6. Noche divertida

60 11 3
                                    

Platicar con Hange era muy relajante ya que era una chica que sabía escuchar a las personas, e de decir que me ayudó mucho.

Las clases siguieron pero Hange y yo nos saltamos como dos clases. Al llegar la última clase mi cabeza andaba en otro lado ya que era la clase de música misma que compartía con Ymir.

Afortunadamente nadie hizo algún comentario sobre Ymir, la clase paso muy rápido hablamos del proyecto final y después la maestra nos dejó ir.

Al salir del instituto Levi y Erwin ya estaban a fuera esperándonos. Ellos estaban agarrados de la mano lo que era raro ya que a pensar de ser una pareja casi nunca se les veía así.

Hange y yo comenzamos a caminar atrás de ellos, pero antes de llegar tan lejos noté que no llevaba mi patineta, así que tuve que regresar al salón de música. Afortunadamente estaba ahí, iba caminando por el pasillo cuendo ví el salón de pintura estaba abierto y no era normal, usualmente en mi escuela ese salón siempre estaba cerrado por qué ahí se guardan las pinturas de los compañeros y se cerraba para que nadie los arruinara o robara.

Al asomarme pude notar a Ymir en una silla sentada a su lado estaba Sasha una de mis amigas, por lo que ví Ymir estaba llorando y Sasha la estaba consolando, pero antes de que me vieran salí corriendo.

Llegué con los chicos y seguimos nuestro camino.

Al llegar cada uno fue a su casa, mamá estaba esperándome para comer ya que mis tíos habían salido a ver a la familia de Uri. Fui a dejar mi mochila a mi cierto y a lavarme las manos.

—Aquí estoy. —Anuncie mientras bajaba

—Jared una chica te busca. —dijo mi madre. Sentí un hueco en el estómago pensando en Ymir.

Me asome y ví a Yelena con una bolsa en sus manos

—Hola Yelena. —me acerque a la puerta y le dije a mi mamá que era una amiga mía, que ahorita iba a la cocina. —¿Que te trae por aquí?.

—Mmmm pues estaba por aquí y pensé que podríamos ver una película, digo si no quieres no hay problema, me puedo ir. —Dijo

—Obvio que quiero me hace falta, pasa. —Me hice a un lado para dejarla pasar.

—Jared invita a tu amiga a comer con nosotras. —Dojo mi mamá.

—¿Quieres comer Yelena?.

—No podría rechazar la comida de tu mamá. —ella sonrió y yo le regrese la sonrisa.

Ambas fuimos a la cocina y nos sentamos en la isla de la cocina. Comimos entre risas, a mamá le cayó muy bien Yelena. Terminando fuimos a mi habitación y puse la película que ella me indicó.

Nos sentamos y comenzamos a comer las cosas que Yelena había comprado. La película era de comedia así que las risas no faltaron.

Cuando terminó notamos que ya era algo tarde así que Yelena se tenía que ir. Su papá pasaría a buscarla.

Íbamos bajando y note que mi primo, tía, tíos  y amigos estaban en la sala lo de siempre. Yelena se despidió y luego salimos, al estar afuera note que hacía frío así que le di mi chamarra a Yelena ya que era grande le quedaba bien.

Cuando llegó su papá ambas nos despedimos y yo me metí a mi casa.

Me senté a lado de Hange, al sentarme comencé a escuchar los chismes y  me enteré que el papá de Historia estaba metido en unos cuantos problemas financieros por culpa de Historia ya que gastaba mucho.

—¿Escapamos?. —Susurro Hange.

—vamos. —Susurre de vuelta y ambas subimos a mi cuarto.

Si bien amaba a mis tíos era algo fastidioso estarlos oyendo, al llegar a mi cuarto note el desastre que había por lo de la película.

—Disculpa el desorden.

—Sin problemas mi cuarto esta peor. —ambas reímos

Estuvimos hablando y fue aún más divertida mi noche por qué Hange era demaciado graciosa. Nos tomamos unas cuantas fotos y como de costumbre yo las subí a mis historias de Instagram, Hange hizo lo mismo y ambas nos etiquetamos.

No tardó ni cinco minutos cuando note que alguien me había mandado un mensaje, revisé y era Ymir.

Ymir.


—Sabia que había algo raro con ella.

—No hay nada raro.

—Yo no nací ayer.

—pensa lo que quieras, tu y yo ya no somos nada.

Deje el teléfono en mi cama y seguí hablando con Hange.

Llegó la hora en el que ella se tenía que ir así que nos despedimos y volví a mi cuarto para dormir.


Entrega Tu Corazón. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora