Parte34: la trampa del ratón

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Capítulo 34: La trampa del ratón

Se podría tomar como castigo divino; desde la semana número once del embarazo accidental mew sufrió cada suplicio de síntoma.

Mew chupo y mordió la lengua del omega sin dejarle espacio para respirar, las quejas del menor se hicieron cada vez más evidentes, a pesar de que mew movía su cuerpo sobre él y deslizaba las manos por sobre la ropa, no hacía nada más y los últimos encuentros eróticos se habían convertido en casi un mal chiste donde toda la acción se detenía incluso antes de comenzar. Gulf podía sentirlo, el miembro duro que se refregaba contra su poco pronunciado vientre bajo le hacía comer ansias y aunque eran las primeras horas de la mañana en verdad lo necesitaba, su alfa dejaba salir descaradamente sus feromonas desde que había comenzado a quedarse continuamente en el apartamento del moreno.

El acuerdo fue comenzar de a poco a acostumbrar a Leo en un nuevo ambiente, la primera vez durmiendo en la casa de mew el pequeño había arrastrado sus pies continuamente a la habitación de ambos y ahora que podía sentir el aroma del nuevo bebé estaba cada vez más receloso. También había sido difícil procesar que gulf estuviera continuamente con el aroma de mew sobre él así que leo comenzó a comportarse extraño.

La mano de gulf se deslizó por el pecho de mew descendiendo desde su cuello hasta el borde elástico de su pantalón de dormir, acarició con la punta de los dedos la punta húmeda y dura produciendo un sonido acuoso, mew rechino los dientes ante la intrusión perdiendo un poco el hilo de cordura que lo mantenía quieto en su lugar, deslizando y chupando torpemente la lengua de gulf. Mew al notar el nuevo contacto físico en el que se estaba perdiendo, se apartó rápidamente y trató de componer su respiración, gulf lo miró con el ceño fruncido, descontento y frustrado a la vez que su mano quedó en el aire, los pequeños pasos en el pasillo llegaron a la puerta del cuarto y el alfa se bajó de la cama para ir directamente a recibir al menor.

-pequeño, vamos a desayunar-pronunció feliz con voz agitada, miró con una sonrisa al omega insatisfecho en la cama.

Gulf afirmó su antebrazo sobre su frente, más molesto que nada.

Se levantó con pasos cansados, quito su playera de dormir y tomó una toalla para dirigirse al baño. Al pasar frente al espejo vio su reflejo con curiosidad, la verdad el vientre no había crecido tanto, no comprendía el rechazo, en su mente maquinó la insatisfacción como rechazo, miró la mochila de viaje que usaba para el trabajo, rápidamente acomodo dos playeras, dos mudas más de ropa interior y pantalones. Se adentro al baño tomando rápidamente sus artículos de higiene personal para guardarlos, se metió a la ducha y luego de estar preparado, mientras mew estaba con su pequeño cachorro en la cocina marcó un número y envío un mensaje rápido. "te dejó a Mew y leo, se que cuidarlas de ambos, necesito un tiempo"

Erik en el piso superior ignoró el sonido del aparato durante unos minutos pero cuando leyó el mensaje y bajo a la segunda planta, ya era demasiado tarde.

"¿dónde está gulf? ¿Qué le hiciste está vez?"

Grito entrando de frenton a la cocina del apartamento, mew con su pequeño se puso en alerta rápidamente, su pecho desnudo subió y bajó molesto por el ataque. - ¿de qué mierda hablas? Gulf está en el cuarto-

Erik agarró su frente descontento, sacó el aparato de su bolsillo, desbloqueo la pantalla y puso el mensaje frente al rostro de mew.

-no lo sé, hace un rato seguía en la cama y estábamos... maldición, no creo que sea por eso-

-¿qué? - Erik se calmó y tomó a leo en sus brazos, el pequeño estaba nervioso y miraba a ambos alfas con tristeza.

-no creo que se vaya por eso, es que últimamente no hemos tenido relaciones, y hoy ocurrió algo y yo salí del cuarto-

DebussyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora