Hora de hablar con Elena I✅️

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~El miedo no detiene la muerte, detiene la vida~

Nos la pasamos muy bien. Luego de regresar del Mystic Grill, nos dimos un baño, nos pusimos las pijamas y cenamos. Sage nos contó historias de algunas cosas que ha vivido a lo largo de los años, lo cual fue muy divertido.

—Debemos comprar una casa nueva —dice de repente mi madre—. Empezaré a buscar. Además, Davina ya ha sido inscrita en la escuela, empieza pasado mañana.
Davina asiente feliz.

—¿Por qué una casa nueva? —pregunto, intrigada.

—Ahora somos demasiados, y solo hay tres habitaciones.

—De acuerdo. Hoy Davina y yo dormiremos en mi habitación, y Sage puede dormir en la de los invitados —propongo. Todos asienten.

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—Nik, estás aquí... —murmuro, sorprendida.

—Hola, amor —responde Nik. Puedo escuchar la ira en su voz. Dios, ¿por qué es tan bipolar? Un momento está feliz y al otro quiere matar a alguien.

—Si estás enojado por lo de Sage, debo decir que no es asunto tuyo. De la misma manera que le ofrecí un trato a Elijah y a ti, se lo ofrecí a Sage. La diferencia es que de los tres, dos ya aceptaron —digo con confianza, intentando mantenerme firme.

—¿Y qué trato fue ese, amor? —pregunta Nik con cautela. Decido responder sin titubear.

—Finn—digo simplemente.

Nik me mira fijamente mientras se acerca hasta quedar frente a mí. Intento no mostrarme afectada, pero no lo logro.

—Acepto —dice de repente.

—¿Qué?

—Acepto tu trato, pero con condiciones.

—¿Qué condiciones? —pregunto, temerosa.

—A las personas que mencionaste no les haré ningún daño. A mis hermanos solo los liberaré cuando rompa mi maldición y Mikael esté muerto. En cuanto a Katerina, tendrá su libertad, pero si intenta hacerme daño a mí o a mi familia, morirá. ¿Aceptas?

Lo miro fijamente y respiro profundamente. Luego, le respondo:

—Tus hermanos también tienen derecho a estar ahí cuando mates a Mikael, Nik. Ellos han sufrido tanto como tú por su culpa. No se merecen estar encerrados durante ese momento. Los liberas antes, o no hay trato.

Klaus me observa en silencio, evaluando mis palabras. Finalmente, asiente con una media sonrisa.

—Está bien, amor. Tus términos son justos. Mis hermanos estarán libres cuando llegue el momento. De matar a Mikael. ¿Aceptas?

—Acepto.

—Bien, tenemos un trato, amor —dice Klaus con una sonrisa. Se inclina y me besa. Al principio es un beso lento, pero mientras más pasa el tiempo, se vuelve intenso. Cuando estoy a punto de profundizarlo, algo me distrae.

—Caroline, despierta. Despierta —escucho la voz de Davina. Klaus se aleja y me susurra al oído:

—Esto no ha terminado, mi amor —me dice de forma seductora antes de desvanecerse.

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—Estoy agotada —digo, dejándome caer en uno de los sillones de la casa.

—¿Por qué? —pregunta Sage, curiosa.

—Mikaelson —respondo con cansancio. Es lo único que necesito decir. Sage se ríe de mi sufrimiento.

—¿Qué pasa, hermanita? —me pregunta Sage, burlona.

—¿Quieres ver a Finn? —le pregunto. Veo cómo el anhelo ilumina sus ojos.

—Sí —responde rápidamente.

—Bien, entonces prepárate.

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—Hola, Finn. ¿Estás aquí?

— Señorita Caroline, has vuelto —dice Finn, visiblemente alegre.

— Solo Caroline

— Esta bien, Caroline

—Te he traído un regalo —le digo con una sonrisa. Veo la confusión en su rostro hasta que me aparto y dejo que Sage salga. La sorpresa y la conmoción se reflejan en la cara de Finn.

—Sage... —susurra, incrédulo.

—Hola, mi amor —responde Sage mientras corre a los brazos de Finn.

—Gracias, hermanita —me dice Sage entre lágrimas, abrazada a Finn.

—Siempre, hermana. Y hermano —les digo con ternura. Ambos me sonríen.

—Los dejo solos.

—Gracias otra vez —me dice Finn, con una mirada llena de gratitud.

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Caroline: Hola, Elena, ¿podemos vernos en tu casa?

Elena: Claro, Caroline. Tenemos mucho de qué hablar.

Caroline: Perfecto.

Llego a la casa de Elena y toco la puerta. Jenna me abre, radiante como siempre.

—¡Caroline! Hace mucho que no te veía —dice con alegría.

—Así es, Jenna. ¿Puedo pasar?

—Claro, pasa. Elena te está esperando en su habitación.

—Gracias —le respondo mientras subo las escaleras. Me detengo unos momentos frente a la puerta de Elena, respiro hondo y finalmente toco.

—Puedes pasar —escucho desde dentro.

Abro la puerta y la encuentro sentada en su cama.

—Hola, Care. ¿De qué quieres hablar? —pregunta Elena, curiosa.

—Elena, tenemos que hablar acerca de Klaus.

Nota

Disculpen que no he subido capitulos pero tuve algunos inconvenientes familiares, tratare de subir capitulo este fin de semana.😊

Este capitulo es corto tratare de hacer los demás un poco mas largos,

Muchas gracias por todo,

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