La Hora Azúl

DIECISIETE

En un solo respiro pude percibir la sangre que se derramó del dedo de Bella mi mirada se fue rápidamente hacia Jasper que sin poder controlarse se intentó abalanzar contra la castaña es empujado por Edward destrozando un piano un poco lejos con los chicos sosteniéndolo me aproxime rápidamente hacia el rubio.

—Jas, jas shh, tranquilo es sólo una gota de...
—Detrás de mi cubierta de sangre se encuentra Bella tentando mi garganta a sentir como recorre su [...]
—Sangre.
—Mi mente volvió en sí hacia Jasper antes de que volteara por completo se deshizo del agarre de los vampiros a su lado tomándome por el cuello los hombres quisieron intervenir pero les detuve alzando mi mano en señal de que no lo hicieran.

—Jasper.
—Pronuncie suavemente con un poco de dificultad por la presión que hace mi brazo lo atrajo más cerca con mi mano libre sobe cuidadosamente su rostro en un momento la presión disminuyó hasta desaparecer por completo, sus órbitas dilatadas fueron reemplazadas por su peculiar color ámbar haciéndome sonreír aliviada. 

—Jasper.
—Le llamé, la expresión del chico ha sido completamente reemplazada por culpabilidad.

***

Sostiene sus piernas mirando un lugar perdido en el suelo, después del suceso Jasper salió al bosque con la petición de estar solo mi corazón dio un vuelco al verlo de ésta forma, permití que pudiera detectar mi aroma mientras bajo del árbol en el que me encontraba quedando frente a él.
Levanto su mirada poco a poco hasta lograr conectar su mirada aquel brillo triste en sus ojos comprimió mi pecho queriendo abalanzarme hacia él.

—No sabes cuánto lo lamento.
—Susurro con su voz rota fue el limitante para posarme a su lado abrazándole su cabeza permanece en mi pecho mientras sobo su cabello no se durante cuánto tiempo estuvimos así cuando decidí romper el silencio.

Tomó su rostro entre mis manos sobando con mis pulgares sus mejillas.
—Jasper, cariño no es tu culpa puedo comprender lo difícil que puede ser a veces.
—Hablé suavemente hacia éste me rodeó con sus brazos volviendo a la posición anterior.

—Yo te lastime.
—Susurro entrecortado.
—Mi mano apretando tu cuello se repiten cada vez en mi mente.

Sonreí hacia él mientras sobo su cabello.
—Yo te perdonó Jasper, perdónate
—Le di unas palmaditas a su cabeza para que levantará su mirada hacia mí.
—¿Que puedo hacer para que te sientas mejor?

Este cerró sus ojos dejando caer el peso de su cabeza en mi pecho mientras hablo suavemente.
—¿Debería darte mimos? Tal vez apretarte tus cachetes, amo hacer eso. —Una sonrisa apareció sobre sus labios.

—Acurrucarme en tí, toda la noche.
—Este prosiguió abrazarme un poco más fuerte reí cortamente.

—Sencillo, ricitos, lo puedo hacer toda la noche, todo un día incluso toda una vida, ¿Eh?
—Susurro sabiendo que me está escuchando proseguí sobando con delicadeza su cabello mientras le abrazo firmemente y mis manos temen que se escapen de ellas.
—Te amo, Jas.

Su dulce apodo pronuncie con deleite este se sentó frente a mí su mirada me resultó indescifrable un extraño brillo delató tristeza a la vez amor, no creía posible éste sentimiento, su fría mano rozó mi rostro con el tiempo había encontrado la calidez en lo profundo de su frialdad lo amo, perdida, desesperada, terriblemente lo amo éste sentimiento que me inundó que con el tiempo se forjó cada vez más fuerte, no quiero perderle jamás se ha vuelto una parte fundamental en mí me enseñó el amor por primera vez en muchos años me sentí querida, apreciada, comprendida jamás me separaría de él...

—Te amo, Selene.
—Comienza presionando la comisura de mis labios contra los suyos no me cabe duda; podría caer en una adicción. Su ligero roce impacta provocando impredecibles sentimientos de los que no me quiero alejar, sentir el impacto de su fría piel contra la mía el dulzón sabor que me hace degustar su boca entera, sin pausas.



La noche transcurrió de esa forma entre miradas, besos, caricias de vez en cuando motivandome cada vez más a contarle sobre la marca no querría hacerlo sin su consentimiento.
Después de pasar tiempo de calidad juntos llegó la hora de ir a casa llegando me desparrame exhausta (mentalmente) sobre mí cama.
Es entonces cuando comenzaron a faltar a clases, una, dos, tres semanas los Cullen seguían sin aparecer el tema sobre mí hermano me seguía preocupando sentía cuchillas enterrarse en mi abdomen logrando dejarme tirada en el suelo de dolor el consuelo de aquellos brazos de su ojos, de su aroma comienzo a necesitarlo aún más para mantenerme más fuerte.

Camino sin mucha atención en el público hasta que mi mirada se clavó en Bella yendo hacia el bosque entonces sonó la campana para volver a clases sin remedio entré, una tarde completa hasta la noche informaron la desaparición de Bella, entonces me pregunté que fuera pasado si le fuera seguido, me arrepentí de no haberlo hecho una vez que Bella por suerte apareció frente a mí con una apariencia deplorable lo dijo.
—Se fueron.

—¿Que?