Capítulo 28

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Las simples palabras que dijo el castaño, hicieron que su corazón empezará a emocionarse un poco, pero no al extremo de necesitar un médico en estos momentos.

-¿Cómo? -mirándolo con cierto asombro-. Tengo entendido que en tu caso no hay nadie que se haga cargo de tu empresa.

-Eso está solucionado, así que podremos disfrutar un tiempo largo en familia sin que nadie nos moleste. -mirando el monitor-. Debes calmarte cariño.

-sollozando-. Gracias.

-limpiando sus mejillas-. No llores. Recuerda que no puedes emocionarte tanto.

-suspirando-. Lo sé, pero se me hace imposible no hacerlo.

Ambos se miraban con unos ojos de amor indiscutible, todas sus dudas y problemas estaban resueltos desde hace tiempo, pero debido a Tan Fei no podían estar juntos libremente sin que nadie les cuestionara nada.

Agradecía mucho que Darren hubiera metido sus narices como solía hacer desde pequeño. Prácticamente le debía su felicidad en estos momentos y sería capaz de darle la moto que tenia y nunca pudo obtenerla, pero aquello no bastaría para agradecerle por toda la dicha que sentía al tener entre sus brazos a su esposo e hija.

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Desde aquella vez en que Darren escuchó sin querer la conversación en los baños de la oficina, su actitud era un poco extraña en torno a Tan Fei. Incluso llegó a cuestionar todos los días la decisión de su casamiento precipitado ya que no había certeza de que fuera el padre del hijo que decía tener.

Haciendo una ardua investigación y con ayuda de ciertas fuentes nada legales, descubrió ciertas cosas ilegales en torno a la familia Tan. Aunque la palabras correcta era que implican de todo a Tan Sang, haciéndole responsable de todo sin levantar sospechas alguna de que no fuera el autor intelectual de los crímenes que cometió Tan Fei en su nombre.

Aquello era algo que no podía creerlo aunque el mismo presidente lo hubiera corroborado. Su instinto decía que había algo más detrás de todo este asunto, sin contar que Li Qin jamás se prestaría a esas cosas tan turbias. Conociendo cómo era aquella mujer, apostaba y ganaba a que había algo más en torno a Tan Sang.

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Después de una ardua investigación, descubrió ciertas cosas que jamás imaginó que pasaría. Pero era consciente de que la posibilidad era demasiada alta, recordando sobre todo que aquella mañana presenció algo que no deseaba.

Sabía que el hijo que esperaba Tan Sang, no podría ser más que de su primo, y la confirmación de aquello sería en el cumpleaños de Li Qin que celebraron en el bar "Recovecos Club" en donde tuvo que dormir con ayuda de pastillas y una semana de terapia, debido a lo que vio en las cámaras.

Aquella noche Tan Sang bebió demasiado hasta olvidar su nombre, al extremo de perder la cordura y fue un poco vergonzoso lo que tuvo que presenciar en su camioneta desde una cámara de seguridad que estaba en una esquina del interior por motivos de seguridad.

Lastimosamente no podía decirle a su primo de golpe todo lo que sabía, pero optó por la mejor idea de confrontar a los dos sin medir las consecuencias que traería, ya que no había terminado de leer el informe médico del pelinegro; causando que Tan Sang llega al hospital por todas las emociones que presenció y un Xie Yun asustado hasta la médula por miedo a perderlo.

Aquello le costó que Li Qin no quisiera verlo ni en figurillas por un buen tiempo, pero gracias a la intervención de Lulú, pudo estar cerca de ella alegando unir fuerzas para desenmascarar a Tan Fei.

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Al parecer estaba tranquilo por ver que al menos Xie Yun podría ser feliz, pero había algo que no lo dejaba tranquilo a Wang Yibo. Sabía que era muy fácil y aquello era muy peligroso, nada podría ser sencillo en esta vida y duraría el tiempo necesario.

Había algo que no cuadraba en todo lo que veía.

-Se ven muy bien los tortolitos. El amor que se tienen es tan lindo ¿No lo crees señor Wang?

-Debo suponer que esto era lo que nunca pude tener.

-¿Crees que serán felices?

-No lo sé. Nadie puede predecir el futuro.

-Realmente piensas que no se pueden mover los hilos del destino... interesante. -sonriendo-. ¿Qué pensarías si se te diera una oportunidad para regresar Wang Yibo?

-Eso es imposible. Estoy muerto desde hace años...

-Pero a cambio tendría que arruinar su felicidad para asegurar la tuya.

La sola mención de hacer añicos la felicidad de aquella pareja, parecía muy tentadora; pero Yibo no podría aceptar dicha oferta. Sería muy mezquino de su parte arruinar una pareja que se ama, a pesar de las dificultades y dudas que tuvieron que confrontar.

Tal vez su antigua versión sin duda alguna hubiera aceptado, pero no podría vivir con la culpa de haber arruinado a otros por su egoísmo.

-sin titubear respondió.- Yo recibí una oportunidad que nunca supe aprovechar. Y aunque me duela, debo de admitir que mi tiempo se acabó.

-Te hice una pregunta y me respondes otra que no te plantee. -caminando hacia una puerta-. Pero, no importa lo que decidas. Al final la última palabra no la tiene nadie.

La voz de aquel ser tenía cierto tono malicioso, hasta el momento no sabía qué rayos era. No podía alcanzar a ver su rostro. Aquello era algo tan inquietante que erizaba sus pelos desde que cerró los ojos y pensó que estaría en el infierno, pero en cambio estaba en otro lugar totalmente distinto.

No entendía el propósito de estar aún entre los vivos sin tener idea de que hacer sin un cuerpo material, por un buen tiempo se la pasó deambulando sin saber quien era; hasta que un día sus pasos lo llevaron a cierta calle concurrida.

Casi no recordaba su nombre y era algo que empezaba a asustarlo, pero si no fuera por aquel chico que divisó en una avenida con el mismo rostro de la persona a la que había amado y lastimó, jamás hubiera descubierto su verdadero propósito.

O por lo menos era lo que pensaba al ver al hermoso joven con un chico que tenía su mismo rostro.

LágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora