Me desperté horas después de la pijamada que habíamos tenido, solo estábamos Hange y yo, por lo visto los demás se habían ido a sus caballas antes de que los demás despertarán.
Mi cabeza estaba a punto de estallar, tenía frío y mucha sed, pero sabía que si tomaba agua mi estómago comenzaría a doler.El profesor Hanes empezó a gritar que nos levantamos, me moví lentamente para no despertar a Hange que estaba abrazada a mi, y ligeramente la comencé a despertar. Ella abrió sus ojos y se apartó de mi, se sentó y comenzó a frotarse los ojos.
—Tengo mucha sed.—
—Yo también, vamos por agua.—
Ambas nos levantamos y salimos, pero salimos sin suéter, el frío golpeó rápidamente nuestro cuerpo y la luz solar afecto a nuestros ojos. El dolor de cabeza se hizo más grande cuando escuché a Hanes gritándome en mi oreja.
—¡BUEN DIA!. —Su aliento apestaba a café y dona de fresa.
Ambas lo miramos mal y no le contestamos, decidimos irnos a la cocina comunitaria del campamento, era una cabaña chica con cinco mesas largas, en ellas aún había compañeros sentados desayunando. Nos sentamos en dónde está Eren y Mikasa
—Estuvo buena la noche, ¿No? —Pregunte apenas nos sentamos.
—Para Armin no, se la paso vomitando y no durmió bien. —Dijo Mikasa mientras tomaba un jugo de naranja.
—Les trajimos el desayuno. —Erwin y Levi pusieron una charola con comida enfrente de Mikasa, Eren, Hange y yo, devore mi comida como si llevará semanas sin comer.
Pasamos todo el día sentados en un toro con que estaba cerca del lago por qué ninguno de los que habíamos estado en la fiesta tenía ganas de levantarse e ir a hacer las actividades correspondientes, claramente Hanes nos cubrió muy bien. Había algo en Hange que me hacía pensar que algo andaba mal, no hablaba lo que era muy raro tratándose de ella.
—¿Te pasa algo? —Le pregunté mientras me sentaba a su lado un poco alejadas de los demás.
—Todo bien, solo estoy cruda, ¿Es normal no? —Rasco levemente la parte trasera de su cabeza, mientras desviaban la mirada, estaba nerviosa y no me estaba diciendo la verdad, eso era obvio.
Por lo que logro recordar ella no había tomado mucho, los que más nos habíamos embriagado éramos Armin, Levi y yo, por eso no recordamos nada, pero Erwin y Hange si, pero ellos no quisieron decir absolutamente nada de lo que había pasado la noche anterior. Me levanté de mi asiento y fui hacia Erwin, lo tome de la mano y me lo lleve a hablar lejos de todos, Levi me miró mal pero poco me importo, soy una persona demaciado curiosa y no podía seguir sin saber el por qué Hange y el actuaban raro.
Cuando estuvimos lo suficientemente lejos por fin lo solté.
—Dime que paso ayer, no es normal que Hange este rara, se bien que ni tú ni ella tomaron mucho.
—No paso nada raro, no sé por qué piensas que si, ¿Recuerdas algo?. —Su pregunta era algo tonta, por qué si recordara no le estaría preguntando, era difícil sacarle información
—No, por eso te pregunto, quiero saber.
—Jared no paso nada, no te go nada que decir... Solo que no dejaste de hablar de Yelena, tal vez por eso Hange se allá sentido incomoda... —El mismo detuvo sus palabras cuando se di cuenta de lo que había dicho.
—¿Por qué razón Hange se sentiría incómoda por qué yo hablara de Yelena?. —Nuestras miradas se cruzaron —Sabes algo más, dime qué es.
—Nada, no es mi asunto Jared, ahora déjame ir. —Intento moverse pero no lo deje.
—¿Que es?. —Sabia que no estaba bien hostigar lo así, pero quería saber.
—Chicos hora de comer. —Hanes nos interrumpió, Erwin aprovechó para escapar
¡Diablos!
La cena estuvo tranquila, todos comimos en paz y sin hacer más preguntas, pero note que ni Erwin ni Hange estaban, lo que se me hizo aún más raro.
Al terminar todos salimos disparados hacia la gran fogata que se había hecho en el patio, nos sentamos al rededor y comenzamos a contar historias de terror y experiencias paranormales, mientras comíamos botanas y bombones quemados. A mí lado se había sentado una amiga mía, era Riko íbamos juntas a clases de natación hace algunos años y éramos buenas amigas.
Ella se recostó en mi hombro y yo en su cabeza, no necesitamos palabras ni saludos para iniciar una conversación, normalmente hacíamos eso y era como nuestro lenguaje de amor, el contacto físico y nunca existió una atracción sentimental ni física, solo éramos amigas y muy buenas.
En toda la fogata ella y yo no nos separamos y cuando termino la fogata ambas tomamos nuestro camino a nuestras casas de campaña.
Al llegar a la mía ví a Hange ya acostada leyendo un libro de ciencias, al verme lo dejo de lado, me dió una sonrisa cálida y me tiró la pijama en la cara, después me dijo que me acostara a su lado. Así que eso hice tire mi pijama a un lado y me acosté a su lado mientras la abrazaba.
—No me gusta que estés sería y menos conmigo, te convertiste en una de mis mejores amigas Hange. —Me pegue más a su pecho mientras sentía los latidos de su corazón acelerándose, yo me sonroje por eso pero no dije nada.
—Perdón Jared, no volverá a pasar...
(...)
Ya habíamos regresado de nuestro increíble campamento y todo estaba en orden Hange ya me hablaba bien, Erwin olvidó lo que le había hecho en el bosque y todo eso.
Mi relación con Yelena había comenzado a mejorar y de hecho ya hasta salíamos Erwin, Levi, Hange, Yelena, y yo juntos, a y también habíamos empezado a incluir a Pieck la amiga de Yelena, que por lo visto se había comenzado a llevar muy bien con Hange.
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Entrega Tu Corazón.
FanfictionCuando pensaba que a mis pinturas siempre les faltaría color, llegaste tu a iluminar. Cuando pensé que estaría sola para siempre, llegaste tu con tu bella sonrisa y hermosa personalidad a cambiarlo todo. Cuando pensé que amaba por fin a alguien lleg...