Capítulo 3

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Narra Victoria:

—Vamos, Winter, corre más rápido.— Abi intentaba estirar su mano para agarrar la mía.

Comencé a correr, pero ella cada vez se alejaba más y más. Provocando que mi nerviosismo aumentase. Por más que intentaba acércame, más se alejaba.

—Vicki.

—No puedo moverme.— dije angustiosa, mientras sentía como mis pies comenzaban a convertirse cada vez más y más pesados. —Abi.

—Pero bueno, mira a quién tenemos aquí...

Al reconocer esa voz, como acto reflejo, giré rápidamente sobre mi misma. Luca Changretta.

—¿Has venido a verla morir?

—¿Cómo?— pregunté, confundida.

No contestó. Lo único que hizo fue acercarse a mi hermana y le clavó una daga en el estómago. Grité, pero la voz no viajaba por mi garganta. Cerré los ojos impulsivamente y cuando los abrí de nuevo, me di cuenta de que mi mano estaba completamente llena de sangre. Mi vista se posó en mi otra mano, con la cual estaba empuñando una daga. Levanté la mirada y ahí la vi. Había matado a mi hermana. Había sido yo.

—¡¡No!!— grité, hasta el punto de desgarrarme la garganta, y tiré la daga al suelo. Ésta resonó por todo el lugar, provocando que tuviera que taparme los oídos durante unos segundos. —¡Abi!

—La has matado.— Luca se acercó a mí, con una sonrisa malévola esbozada en la cara. —La has destruido, como haces con todo lo que tocas. Con todo y todos los que te relacionas. Eres...

—Cállate.— le interrumpí rápidamente.

No quería que continuase. Quería que se callara de una vez. Lo peor de todo, es que quería que lo hiciese porque tenía razón.

—¿No te gusta que te digan la verdad?— Sonrió, colocándose detrás de mí, pegando su pecho a mi espalda. —Sabes que digo la verdad. Todos a tu alrededor sufren por tu culpa.

—¡Cállate!

—Todos quieren alejarse de ti, pero no pueden por el miedo a lo que harás.— Pasó la mano por mi barbilla, provocando que intentase moverme, pero no podía hacerlo, algo me lo impedía. —Sobre todo, Finn.

—¡¡Que te calles, joder!!— exclamé. —No lo nombres. Y mucho menos, lo metas en esto.

—Oh, ¿crees que realmente le importas?— inquirió, en tono burlesco, sujetando mi mandíbula. —Mejor dicho, ¿crees realmente que le importas a alguien?

—Cállate, por favor.— Intenté, de nuevo, taparme los oídos con las manos, pero ahora era imposible.

—Oh, ¿desde cuándo pides las cosas por favor?

No pude escuchar lo que dijo después, ya que una luz blanca bañó el lugar, impidiéndomelo.

[...]

En mitad de la noche, se levantó sobresaltada, llevándose una mano al pecho. Su respiración se encontraba agitada y su cuerpo sudado. Había vuelto a tener otra pesadilla.

—Ey, ey, ey.— Finn se despertó también. —Vicki, respira.— Acunó su rostro entre sus manos.

La chica lo miró a los ojos, y éste le siguió indicando que respirara.

—Solo ha sido una pesadilla.— susurró, mientras acariciaba su mejilla. —Tranquila.

Vicki lo abrazó por la cintura, mientras que éste dejaba leves caricias en su pelo.

𝐊𝐈𝐄𝐋 (2) | Finn ShelbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora