4. Novios.

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Pov ____________:

—¿Cómo se siente? —inquirió Gissa cuando salimos de la estación de trenes y caminamos a la universidad.

—Gissa, apenas ha pasado un día —subimos las escaleras de la entrada—, lo primero que debo hacer es que ellos me busquen, no viceversa —explique obvia.

Gissa mostró confusión en su semblante, caminamos hasta los casilleros.

—¿Qué clase de relación quieres tener?, ¿quieres que todos se enteren?

Abrí mi casillero, tomando los libros de mis primeras clases.

—No estaría mal, sería la envidia —sonreí maliciosa, abrí mi mochila y guarde cada libro—. Pero no, no quiero que piensen que estoy con ellos por atención y fama.

Eso era tan cierto, lo que menos quería era que me tacharan de interesada. Quería todo de ellos menos su fama o dinero.

Cerré mi casillero y mire a la pelirroja, parecía confundida.

—¿Entonces...?

—Sólo dejemos que se den las cosas, ¿sí?, prometo que te contaré como va mi experiencia.

Gissa sonrió orgullosa, pasamos a su casillero y sacó sus libros.

—¿Cómo van las cosas con el enfermero guapo? —mire el esmalte retocado de mis uñas, todo gracias a mi amiga.

—Ni lo preguntes, me siento como una princesa enamorada —sacó un par de libretas—, pero odio que él sea el enfermero de la Universidad, las chicas siempre van y le dejan regalos...

—¿Pastillas como paracetamol e ibuprofeno? —bromeé y ella me miro mal.

Después reímos a la par.

—No, tonta —cerró su casillero y salimos de dicha área para ir a la cafetería un rato—. Dulces o chocolates.

—Que terminas comiendo con él —aclaré y se ruborizó—. ¿Lo ves?, a él no le importa quién se los regaló, le importa con quién los comparte.

La pelirroja me miro de inmediato.

—P-pero ha de ser horrible que le regales algo a alguien y lo comparta con otra persona —se lamentó con pesar.

—Gissa, no te lamentes por eso —caminamos por los pasillos recién transitados—. Es lindo que el enfermero guapo los comparta contigo y no con otra.

Se quedó callada, avance unos pasos dejándola atrás. Entre a la cafetería y visualice a mis novios con sus amigos.

Ocupaban una mesa al fondo, sus admiradoras estaban ahí, tratando de formar parte de la charla. Alya las acompañaba ya que Nino estaba ahí.

Deje de mirarlos cuando una mano se alzó y movió de un lado a otro. Elliot y Joshua me sonrieron a la par, Gissa me alcanzó y caminamos a ellos.

Me senté cerca de Elliot y Gissa de Joshua.

—¿Quieren pedir algo? —pregunto Elliot mientras desayunaba.

Reí.

—Ni que fuera restaurante —entoné socarrona, deje mi mochila en el suelo y los mire a ambos—. ¿Qué hay para la tarde?

—¡Si!, ¿qué hay? —Gissa colocó su mochila sobre la mesa, sacando su pequeño kit de maquillaje.

—¿Qué opinan de ir al cine y después a ver el atardecer en el Louvre?

Ante la propuesta de Joshua ambas los miramos ilusionadas. Dios, lo que más amaba de París era el atardecer en el Louvre, cuando el famoso museo comenzaba a iluminarse con luces tenues hasta encontrarse majestuoso en medio de la oscuridad.

Motive 《AdrienA. FélixG. LukaC. y tú》 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora