5. Tres Ángeles.

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Pov ______________:

El timbre sonó indicando la salida, Gissa propuso cambiar para mañana nuestra salida, a Elliot y Joshua les pareció bien ya que ellos saldrían con sus respectivas chicas.

Gissa saldría con el enfermero guapo y yo estaría en casa. Le había cancelado a mis chicos en el almuerzo por lo que ahora tenía tiempo libre.

Cada uno se fue por su lado, yo iba al aula de artes ya que tenía que mostrarle al profesor mi nuevo proyecto. Era una obra abstracta, o al menos un intento.

No era buena con el arte, solo dejaba a mi intuición actuar.

Saque mi libreta de marquilla, busque mi pintura e ingrese al aula; vi a Alix y Nathaniel charlando animadamente, del otro cuarto estaban Rosita y...Marinette.

La azabache al verme se tensó.

—______________, que gusto verte —saludó el profesor—. ¿Qué tienes está ocasión?

Me acerque a él, deje encima mi libreta de maquilla y ambos caminamos al ventanal.

—A veces me inspira mucho lo que veo a mi alrededor, no soy una pintora pero quiero intentar dibujar las nubes, pintarlas en un lienzo real...

—Todo tiene un proceso, debes primero explorar lo sencillo, ¿qué te gusta de pintar? 

Pensé unos segundos.

—Los colores, me gusta tener mis pinturas el olor que emanan me reconfortan...es relajante —confesé—. Me gusta ver la hoja en blanco así puedo plasmar lo que yo quiera.

—Aunque no sepas dibujar, tienes una pasión por...

—¡Marinette!

Escuchamos como un balde de metal caía al suelo, nos giramos de golpe y vi como pintura negra se derramaba justo en esa mesa.

Nathaniel inmediatamente quito mi libreta pero ya era tarde.

—¡Lo siento tanto! —exclamó la azabache.

Me acerque corriendo a Nathaniel, quien miro con cierto remordimiento a la azabache, me entrego mi libreta ahora negra.

—Iré por una cubeta con agua —se excuso la oji-azul y salió corriendo.

Mis manos se llenaron de pintura negra, no había rastros de mis pinturas, nada de mis primeros intentos de plasmar mis ideas...nada.

Toda la pintura negra había cubierto mis obras, y también mis hojas blancas que ya tenían un propósito en mi mente.

—Marinette pagará tu libreta, no te preocupes —consoló el profesor.

—Pero eso no importa —habló Nathaniel—, importaban sus obras, lo que ella plasmo con su sentir...ahora ya no están.

Eso era cierto. Cada obra que había hecho en esta libreta tenía un significado. Cuando estaba sola, cuando estaba acompañada, cuando mis padres me ayudaron a crear una, cuando Gissa decoró conmigo una obra en escalas oscuras, cuando Elliot y Joshua fingieron ser pintores y me hicieron reír a carcajadas.

Todas esas obras ya no estaban.

Apreté con fuerza mi libreta, tome mis cosas y salí del aula.

—¡_____________, espera! —grito Nathaniel.

Pero seguí de largo, con aquella libreta contra mi pecho, importándome muy poco si ensuciaba mi ropa de pintura negra.

Estaba enfadada con ella. ¡Era una inmadura de primera!

Motive 《AdrienA. FélixG. LukaC. y tú》 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora