Prólogo: Un mundo ante mi

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"¿Por que no escucho nada? Siento como si estuviera flotando... ¿Donde están todos?"

Su consciencia era lo único despierto en su cuerpo. Sentía sus extremidades pegadas a él, la única diferencia era que no podía moverse.

Estar en un océano tranquilo, flotando sobre él y dejando que la sensación del agua salada llegué a cada parte. Pero en cambio era frío, una sensación muy fría y ansiosa.

"¡Muevete! ¡Has algo! ¡All Might te necesita!"

Recordó, la vez que salvó a su maestro de ese ataque, si aún estaba consciente quiere decir que aún estaba vivo, pero su cuerpo no respondía a como quería.

Seguramente estar en esta situación sería como estar en una caja enterrado, sin posibilidades de moverte a ningún lado generando una sensación claustrofobica en él que haría que cualquiera quisiera matarse antes de pasar mucho tiempo en ese estado.

"¿Acaso...acaso morí?"

Recordó de nuevo, como un pequeño fragmento, el como su cuerpo sintió un tremendo dolor atravezarlo y a siguiente no pudiera moverse.

"¿Fallé? ¿Por que? ¿Acaso yo no pude?"

Su cuerpo estaba inmóvil y calmado, no había ni siquiera una expresión de mueca en su rostro con estos pensamientos, pero en sí sentía las ganas de llorar de la impotencia.

"¡Muevete por favor! ¡Aún puedo continuar! ¡Solo una vez más!"

Aún nada, solo gritaba en su mente deseos sin sentidos que nunca serán cumplidos, es aquí el lugar en donde todos irán, inmóviles y pensando en su vida hasta la eternidad.

La muerte.

Pero no es así para él, no, no es así para Izuku Midoriya.

Cuando algo sujetó su mano y lo jaló.

De allí, observó un espejo delante de él, un espejo que reflejaba lo que había detrás de él.

Su cuerpo inmóvil y tranquilo.

...

"Yo...donde estoy?"

Abrió los ojos, su alrededor era desconocido y mucho menos parecido a su hogar.

Observó cómo era cargado, por unas manos más grandes que él, y que incluso presentaban una calidez maternal.

[Mucho gusto pequeño, es raro que no llores y que tus ojos estén abierto. Descuida, te llevaré a tu cama]

la mujer de gran altura miraba al niño en sus manos, quién aún no paraba de mirarla. Cada detalle en la mujer era observado por el bebé de ojos esmeraldas y cabello negro. Vestía una túnica extraña que nunca había visto en persona, solo en fotos y libros donde vestían aquellas mujeres afinadas a la iglesia hace muchos años, hermanas.

Una cruz colgando en su pecho atada a una cuerda con detalles dorados. Sus ojos eran de color café y en estos se notaba unos rastros de lágrimas que corrían hasta su mentón.

[Tu mamá estaría orgullosa de ver lo hermoso que eres]

La mujer murmuró suavemente siendo escuchada por los pequeños oídos de Izuku, quien abrió un poco más sus ojos ante tales palabras.

"¿Mamá? ¿Donde esta mi mamá? ¿Donde esta mi mamá?"

Comenzó a llorar sin paro, la mujer comenzó a mover sus brazos arriba y abajo suavemente mientras susurraba  [tranquilo, todo estará bien] con la intención de calmarlo.

Ella miró de reojo a su espalda, específicamente a la puerta detrás de ella que se cerraba y como unas mujeres vestidas de la misma forma lloraban arrodilladas alrededor de una cama.

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2022 ⏰

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