La sobreviviente "Katerina Petrova"✅️

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. "Los sobrevivientes no siempre son los más fuertes; a veces son los más inteligentes, pero más a menudo simplemente son los más afortunados". Carrie Ryan.

-Katherine no está en la tumba -digo finalmente.

Es como si todo a nuestro alrededor se hubiese detenido. Solo hay silencio, hasta que Damon, por fin, puede hablar.

-Ja, ja, ja, ja -Damon se ríe, pero cuando ve que no me estoy riendo con él, se detiene en seco-. Estás mintiendo -grita, y todos en el bar se nos quedan viendo. Si no hubiese sido por Enzo, que lo sostiene, Damon ya me habría atacado.

-No lo estoy. Katherine necesitaba huir antes de que el lobo feroz la encontrara, así que fingió su muerte. Lo siento mucho, Damon, pero Katherine no está en la tumba. Katherine no ama a nadie más que a ella misma. Es una sobreviviente, y lo único que le importa es sobrevivir, nadie más. ¿Quieres matarme, lastimarme porque estás enojado? Pues hazlo, pero lo que digo es verdad. Y si no me crees ahora, pronto lo harás porque Kitty Kat vendrá a la ciudad. Pero si todavía dudas, no te preocupes. La tumba será abierta por las brujas Bennett y tú mismo lo verás.

Hago una pausa, y le lanzo una última mirada antes de irme.

-Adiós, y no olvides nuestro trato.

Dejo a un Damon aturdido y a un Enzo conmocionado. Estoy agotada. Todo esto me tiene cansada, tanto física como emocionalmente. Decido dirigirme a la casa de Bonnie para hablar con Sheila sobre el sueño que tuve con Klaus.

Toco el timbre, y Sheila abre la puerta.

-Hola, mi niña.

-Hola, Grams.

-Bonnie no está.

-Necesito hablar contigo. Es algo muy importante.

Sheila se aparta de la puerta, haciéndome una señal para que entre.

-Vamos a sentarnos. ¿De qué quieres hablar?

Respiro hondo antes de empezar.

-Tuve un sueño, pero se sentía demasiado real. ¿Alguna vez has oído hablar de Niklaus Mikaelson, mejor conocido como Klaus, el híbrido original?

Sheila me mira sorprendida.

-Así que soñaste con él.

-Sí.

-En tu línea de tiempo, ustedes dos se conocían.

-Sí, nos conocíamos... muy bien -digo, con un leve tono de nostalgia. Sheila levanta una ceja, intrigada, pero no me interrumpe-. Sabes acerca de la maldición que Klaus tiene, la cual fue puesta por su propia madre para encerrar a su lobo interior, ¿cierto?

-Sí, lo sé.

-Para romper la maldición, se necesitaban varios ingredientes: la piedra lunar, un lobo, un vampiro, una bruja y el ingrediente más difícil de conseguir, un doppelgänger humano. -Sheila sigue observándome, pero no me detiene-. Yo era el vampiro que originalmente iba a usarse para que Klaus rompiera la maldición, pero fui rescatada a tiempo por Damon Salvatore.

Al mencionar el nombre de Damon, Sheila frunce el ceño, sorprendida.

-Lo importante es que, después de todo eso, pasaron muchas cosas en Mystic Falls, y Klaus y yo nos hicimos... amigos, por así decirlo. Él me prometió ser mi último amor -confieso, con la voz llena de nostalgia.

Sheila me observa, ligeramente sorprendida por esta última parte.

-Pero antes de que pudiera cumplir su promesa, murió protegiendo a su hija. Así que... ¿tienes alguna idea de por qué puedo ver a Klaus en mis sueños?

Sheila guarda silencio por unos segundos, como si estuviera procesando todo lo que le he dicho. Finalmente, me hace una pregunta que no esperaba.

-Te haré una pregunta, mi niña, y me tienes que contestar con la verdad -dice Sheila, seria. Asiento lentamente, dándole permiso para continuar-. ¿Amas al híbrido original?

Me quedo quieta, como una estatua. No quería admitirlo, pero la verdad sale de mis labios antes de que pueda detenerla.

-Sí.

Sheila me sonríe suavemente, como si hubiera encontrado la respuesta que buscaba.

-Ahí está tu respuesta. Tu deseo fue poder cambiar todo y salvar a las personas que amas. Tú y el híbrido original tienen un vínculo.

Siento que el peso de sus palabras cae sobre mí.

-Yo amé primero al monstruo y luego al hombre que había dentro de él... pero cuando me di cuenta, ya era muy tarde -le confieso, y noto que las lágrimas empiezan a acumularse en mis ojos-. Soy una mala amiga, y una mala persona, por haberme enamorado de un monstruo.

Sheila me observa con ternura y comprensión.

-No eres un monstruo, ni una mala amiga, Caroline. No podemos elegir a quién amamos. Y por lo que me cuentas, él fue diferente contigo. Te mostró su humanidad cuando a los demás les mostró un monstruo. Así que no quiero oír que te llamas a ti misma un monstruo.

Me cuesta contener el llanto, pero sus palabras me reconfortan de una manera que no esperaba. Finalmente, me acerco a ella y la abrazo.

-Gracias, Grams.

-Siempre, mi niña de luz.

Después de hablar un rato más con Sheila, me dirijo a casa. Estoy agotada, tanto física como emocionalmente. Mientras me preparo para lo que viene, incluyendo a Katherine, sé que una cosa es segura: debo volver a ser un vampiro.

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