Motive 《AdrienA. FélixG. LukaC. y tú》

16. Segunda oportunidad.

ADVERTENCIA: CONTENIDO EXPLÍCITO.

CAPÍTULO NUEVO.

Pov _____________:

—Hola —respondí con voz suave, mirando la pantalla mientras Adrien, Luka y Félix discutían por la opción de cena, sinceramente, no tenía apetito. ¡Ya son las 11!, ¿quién ingiere alimentos a esta hora?

—¿Estabas dormida? —preguntó con calma.

—Iba a dormir —respondí, levantándome del sofá para caminar a mi habitación. No voy a cenar, ellos pueden seguir discutiendo—, pero, me interrumpieron.

—¿Quieres que vuelva?

—¡No! —exclamé, cerrando la puerta para dirigirme a la cama—. Estoy bien, ya le dije a Ash.

—Aún así estoy preocupado —exhaló—, Ashley también.

—Ustedes dos deben olvidarse de mi por un rato —me metí a la cama, cubriendome con las cobijas—. Mañana tengo que pensar en la propuesta de trabajo de mis padres, así que, debo dormir.

—Está bien, descansa.

—Te veo mañana —me despedí y colgamos la llamada.

Deje mi celular sobre el mueble de junto y me arrope hasta los hombros, cerrando los ojos para dormir.

Ni siquiera he podido leer el dichoso libro que compré.

Mis pensamientos se esfumaron cuando cedí a los brazos de Morfeo con rapidez.

Al día siguiente.

Entreabrí los ojos cuando la luz solar pegó en mi rostro, fije mi vista en la ventana, encontrando las cortinas cerradas pero aún así el sol brillaba con intensidad.

Me tensé de inmediato al sentir un brazo alrededor de mi cintura, dirigí mi vista hacia el propietario, encontrando el rostro de Luka a escasos centímetros del mío. Contuve un grito, encontrando a mi otro lado a Adrien.

Ambos dormían junto a mí, con expresiones relajadas.

Levante un poco mi cabeza y vi a Félix dormir junto a Adrien. Cerré los ojos, respirando profundo para pensar en cómo escapar del brazo de Luka.

Tome la valentía de quitar su brazo, pero, Adrien me abrazó también, involuntariamente.

Abrí un ojo, viendo que seguía dormido como bebé recién nacido, solo que, ahora dos brazos me mantenían prisionera en mi propia cama.

Trague saliva, mirando el techo fijamente hasta que sonó el timbre por mi departamento. Haciendo que los tres chicos se removieran ante la insistencia del timbre.

—¿Quién...?

Aproveche que Luka y Adrien levantaron sus brazos, salí de las cobijas con dificultad y caí de la cama por mi desesperación de huir. Gateé por el suelo, agradeciendo que la puerta estaba abierta.

Me puse de pie y corrí a la puerta, abriendo sin ver quién era.

Palidecí de inmediato al ver a mis padres.

—Buenos días —saludó mamá—, ¿podemos pasar?, compramos el desayuno para hablar de tu respuesta con calma y en un sitio donde estés cómoda.

—Las oficinas estaban bien —respondí con indiferencia, retrocediendo para dejarlos entrar—. Ya vuelvo.

Corrí a mi habitación, ignoré las miradas adormiladas de esos tres y tome mi celular junto mi liga de cabello. Salí cerrando la puerta con lentitud y camine hacia la mesa, donde mamá dejaba el desayuno.