Capítulo 6: Pequeña Venganza

218 19 7
                                    


Conan

Corrí hasta la tienda de buceo, examinando el lugar. Al ver a uno de los cazadores salir de allí estaba por seguirlo cuando la encargada me detuvo, no me quedó de otra que poner una ridícula excusa.

—¿Qué haces por aquí?

—Salí a caminar y me perdí. —dije cómo el niño pequeño que en verdad lucía. —¿Cómo llegó Koumi Inn? —preguntó.

—Por ese camino. —le señaló el camino.

—Gracias, buenas noches. —dije antes de seguir el camino por el que salió el carro.

De repente escuché una fuerte alarma, justo cuando vi a los cazadores que estaban escapando siendo disparados por una escopeta, fueron heridos pero por suerte no terminaron muertos. 

Al ver cómo volvía la tranquilidad y el silencio fui al lugar donde dispararon, solo encontré los casquillos de las balas y un extraño rastro, que obviamente tomé una foto.

—¡¿Shinichi?! ¡¿Dónde estás?! —escuché esa angelical y dulce voz, tan conocida para mi, tenía un tono alterado, nervioso y preocupado.

—¿Ai? —murmure confundido y sorprendido antes de empezar a correr hacia su voz. —¡¡¿¿Qué haces aquí?!! —le reproché.

En cambio ella no me respondió y se me acercó, dándome una revisión express, supongo que buscando alguna herida, al no encontrar nada dio un suspiró antes de abrazarme fuertemente.

Yo sin siquiera pensarlo correspondi su abrazo toda la tensión de hace un momento se había esfumado.

—Me separe de los otros y cuando escuché el disparo estaba seguro que estarías por aquí, ¡Menos mal y estás bien! —me respondió algo tarde, aprentandome más en el abrazo.

—Ai... —susurré al reconocer ese tono de voz, estaba asustada y muy nerviosa.

Rápidamente llevé mi mano a su cabello, acariciándolo suavemente. —Perdón por preocuparte, estoy bien. —le respondí suavemente. —¡Yo estoy bien! Tranquila. —le confirmé.

—Eres un idiota. —escuché su murmullo entre los sollozos que empezaba sacar de su interior.

¿Por qué siempre la termino preocupando? —me reproché.

—Esta vez no te dejaré seguir investigando solo. —dijo ella, separándose del abrazo.

Yo solo sonreí antes de tomar su mano y empezar a caminar de donde vino esa alarma, mientras ella secaba las lágrimas traicioneras que tanto odiaba.

Si le dijera que se ve tierna me mataría. —pensé divertido.

Al llegar al museo vimos a el Inspector Megure, el detective Sato y el detective Takagi.

—¿Eh? ¿Ai-chan, te encuentras bien? —preguntó el Inspector Megure acercándose a nosotros.

—¿Por qué lo pregunta, Inspector Megure? —le preguntó.

—Tus ojos están rojos. —comentó él. —¿Estuviste llorando? —preguntó.

Ai empezó a sollozar de nuevo, antes de tirarse a mi llorando en mi hombro.

—Oh no, no llores. —comentó nervioso al verla.

—En el camino escuchamos unos disparos y se asustó. —respondí al verlo tan alterado y nervioso.

—¿Eh? Takagi-kun, Sato-kun vayan allá. —ordenó Megure.

—¡Si! —afirmaron los dos.

Les dije el lugar exacto y se fueron rápidamente.

—Ya no llores, ¿sí? Lo solucionaremos. —comentó el Inspector antes de alejarse y seguir investigando el caso.

—De verdad que odias que te pregunten por qué lloras. —le murmuré a la niña en mis brazos.

—Ya sabes. —me susurró. —¿Podemos quedarnos un rato así?

—Claro. —le dije frotando su espalda al ver al Inspector mirarnos.

—Uhh, que raro que no toques mi cabello. —me habló con diversión.

—Siento que si lo hago no podré concentrarme en el caso. —le respondí con una sonrisa.

—Ohh.

—Esto es raro. —escuché de parte del Inspector viendo la vitrina rota.

Su atención fue a su celular que empezó a sonar. —¿Si, Sato?

—Como dijo Conan-kun fue un disparo y hay manchas de sangre en la escena. —apenas lograba escuchar a Sato desde el móvil.

—Entendido, pueden mantener la escena así. —pidió el Inspector Megure.

—Es algo difícil. 

—Es lo que pensé. —volvió a decir el Inspector. —Tomen fotos de la escena y vuelvan.

—Okey.

Con eso colgó, justo cuando Iwanaga-san y el Tío Kogoro llegaban corriendo a la escena.

—¡El machete y la pistola fueron robados! —exclamó sorprendido Iwanaga.

—¿Tienen gran valor? —preguntó Shiratori.

—Fueron encontrados en el Seabed Palace. —le respondió Iwanaga. —El machete de Ann Bonnie y la pistola de Mary Redd.

—¡¡No se preocupen estoy aquí!! —exclamó el tío con hipo y las mejillas rojas.

Está borracho.

—¿Mouri-kun estás borracho? —preguntó el Inspector.

—No, estoy emocionado de verlos a todos aquí. —exclamó aún con hipo retrocediendo al ver al Inspector acercarse.

—Si, está borracho. —afirmó Ai, aún envuelta en mi abrazo.

—¡¡Ustedes moco…!!

—¡¡Mouri-kun!! —exclamó el Inspector impidiendo su paso.

De algo sirve que el Inspector se trague la actuación de Ai. —pensé con una gran sonrisa sintiendo como esa malévola niña me daba un beso en el cuello.

—He-Hey… —susurré impactado y nervioso.

—Kogoro Mouri, está bajo arresto. —escuché la afirmación de un policía acercándose. —No pagó su cuenta y condujo una bicicleta en estado de embriaguez. —dijo arrestando al tío.

—¿Eh? ¡¡¿¿Eh??!!

—Es esto en serio. —preguntó el Inspector.

—Si, no pago su cuenta en el pueblo y robo una bicicleta, me lo dijo la camarera. —escuché de parte del oficial.

—Shi-Shiho basta. —murmure ahogando un suspiro.

—¿Por qué? —me preguntó divertida lamiendo mi cuello, una corriente atravesó mi columna.

—Ah, ehh… deja… —trate de decirle sin mucho éxito.

—Si no dices por qué, no me detendré. —me volvió a susurrar contra mí piel, antes de darme una ligera mordida.

— ¡Uhg! Esto es... ¿una especie de venganza? —pregunté.

—Tal vez. —me respondió de nuevo divertida.

—Lo siento… por todo lo que he hecho, pero… por favor, para. —solté en un suspiro. —Alguien nos verá.

—Hmm. —tarareo antes de separarse y darme una sonrisa inocente.

—Bien, va… ¡Ah! —me detuve al sentir una mordida en el hombro.

—Saldo, saldado. —me dijo con una gran sonrisa esta vez alejándose de mí, dejándome allí como un tomate recién hecho.

Cuando me di cuenta el tío estaba siendo liberado de las esposas.

Nota mental: No molestar a Shiho.

Jolly RogerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora