Me desperté bastante mejor que de costumbre teniendo en cuenta mis usuales problemas para dormir. Quizá fuera porque mi cuerpo se relajó con aquel sentimiento de «volver a casa», pero hasta sentía mi cabeza más despejada que los días anteriores.
La mañana comenzó tranquila: Rengoku-san volvía a tener trabajo ese día, por lo que tenía que levantarme más temprano de lo usual para entrenar con él. El rubio me avisó la noche anterior de que tocaría mi puerta para despertarme, pero, extrañamente, me había levantado sola.
Salí de la cama torpemente, suponiendo que mi cuerpo se habría desvelado y sería aún bastante temprano. Abrí la puerta y, encima de la mesa de la cocina, vi una pequeña nota:
«Perdóname, (T/N). Llamé un par de veces a tu puerta, pero estabas durmiendo tan profundamente que me dio mucha pena despertarte. Descansar también es una parte fundamental del entrenamiento, así que, ¡tómate este día libre y procura descansar mucho! (•̀ᴗ•́)و ̑̑»
Suspiré, mirando la nota con sentimientos encontrados: frustración, por no haber podido entrenar con él y felicidad por el cariño que transmitían esas palabras. En serio, ¿cómo podía existir alguien tan bueno en este mundo?
En seguida me paré en seco y miré al cielo: juzgando por la altura del sol, que jugaba entre las nubes, ya era bastante tarde, por lo que me aseé fugazmente y me dispuse a limpiar a fondo la casa, ya que, después de tres días en los que había estado fuera, debería estar bastante más sucia de lo que la dejé (aunque a simple vista no parecía estarlo).
Cuando fui a buscar los instrumentos de limpieza, me encontré otra nota:
«Si estás leyendo esta nota, ¡muy mal! Te dicho que te tomaras este día para descansar. Limpiar no es descansar. No te preocupes, Senjuro y yo limpiamos mientras tú no estabas (・ω<)☆
¡Des-can-sa!
PD: ya me estoy cansado de hacer dibujitos...»
No pude evitar reír ante las ocurrencias del rubio. Realmente estaba molesta de que hubieran limpiado, ya que era mi trabajo, pero la felicidad que me daban esos dos eclipsaba cualquier pequeño signo de molestia. A veces, el mayor parecía mucho más pequeño que su hermano. Recogí las notas para guardarlas mientras las observaba con cariño:
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Mi adorable sucesora (Kyojuro Rengoku x Lectora)
FanfictionSiempre huía del recuerdo de aquella noche: aquel frío penetrante y cruel, aquel... vacío. ¿Lograría algún día olvidar esa pesadilla? ¿Lograría alguien hacer arder mi corazón? Esta es mi primera historia aquí, así que espero que podáis disfrutarla...