Capítulo 32

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Yibo solo esperaba una simple respuesta que demoró más de lo debido, al parecer aquel silencio momentáneo fue la contestación a su pregunta. Aunque la confirmación era algo innecesario, quería escucharla de sus propios labios.

-mirándolo con desconcierto-. No tenía caso seguir escuchando tus encuentros pasionales. No me interesan los detalles en absoluto de lo que hiciste con ella. -desviando la mirada-. No soy masoquista.

-Bien. -tomando un bolígrafo de la mesa-. Nos vemos en el juzgado Zhan. -caminando hacia la puerta con cierta lentitud-. Creo que es mejor que te vayas, yo llevaré los papeles ese día. No tienes por que preocuparte.

-Debo llevarte, le dije a tu padre...

-No tienes porque hacerte cargo de mi. Creo que lo mejor es que yo mismo me ocupe de mis asuntos desde ahora. -caminando de regreso a la cama tambaleándose-. Vete. Llamaré a Liu. No tienes nada que hacer aquí.

-No seas terco Yibo. -tomando su mano-. Estás un poco pálido.

-soltándose de su toque-. No quiero causarte más problemas. Debes irte. Adiós Zhan.

El pelinegro quería protestar, pero prefiero callar. Era lo mejor para los dos de todos modos. Abrió la puerta y caminó por el pasillo del hospital cuestionando su decisión, pero sabía que había hecho lo correcto.

Debía alejarse por un tiempo de todo, sabía que la empresa podía dejarla en buenas manos con Victoria y Reba. Su padre no se opondría a su decisión, sabía que tenía su apoyo incondicional para todo.

-limpiando sus lágrimas que salían sin control-. Superaremos esto. Lo haremos.

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       ☆•°

En la habitación del hospital el castaño empezaba a sentirse mal desde que empezó a discutir con su esposo, no pudo confrontarlo como hubiera querido, su cabeza empezaba a doler muy fuerte y su visión empezó a ser borrosa.

De un momento a otro, todo se volvió oscuridad absoluta.

-¡Señor Wang!

Antes de que se desplomara en el piso, una de las enfermeras que lo habían atendido hace unos minutos, había regresado por unas cosas que había olvidado en su habitación.

-¿Despierte señor Wang?... debo llamar a la doctora.

-¿Qué pasa Ming? ¡¿Qué le pasó al paciente?!

-No lo sé Feng, cuando llegue casi se cae. Pero pude sostenerlo a tiempo. Necesito que busques a la doctora Kim.

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        ☆•°

Unas horas más tarde en el cuarto del paciente Wang, estaban reunidas las enfermeras y médicos de turno Debían de aclarar ciertos puntos respecto al incidente que sucedió en la tarde, ya que se suponía que los exámenes anteriores arrojaron que estaba bien.

Nadie se explicaba el repentino desfallecimiento si los exámenes realizados arrojaban que estaba perfectamente. Pero a veces suelen esconderse algunas cosas que no se ven a simple vista, aunque ya antes el doctor Wong había sugerido que debían esperar una semana, nadie tomó en consideración sus palabras.

A pesar de que la tomografía arrojó que no había ningún problema en su cabeza, era muy probable que se presentara algún inconveniente después de un año en coma; algo que pasaron desapercibido todos los especialistas al tener una demanda excesiva de pacientes.

-Avísame cuando tengas los resultados de laboratorio. -dijo Wong mientras salía de la habitación-.

-Si, doctor.

-¿Dónde está su esposo? .-preguntó mientras miraba la placa la doctora Kim-.

-No lo sabemos doctora Kim. De hecho no hay ningún familiar en el hospital. -contestó Ming-.

-No me gusta para nada este desfallecimiento tan repentino. Los exámenes arrojaron que estaba bien... ¿Qué es esto?

-Supongo que después de todo no es un milagro. Les dije que de seguro habían secuelas pero nadie me hizo caso.

-Cállate Su She. Mejor deberías ir al área de emergencia.

-Es cierto. Tengo entendido que requieren más manos en ese servicio. -guardando la placa en el sobre-. Ve al área de emergencias doctor Su.

-Pero, doctora...

-Es una orden.

Su She salió de la habitación con su ceño fruncido y lanzando improperios a diestra y siniestra, algo que fue escuchado por las enfermeras que pasaban por el lugar, pero como sabían el genio espantoso de aquel residente; absolutamente nadie le hizo caso.

-Doctora, en el vestíbulo se encuentra un joven diciendo que es amigo del señor Wang. -habló la enfermera desde la puerta de la habitación-.

-Uhmmm, hazlo pasar a mi oficina Feng. -mirando a Ming-. Cuando despierte avísame por favor y llama inmediatamente al doctor Wong.

-Sí doctora.

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       ☆•°

Dos semanas habían transcurrido en un abrir y cerrar de ojos, algo que aterraba en demasía al pelinegro por el comportamiento extraño de su esposo. Era inusual que no lo viera en la presentación de la nueva colección de otoño, pero para no levantar sospechas, decidió no preguntar por su paradero.

Pero todo empezó a sentirse extraño cuando se enteró que ni siquiera fue a la mansión de sus padres o al departamento de Lily después de ser dado de alta, lo cual esperaría al tener ambos una relación clandestina. Pero ni siquiera Liu sabía de su paradero.

Aunque suponía que debía estar bien, ya que sus padres estaban tranquilos al igual que amigos, había algo que no lo dejaba dormir tranquilamente. Su intuición le decía que algo pasaba, pero no sabía cómo preguntar sin ser cuestionado.

Su tristeza y preocupación no pasó desapercibido por sus amigos más cercanos, como eran los señores Meng y He, los cuales hacían comentarios a la ligera en las reuniones que se presenciaban constantemente desde que se dio a conocer el despertar de Wang Yibo con la intención de que el propio Zhan desistiera del divorcio.

Ambas parejas pensaban que aún tenían la mínima esperanza para salvar su matrimonio, pero ya la decisión fue tomada sin opción a retractarse; y aunque estuviera muriéndose por estar cerca de Yibo, las mentiras que estuvieron de por medio en su relación sería el fantasma que jamás lo dejaría tranquilo.

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Un día, cuando iba a cenar con su amigo Sergei que llegó de visita al país por unas vacaciones que su padre amablemente le concedió después de haber logrado una jugosa inversión; no pensó encontrarse a Yibo en silla de ruedas acompañado de la doctora Kim y de Lily.

Por un segundo pensó acercarse a su mesa, y tal vez saludar como una forma de cortesía, pero viendo cómo sonreían y se tomaban de las manos Lily y Yibo, decidió mejor quedarse donde estaba, haciendo que toda su atención sea solo destinada para Sergei.

Después de aquello decidido no pensar más en él hasta ahora que no llegaba a la citación del juez. La verdad le desconcertó un poco las pocas veces que se encontró en las calles con Liu cuando era acompañado de su amiga Mimi, ya que siempre lo trataba con amabilidad y respeto; pero cuando estaba solo, simplemente lo ignoraba o fingía no verlo para no dirigirle la palabra.

LágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora