El rubio a su lado miró con asombro finalmente haciéndola redimir viendo cómo intenta salir de su trance en vano.
—Que talento desperdiciado.
—Pronuncio con lástima.

***

 ¡Mátalo! ¡Asesinalo! ¡Hazlo trizas! Los gritos del hombre frente a mí no duraron por mucho tiempo hasta que su corazón estuvo en mi mano entonces el golpe de libertad me recibe una vez más con mis manos completamente llenas de sangre corro a la habitación de la mansión en la que solía vivir de pequeña me coloco un vestido blanco cómodo para recostarme sobre la cama hasta que mi mente reciba otra orden, todo el tiempo mi mente es vigilada por Sébastien lo puedo sentir.
Los meses han pasado tortuosamente entre asesinatos, mis antiguos recuerdos vuelven a ser revividos haciéndome un daño fatal, lo que me mantiene tirada en una cama día y noche repetitivamente son todos los tipos de pensamientos sobre Jasper ¿No me quería lo suficiente? ¿Hice algo malo? No lo podría culpar las atrocidades que he cometido estos meses son imperdonables tal vez el sabe que nunca cambiaré.
Lágrimas se deslizan por mi mejilla llegando hasta mi almohada mojándola entonces escucho la puerta ser abierta bruscamente sin embargo no moví ni un pelo me mantuve pensativa hasta que una voz me saco de mi ensoñación.

—¡Para de llorar! ¡Para de pensar! ¡Deja de tener esos pensamientos y sentimientos ridículos!
—Grito fuertemente hacia mi lugar voltee a mirarlo mi pobre reflejo en sus ojos note que salen lágrimas de sus ojos.

—¿Gustas que deje de respirar? No me molestaría que lo hicieras.
—Pronuncie serena hacia éste con mi aura depresiva que se ha vuelto rutina inconscientemente.

—Este sonrío abiertamente.
—¿Liberarte, eso es lo que quieres?
—Tomo mi rostro bruscamente.
—Mereces todo ésto.

Soltó mi rostro de la misma manera en la que lo aprisionó antes de que pusiera un pie fuera de la habitación. —¿Realmente merezco todo ésto?

—Naciste siendo un monstruo, Selene.  Los monstruos no tienen derecho a ser feliz.
—La mirada de mi hermano se pierde en el suelo pareciendo recordar mientras lo dice.

***

Un escalofrío recorrió mi cuerpo ante el tono de mi hermana tan sereno al comentar aún así sintiendo la increíble cantidad de dolor que guarda dentro de sí salió sin decir nada de la habitación con duda rondando su cabeza, ¿Realmente se lo merece?
Puede haber algo más doloroso que sus padres le culparán por la elección de su hermana.
En un principio tengo que admitir que me agrada...
Agradaba la posibilidad de vivir sin hacer sufrir a los demás por ello se lo dijo a su hermana, al final, me redimi a la realidad todo lo contrario a mi hermana que no desistía de la idea formando un infierno familiar peleas descontroladas entre nuestros padres.

Madre y Padre me hacían responsable llevando la presión, los maltratos de sus padres a causa de su hermana.
Una vez muertos se prometió que se vengaría de su hermana pero cuando intento jalar del gatillo algo me detuvo sus ojos inquietos que habían perdido su brillo contento que me recuerdan las épocas felices que llegamos a tener juntos entonces vi como era defendido por ella aún cuando fue cruel con ella decidió dejarle tomar su camino.

Sus sonrisas, su encantador brillo volvió aún más reluciente todo eso lo pudo detectar en un abrir y cerrar de ojos aquella noche en el bosque volvía a lo que supone su casa después de haber defendido con valentía al lobo color arena mientras sigo siendo el mismo cruel hambriento por sangre de siempre algo volvió a nacer en su interior ella había podido avanzar muchos pasos mientras sigo golpeado, asustado en el mismo rincón en el que su padre solía golpearme, no logre entenderlo.

La Hora Azúl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora