Me desperté esa mañana bastante cansada: aunque no había dormido tan mal (a pesar de mis problemas usuales para conciliar el sueño), el cansancio acumulado se notaba en todo el cuerpo. Me hubiera gustado levantarme un poco antes, pero me fue prácticamente imposible: con el poco tiempo que me quedó me aseé, me hice un desayuno rápido y me preparé. Por suerte, la dueña de la posada había dejado en mi puerta mi ropa, ya seca, y el haori negro de aquel extraño chico. «Tengo que encontrarlo de alguna manera y devolvérselo, es lo mínimo que puedo hacer» pensé algo tensa. Sentiría el peso del favor de aquel chico rondando mis pensamientos hasta que tuviera la oportunidad de devolvérselo. Por suerte, el cuerpo de cazador de demonios no es excesivamente numeroso: por probabilidad, en algún momento terminaría viéndolo; con suerte, más pronto que tarde.
No tenía tiempo de entretenerme con nimiedades: debía estar, en 15 minutos, en el banco donde nos encontramos ayer. El camino era corto, pero quería llegar la primera para no tener que hacerlo esperar (de nuevo), así que me acomodé el cabello rápidamente y salí del recinto, no sin agradecerle a la señora como es debido.
Me apresuré en salir, sin prestar mucha atención a mi alrededor. Desafortunadamente, choqué con alguien que estaba parado frente a la puerta:
—Disculpe... —Al levantar la cabeza, me topé con una expresión emocionada que reconocí al segundo—. ¡¿Rengoku-san?! ¡Lo siento muchísimo, no lo esperaba afuera! —Hice un par de reverencias a modo de disculpa y sentí un bochorno en todo el cuerpo por la situación.
—¡No te preocupes, pero ten cuidado al salir! —una carcajada estruendosa salió de su boca—. Sé que este no es el lugar que acordamos, pero como llegué con tiempo, pensé en ir a buscarte.
—¿Le hice esperar mucho? Siento ser la que llega tarde de nuevo. —Mientras me disculpaba, me preguntaba cómo era posible que él hubiera llegado antes que yo, habiendo salido del lugar 15 minutos antes y teniendo él que haber caminado un tramo extra hasta aquí. ¿A qué hora se levantaría este hombre?
—¡Qué va, acabo de llegar! —respondió con su usual sonrisa.
—Bueno, ¿qué quería enseñarme ayer? —La cara del rubio se iluminó y señaló hacia adelante.
—Acompáñame y lo verás.
Estuvimos caminando cerca de cincuenta minutos: nos alejamos del centro del poblado, entrando a la zona vecinal, que estaba más cerca del área rural. El aire en el poblado ya era bastante limpio, pero la pureza del aire era notablemente mejor cuanto más te alejabas de la zona más urbanizada. El día era soleado y lo único que se escuchaba eran los cantos de algunos pajarillos y, de vez en cuando, alguna conversación lejana. Pasamos también cerca de un río, donde había un par de barcas. Desde luego, era una de las mejores barriadas que había visto nunca.
Durante el camino no hablamos mucho. Aunque la falta de conversación me ponía algo nerviosa, me entretuve observando el campestre paisaje que precedía al vecindario, para luego contemplar las magníficas y espaciosas viviendas. De repente, el rubio se detuvo frente a una de las casas:
—¡Pues aquí estamos! Hoy es el nombramiento de los Tsuguko, pero tú y yo ya hemos adelantado ese paso. —me guiñó un ojo mientras terminaba la frase—. Por eso, quería aprovechar el día antes de la ceremonia oficial para presentarte donde vivo y que pudieras conocer a mi familia. Pasa primero, pero no te alejes mucho de mí. —Esto último lo dijo con un notorio y extraño nerviosismo.
Sin embargo, la que más nerviosa se sentía era yo. ¡¿Por qué no me avisó con antelación de lo que era?! En ese momento, me arrepentí enormemente de que se me olvidara preguntar el día anterior sobre lo que me quería enseñar. No me sentía preparada para conocer a su familia cuando ni siquiera lo había conocido a él personalmente. De alguna manera, no se sentía correcto. Sin embargo, dadas las circunstancias y su emoción, no podía negarme: de todos modos, él era mi maestro y yo tenía que obedecerle.
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Mi adorable sucesora (Kyojuro Rengoku x Lectora)
FanfictionSiempre huía del recuerdo de aquella noche: aquel frío penetrante y cruel, aquel... vacío. ¿Lograría algún día olvidar esa pesadilla? ¿Lograría alguien hacer arder mi corazón? Esta es mi primera historia aquí, así que espero que podáis disfrutarla...