Capítulo 30

139 25 10
                                    


Después de una semana ajetreada por el trabajo en la empresa y de haber padecido un dolor de cabeza insoportable, Xiao Zhan podría decir que estaba al borde del colapso. Todo era tan raro y confuso al analizar los eventos que transcurrieron en unas horas.

En unas horas se cumplía el plazo que dieron los médicos para que Wang Yibo despertará, ya que después de ese tiempo se consideraría con muerte cerebral al no ver ningún indicio de respuesta.

Zhan analizaba todo detenidamente, se supone que hace uno año, después de su boda, debería estar disfrutando de su luna de miel en un viaje pagado por sus suegros y padre; pero por motivos de negocios se pospuso el viaje dentro de unos meses.

Cuando llegó el día de disfrutar su luna de miel, sucedió un incidente en el cual ambos esposos discutieron y Wang Yibo decidió salir a una reunión de emergencia que requería de su presencia, pero nadie se imaginaba que en el trayecto ocurriría el accidente.

Ahora solo estaba teniendo mucho estrés al no saber que pasaba en la habitación desde hace unas horas, debería de saber cuál era la condición de su esposo, pero solo veía entrar y salir a los médicos y enfermeras. Lo único que pudo saber era que había despertado de su estado comatoso.

-¿Qué pasa Zhan Zhan? . -hablo Victoria mientras llegaba a su lado-.

-sollozando-. Despertó. Yibo despertó.

-abrazando a su amigo-. ¿Y entonces por qué lloras? Eso no es algo para alegrarse.

-El problema es que se despertó y el monitor empezó a mostrar que estaba mal. -sollozando-. No quiero que se muera Victoria. No quiero. Yo lo amo.

-Calma. Todo va a estar bien Zhan Zhan. Verás que se recuperará. -hablo Dilmuraba mientras tomaba su mano-. Vamos a la cafetería. Te llevaré para que comas algo.

-No quiero irme ¿Y si alguien sale para avisar?

-Yo me quedaré y les avisaré si pasa algo. -dijo Yunxi-.

-Pero...

-No está en discusión. Vienes con nosotros.

°•☆

     ¤

       ☆•°

-Vaya, vaya. Al parecer este joven tiene ganas de vivir.

-Debo suponer que tiene un fuerte motivo por el cual quiera seguir con nosotros doctora Kim. -sonriendo Ming-. No vio al hermoso hombre que estuvo hace unos instantes llorando. Debo de suponer que es su esposo.

-Pues no te equivocaste Feng. Es su esposo y según escuche este guapo caballero se accidentó en su auto. Es una pena que en su noche de bodas hubiera pasado algo tan lamentable. -respondió la doctora Kim-.

-Lo más increíble de todo esto es que lo esperara durante todo este tiempo ¿No lo creen? . -suspirando-. Creo que yo no sería capaz de soportar tanto.

-Si amarás creo que el tiempo sale volando. -tomando nota de los signos vitales Ming-.

-asintiendo-. Bien chicas, dejen de pelearse por este hombre que ya tiene dueño.

-asintiendo ambas enfermeras-. Lo sentimos jefa.

-rodando los ojos-. Si se presenta algún inconveniente saben donde buscarme. Ahora iré a comer. -sacándose los guantes-. Avisen a su esposo que debe estar angustiado.

-No se preocupe doctora, nosotros le avisaremos.

°•☆

     ¤

      ☆•°

Después de dos horas de larga angustia, Xiao Zhan recibió la mejor noticia que pueda haber recibido en su vida, aunque a ninguna de sus amigas le hacia gracia, debían apoyarlo. Ambas chicas sabían de sus andanzas del castaño, no eran tan idiotas para creer el estúpido cuento que se filtró en los medios locales.

Victoria sabía que el accidente se debió a que discutió con el pelinegro por algo sin sentido, y al no querer enfrentarlo decidió salir con su amante a relajarse de su aburrido encierro. Pero no contó que en el camino un lindo siervo se cruzara en su camino y tuviera que frenar de golpe para maniobrar.

Aquella jugada le salió mal, ya que no calculó que en el lado donde siguió su camino estaba un acantilado que aseguraba una muerte rápida e instantánea, pero milagrosamente el auto que manejaba no estalló, en el acto a pesar de haber colisionado con el fondo.

-Se que no es el momento Zhan, pero debes terminar con esta maldita farsa que solo te traerá sufrimiento. No es justo que sigas con una persona a la cual nunca le interesaste y que solo te uso. -bufando-. Es increíble cómo acabó después de tratarte como una basura.

-¿En serio tenías que decirlo esto ahora Victoria? Por lo menos deja que asimile un poco la noticia. Osea, digo. No es fácil saber que tenia a su amante en sus narices.

-Pueden callarse las dos. -mirando al pelinegro-. ¿No se dan cuenta que el pobre aún no asimila la noticia?

Ambas chicas se miraron con pena al ver a su amigo destrozado por la revelación que se dio en ese momento. Pensó que todo tenía una explicación y que aquella señorita era una íntima amiga; pero lastimosamente todo tenía sentido ahora. Todo encaja perfectamente y solo la pieza sobrante del juego era el mismo.

Al final todos tenían razón al decirle que debía rehacer su vida y olvidarse de aquel bastardo. No entendía porque Wang Yibo no rechazó la oferta de matrimonio y simplemente se hubieran ahorrado el sin sabor que dejó el engaño y la mentira en su ser.

°•☆

      ¤

       ☆•°

Durante todo este tiempo que había transcurrido no se le ocurrió imaginar que Lily era la amante de su esposo. Era realmente patética su situación. No había pasado ni una semana en que había despertado y se había enterado por una discusión entre ellos que el mismo concreto. En su cabeza no cree que Wang Yibo fuera tan malvado para jugar con su corazón.

Incluso lo defendió a capa y espada de las acusaciones que hacía Victoria con pruebas. Reba por otro lado no decía nada, pero su mirada era la confirmación silenciosa de todo lo que mostraba la pelinegra. Su cabeza estaba un lío con todo lo noticia, pero al final decidió que debía hacer.

Hace unos días Wang Yibo había prometido que empezarían de nuevo y que saliendo del hospital se irían de viaje por una larga temporada, ya que no encontraron nada malo en su cuerpo a pesar del tiempo que paso postrado en cama. Su caso se consideró un milagro que fue comentado por todo el hospital.

Pero el único viaje que harán ambos no será de placer.

-No se preocupen, todo esto acabará en una semana. -miraba fijamente la ventana-.

-¿Qué vas hacer?. -la pregunta salió como un susurro de la boca de Reba-. ¿Zhannie me estás asustando?

-sonriendo-. Descuida. Estaré bien.

LágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora