Capítulo 8: Al rescate

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Mañana siguiente

El de orbes azules se dio cuenta que había un GPs en un bicicleta, luego de la comida se escabulló de los niños sin embargo Ai lo tomo como chico antisocial por venganza de no haberle dicho a ella, por lo que él solo la miro fijamente sin atreverse a decirle nada, se suponía que lo resolverán juntos.

Esta vez le informó a Ai sobre su búsqueda, claro que ella se unió, terminando por escuchar la conversación de la policía y Kogoro.

Mientras los niños no encontraban ninguna otra pista, Holmes y Watson regresaron a la casa de hospedaje y hablaron con Mina-san, hablándole sobre que descubrió que él era cazador de tesoros y había encontrado el tesoro, este lo dirigió adentro mientras los niños resolvían el acertijo, aunque esto los siguieron y luego se unieron a los pequeños detectives, todos se dirigieron al despacho del Mina-san, donde les entregó un mapa.

El mapa donde estaría el supuesto tesoro. allí empezaron a descifrar el código del verdadero mensaje del tesoro.

En ese momento y no muy lejos de allí secuestraron a Ran y Sonoko llevándolas al mar... descubriendo el acertijo

"Jolly Roger"

—¿Qué es eso? —preguntó Genta confundido.

—¿Es un pirata famoso? —preguntó Mitsuhiko.

Luego de explicar quién era, allí en la bandera los dientes decían "Dos Diosas", y dedujeron las pistas, allí llegó la encargada del tour submarino diciendo que secuestraron a Ran y Sonoko, Conan mando a los niños avisarles a la policía, el hombre se iba a llevar a la chica, cuando...

—Oji-san, ¿me puede llevar al mar? Quiero que me lleve al mar. —pidió Conan serio.

—¡¿Qué?! —soltó este extrañado.

—No para encontrar el tesoro... si no a salvar a Ran-neechan y Sonoko-neesan. —afirmó astutamente.

El hombre se quedó allí estático por la mirada y tono serio del infante, al lado de este la pequeña niña de ojos verdes lo miraba igual.

—Shinichi, Shi... —se detuvo sorprendido al ver a Mina-san allí. —¡Oh! Conan-kun, Ai-kun escuché que raptaron a Ran y Sonoko. —arregló sus palabras.

—Si... —respondió Conan.

Mina-san seguía mirando extrañado a los dos "niños" por sus extraños comportamientos, desde la cena de la noche pasada había estado reparando las extrañas circunstancias, palabras, miradas y comportamientos, pero simplemente no lograba encontrar una explicación lógica para esos dos que no tuviera que ver con un desastroso pasado.

—Se que quieres ir a salvarlas, incluso aunque intente detenerte espera quiero darte algo. —comentó Agasa antes de irse hacia su habitación.

—Prepararé el bote. —dijo Minan-san antes de perderse en el pasillo.

—¡Que sepas que también voy! —afirmó Ai al ver que quedaron solos.

—Ni lo sueñes. —se negó el detective mirándola con el ceño fruncido.

—No, ni lo sueñes tú... no me voy a quedar como tonta, esperando a que regreses... se que Ran es importante para ti, incluso ya me he acostumbrado a ella a pesar que se parece a mi hermana, no quiero que ella salga lastimada, ya lo estoy haciendo al estar a tu lado y no voy a dejar que sufra más. —le refutó.

—¡Ai! —la llamó en un tono bajo y oscuro.

—¡No! ¡Shinichi!

—¡Shiho! —la volvió a llamar con una voz oscura, que podría darle escalofríos a cualquiera pero claro menos a ella. Después de todo, los dos son inmunes a sus propias voces cuando hacen eso.

—Shinichi... por favor. —le suplicó dolida.

El "niño" ya no aguanto más, era demasiado para él y sabía que no podría convencerla... esta vez había ganado. 

—Está bien pero... no te separes de mi, ¿si? —le pidió fruncido los labios.

—¡Si! —afirmó la científica con una gran sonrisa. 

El pequeño joven sonrió aún inconforme con esa decisión, aún así se acercó a su novia dándole un fuerte abrazo de oso.

—Te prometo que estaré bien. —le dijo Ai devolviendole el abrazo.

—¡Aquí! Lle… ¡Oh! Disculpen. —dijo el Profesor que al ver la escena estaba por devolverse.

—¡¡Profesor!! —lo llamaron ambos niños con las mejillas rojas, al ver la clara burla en el rostro del viejo científico.

—Bien, bien, me quedaré. —siguió con su sonrisa de burla, antes de mostrarles lo que traía. —Estos son mini-tanques de aire, tendrán diez minutos de oxígeno, lamentablemente solo tengo 3 aquí, así que úsalo con cuidado. —les advirtió seriamente. 

—¡Gracias Profesor! —afirmó el niño, extendiéndole una a su chica y guardando las otras dos en su bolsillo.

Por otro lado los niños llegaban a la estación de policía informando lo sucedido.

Desafortunadamente el mar estaba picado, con ese clima eran incapaces de entrar al mar, aunque ya había un barco... claro que eso era demasiado arriesgado.

—¿Pero para qué llevan rehénes? Para encontrar un tesoro, un rehén sería un estorbo. —preguntó curioso Mina.

—Que tal si es para llegar al túnel. —comentó Ai de forma tranquila y serena.

—¿Qué? —soltó aún más confundido Mina.

—Ellos recibieron un disparo anoche, a donde van ahora... es el lugar donde ayer atacó el tiburón. —explicó Conan, sabiendo que su niña no iba a disipar la curiosidad del hombre.

—¿Eh? Entonces… —dijo empezando a imaginarse lo que querían los criminales.

—Si... —afirmó Ai, aclarando sus sospechas. —Su uso no es más que distracción para los tiburones.

Jolly RogerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora