Estoy patinando por la acera de la calle, mis ruedas de la patineta giran a toda velocidad, el viento frío choca contra mis piernas, cara y brazos, mi cabellos de mueve y hace que se deje al descubierto mi enrojecido cuello.
Saco mi teléfono para cambiar de canción, pero esto ocasiona que me distraiga y sin querer choco contra una persona, ambos caímos al suelo.
—Tks, fíjate mocosa. — Habla un joven de cabello azabache, Por lo visto es de mi misma edad.
—¡Levi! ¿Haciendo amigos?. —Una mujer de cabello castaño y gafas de acerca a dónde estamos.
—Lo siento, no te ví espero no te hayas hecho daño.—Digo apenas me levanto del piso y le extiendo mi mano para ayudarlo a levantarse, el la toma y conforme se pone de pie se limpia su ropa.
—Ten más cuidado, alguien pudo haber resultado herido —Sin más se fue.
—Lo siento tanto. —Dice la de gafas mientras pone una mano sobre su frente. —Suele ser un enano gruñón la mayor parte del tiempo. Por cierto mucho gusto soy Hange. —Extiende su mano
La tomo y la estrechó —Un gusto soy Jared, ¿Se acaban de mudar cierto? —Pregunte sin soltar su mano, su mano era Sueve y cálida.
—¡Exacto! —Ella sonríe. —Somos tres solo que ahora el mayor no está, espero podamos ser amigas y que el incidente con el enano no te de malas vibras de nosotros.
Yo sonrió y muevo mis manos en señal de que es todo lo contrario. —Para nada, fue mi culpa y entiendo su enojo, pero bueno me tengo que ir vivo justo a lado de tu casa. —Señalo mi casa y me doy cuenta que mi mamá ya me estaba esperando en la puerta. —Bueno adiós Hange. —Pongo mi patineta en el suelo y me impulso para llegar a mi casa.
Al llegar me bajo bruscamente y caigo de nalgas al suelo, lo bueno es que es pasto y no dolió tanto.
—Jared que bueno que vuelves, acompáñame a visitar a tu primo, se acaba de mudar. —Mi madre cierra la puerta de la casa y agarra mi patineta, me la da y ella toma alegremente su pastel recién horneado.
—¿Qué? —aún confusa me levanto y la sigo, veo que se dirige a la casa de Hange. —¿Tengo primos?.
—Claro corazón, es tu primo Levi, ¿No te acuerdas de el?.
Claro que me acuerdo de él, hace no mucho de cinco minutos lo tire al suelo por venir en mi teléfono, pero claro el no me recuerda y a decir verdad ni yo a él.
—Nop, no me acuerdo de él —Finjo una sonrisa
Al llegar mamá toca la puerta, sale una señora de unos 45 años, en cuanto nos ve sus ojos se iluminan, ella me abraza y comienza a besar mi rostro y después hace lo mismo con mi madre.
—Clara te extrañe tanto, pasen. —Ella se hace a un lado y mi madre y yo entramos.
—¡Kuchel! Mira lo cambiada que estás. —Mamá desprende felicidad, yo solo me escondo atrás de ella por qué me siento incómoda, por no recordar a esa familia.
—¡Ay mujer no exageres! —Ella se sonroja y pone una mano en su mejilla. —Justo íbamos a comer, entren.
La seguimos hasta el comedor, puedo notar que hay tres personas sentadas en la mesa, a dos de ellos ya los ubico, pero el rubio de cejas pobladas no.
—Miren chicos les presento a mi hermano y mi querida sobrina. —Al decir lo último Levi casi se atraganta con el agua. Hange comienza a darle pequeños golpes en su espalda
—Kuchel, pensé que solo habías tenido un hijo. —Dijo mi mamá al ver a los otros tres.
—¡Que va! Ellos no son mis hijos de sangre pero los quiero como si lo fueran, mira ella es mi querida Hange Zoë es muy inteligente, tiene mucho talento en la ciencia, aunque a veces sus experimentos no salen del todo bien. —Ella rio. —El de acá es Erwin Smith, el novio de mi querido hijo, es bueno en deportes y tiene mucho talento para la cocina.
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Entrega Tu Corazón.
FanfictionCuando pensaba que a mis pinturas siempre les faltaría color, llegaste tu a iluminar. Cuando pensé que estaría sola para siempre, llegaste tu con tu bella sonrisa y hermosa personalidad a cambiarlo todo. Cuando pensé que amaba por fin a alguien lleg...