Los hermanos Salvatore✅️

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-¿Qué?

-Vamos a rescatar a Enzo.

-¿Cómo sabes todo esto? -me pregunta Damon, lleno de duda.

¿Qué digo? ¿Qué digo?

-Soy una vidente, puedo ver el pasado y el futuro.

-Estás mintiendo. Puedo escuchar cómo tu corazón se acelera.

Malditos sentidos de vampiro.

-¿Quieres que te lo demuestre?

Damon se queda unos momentos observándome.

-Está bien, demuéstramelo.

-Damon y Stefan Salvatore, hijos de Giuseppe y Lillian Salvatore, convertidos en vampiros con la sangre de Katerina Petrova, mejor conocida como Katherine Pierce. Ambos asesinados por su padre mientras intentaban salvar a Katherine. Y, como dato extra, tu hermano menor, Stefan Salvatore, es mejor conocido como el Destripador de Monterrey. ¿Eso está bien o necesitas más información?

Damon me mira horrorizado, sin palabras.

-Imposible...

-Creo que has demostrado que lo imposible no existe, después de todo. Eres un vampiro. Si existen vampiros, brujas, hombres lobo, herejes e híbridos, ¿por qué no una vidente?

-Espera... ¿los hombres lobo son reales? ¿Por qué nunca había oído de ellos? ¿Y qué diablos es un híbrido y un hereje?

-Sí, los hombres lobo existen. Nunca has oído de ellos porque casi están extintos. Han sido cazados por vampiros durante siglos.

-¿Por qué?

-Porque una mordedura de hombre lobo es fatal para un vampiro, y aún no hay una cura para ello.

-¿"Aún"? Y sigo preguntando, ¿qué diablos es un híbrido y un hereje?

-Demasiadas preguntas. Vamos a lo que nos interesa: Enzo.

Damon me lanza una mirada que claramente dice: "Esta conversación no ha terminado".

-Está bien... ¿y cómo lo haremos, Blondie?

-Tenemos que trazar un plan. Mañana habrá una fiesta de regreso a clases en la Universidad Whitmore. Nos colaremos y, mientras los adolescentes se emborrachan, salvamos a Enzo. Y, si es posible, quemamos el laboratorio. ¿Qué piensas?

-Es un buen plan.

-Pues tengo que irme antes de que Stefan llegue. Ah, Damon, una cosa más. ¿Recuerdas a Maggie? La chica de la que Enzo estaba enamorado.

-Sí, ¿por qué?

-Porque tú la mataste.

La cara de Damon es impagable.

-Así que, si fuera tú, empezaría a preparar un buen discurso de disculpa para Enzo. Adiós, Damon.

Dios, por fin llegué a casa. Estoy tan cansada. Hoy ha sido un día agotador, solo quiero dormir.

Toc, toc.

¿Quién diablos es a esta hora?

-¡Ya voy! -grito-. ¿Stefan?

-Hola, Caroline, ¿podemos hablar?

-Claro, Stefan, pero no puedo invitarte a entrar.

Stefan me mira confundido.

-Eres un vampiro, Stefan. Lo sé.

-¿Cómo lo sabes?

-Soy una vidente. Sé que estás aquí por Elena y su parecido con Katherine.

Stefan está aturdido.

-Guao... -es lo único que logra decir.

-¿Quieres que te lo demuestre un poco más o así está bien?

-Bueno... no sé. ¿Qué más sabes? -Stefan está nervioso.

Salgo afuera, me siento en el porche y le indico a Stefan que se siente a mi lado.

-Stefan Salvatore, hermano de Damon Salvatore, hijo de Giuseppe y Lillian Salvatore. Convertido en vampiro con la sangre de Katherine Pierce, mejor conocido como el Destripador de Monterrey. Actualmente en la "dieta de Bambi" -bromeo, y Stefan se ríe.

-Realmente eres una vidente.

-Lo soy. Puedo ver el pasado y el futuro.

-Guao, no tengo palabras.

-¿Y por qué viniste a mi casa, Stef?

-Necesitaba un amigo. Y, como dijiste que éramos amigos...

-Pues, ¿de qué quieres hablar?

-No sé qué me pasa... me gusta Elena, y todo es tan genial que tengo miedo de que algo malo pase.

¿Se lo digo o no se lo digo?

-¿Qué pasa, Caroline?

-Elena elige a Damon -digo a una velocidad que solo un vampiro podría entender.

-¿Qué?

-Lo siento, Stefan. Sé que te duele, pero te diré un secreto: en algún lugar hay una chica muy hermosa que te está esperando. Una chica que te ha amado durante más de 90 años.

Nunca fui muy amiga de Rebekah, pero después de todo lo que sucedió, y tras la muerte de Klaus, me hice muy amiga de ella y de Kol. Quién lo diría.

Stefan me mira sorprendido, pero no dice nada. Solo se queda mirando y luego voltea para ver el cielo.

-Gracias, Caroline.

-Para eso están los amigos, Stefan. Y quiero que sepas que, si me necesitas, siempre estaré aquí.


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