Capítulo 28: La fuente

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El mundo no estalló en llamas, solo en gritos. Voldemort gritó como una alarma prendiéndose y voló hacia atrás, antes de desplomarse en el suelo frente a sus seguidores que aún seguían medio en llamas. La poción golpeó el lado derecho de su cara de lleno y la superficie blanca como de serpiente se derretía, goteando limpiamente del hueso en riachuelos como pus blanco y vino. Aferró su rostro con las manos y más carne se desprendió, el lado izquierdo de su cara quedó moteado con ella, mientras sus palmas también la esparcían. Quedaron agujeros en sus mejillas, manchas de un brillante blanco que Draco no comprendió, hasta que vió que la piel se estaba haciendo líquida y despellejando hasta el hueso.

Goteaba del cuello de Voldemort, exponiendo los largos y serpenteantes tendones en su garganta, así como los frágiles huesos. Hizo ruidos siseando como de impotencia, agarrando su garganta como una víctima que acababa de ser golpeada con Langlock. Pero sus gritos fueron fuertes y llenos de pánico entre los siseos y Draco lo miró mientras sentía que Hermione lo jalaba hacia atrás; miró el cráneo del Señor Tenebroso medio revelado con carne cayendo por sus túnicas negras, su pómulo una forma irregular sobre la cuál se abría la cuenca vacía de su ojo derecho, derretido y completamente desaparecido-

"¡Mi señor!" gritó Bellatrix. Ella conjuró Aqua eructo para extinguir las llamas del Lacarnum inflamari de Harry lo suficiente como para poder correr a través de ellas hasta él. El dobladillo deshilachado de sus túnicas se prendieron con algunas llamas, pero ella apenas y lo notó, agitando su varita de nuevo para empaparse a sí misma antes de tornar su atención a su adorado lunático, abandonando a su esposo en medio del fuego de Harry completamente ignorado. "Mi señor, ¿qué le han hecho-"

Draco fue jalado hacia atrás por una puerta que lo sacó fuera del rango de vista y lo llevó hacia un dorado brillante e inmaculado, y solo se dió cuenta que era por el sonido de sus jadeantes alientos comprimidos en un espacio tan cerrado: El elevador por el que habían llegado y finalmente la puerta correcta. "¿Cómo supiste que era esta?" le preguntó Luna a Hermione. Su temor por ella abandonó su peso de muerte ligeramente sobre su corazón, aunque aún no salían del todo, debido a las protecciones anti-Aparición en el Ministerio. No estaban fuera de esa situación para nada.

"Los pisos" soltó Hermione, presionando el botón para el piso principal al Ministerio y después el botón de cerrado una y otra vez hasta que el destartalado elevador obedeció. "Utilicé un hechizo... de ampliación... para mirar los pisos, más allá del fuego... esta es la puerta... con la mayor parte de, ah, de rasguños, entonces se ha abierto más veces..."

"¡Hermione, eres maravillosa!" exclamó Ron y Hermione lo sostuvo

"¿Ron, estás herido? ¿Alguno de ustedes está herido?"

Todos declararon, tal vez con falso coraje, que estaban ilesos, dispuestos y listos para luchar por sus vidas una vez más, con más espíritu en ellos que nunca. Los Weasleys se agazaparon sobre Ron una vez que Hermione lo dejó ir, aclamando su plan mientras revisaban si persistía el aturdimiento por el hechizo que lo había golpeado antes. Cuando Fred preguntó cómo es que se le había ocurrido, Draco lo escuchó decir, "Bueno, Harry y yo pasamos suficiente tiempo nuestros primeros años sin estar seguros de qué lado se encontraba Draco y preguntándonos si intentaba convencernos de que era el nuestro. Supuse que sería bueno en fingirlo para el otro bando..."

"No puedo creer que eso funcionara" soltó Hermione. Comenzó a reírse nerviosamente, intentando retirar el cabello de su cara sin éxito. Después de todo lo que habían pasado esa noche, desde los elementos naturales hasta los dementores y los humanos siendo lo peor de todo, su melena oscurecida y empapada lucía casi tan salvaje como la de Bella.

"¡Lo sé!" chilló Luna, abrazando a Hermione de un costado. "Yo lo dije, en voz baja. ¡Dominexcorio!"

Draco buscó en su bolsillo para mirar con detenimiento el vial que Hermione le había dado. Era rojo, sí, como había notado antes, pero no precisamente el reluciente naranja rojizo del Fiendfyre Líquido. Era el fino rojo aterciopelado de Naufragiam.

Draco Malfoy y la Marca de Garra (#5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora