﹙ 007 𓈒࣪ ?!

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—Dejame ver si entendí, ¿Las ratas del bosque al parecer valen una fortuna?

—No son ratas Won, son unos bellos cachorros y si, según mi hipótesis, valen mucho dinero.

Jungwon abrazó la almohada donde se encontraba recostado para poder mirar mejor a Sunoo que llevaba casi una hora explicándole lo mismo.

—Solo son perros, ¿Acaso tienen diamantes o algo así?

—No creo que eso sea algo posible— Respondió Sunoo mientras se recostara en la panza de Jungwon.

—¿Y como eran esos tipos?

—No muy agradables.

—Sunoo se mas específico, no puedes solamente decir, "no muy agradables". —dijo Jungwon pellizcando la mejilla de Sunoo.

Sunoo bufo sacando su celular para luego abrir la galería mostrándole a su amigo la fotografía de las personas que se llevaron a los cachorros.

—A este lo conozco. —señalo al chico de gafas.

—¿¡En cerio!? —exclamó Sunoo levantándose rápidamente.

—Si, siempre va a la tienda y pide un café con leche y una dona.

Sunoo eliminaba su expresión de asombro poco a poco mientras volvía a sentarse en la cama de su amigo. Tomó las sabanas y se envolvió en estas haciéndose bolita, cerró sus ojos y suspiró.

—¿Qué pasa Jungwonnie?

—Trabajo en un starbucks Sunoo.

—¿Y?—pregunto aun hecho bolita.

—Les pido su nombre, fue por última vez hace dos días.

—y dime, ¿Como se llama?

—He...Hee....¡HEESE...— no pudo terminar de pronunciar el nombre por que le comenzó a dar un ataque de tos.

—¡Demonios! Tu medicina.

Sunoo se levantó apresurado pero al estar completamente atrapado entre las sabanas terminó callendo al suelo y en su intento de liberarse comenzó a moverse como una lombriz. Jungwon seguía tosiendo pero no podía evitar las ganas de reírse de su amigo.

—Para cuando te hayas liberado yo ya estaré muerto. —dijo Jungwon mientras reía y a la vez tosía.

Sunoo por fin logró liberarse de aquella sabanas abandonándolas en el suelo, con torpes pasos pero veloces, salió corriendo de la habitación hacía la cocina donde busco entre los cajones revolviendo todos sus contenidos hasta que por fin encontró las pastillas de su amigo. Jungwon había dejado de toser tan escandalosamente provocando la preocupación del pequeño Sunoo que subía apresuradamente las escaleras tratando de no derramar el agua del vaso que llevaba en su pequeña manito.

—T-Toma...—dijo entre jadeos acercándole los medicamentos a Jungwon que los tomó con una sonrisa burlona para su amigo. —Ahora dime como se llama.

—Hazme un emparedado de nutella, corre. —interrumpió solo para fastidiar a su amigo.

Sunoo chasqueo su lengua irritado pero fue a cumplir el capricho de su amigo para que le diera la información necesaria.

Sunghoon y Ni-ki fueron hasta un lindo parque no muy lejos de su hogar, era casi exclusivo para nacear junto a tu mejor amigo y poder jugar con el todo el día

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Sunghoon y Ni-ki fueron hasta un lindo parque no muy lejos de su hogar, era casi exclusivo para nacear junto a tu mejor amigo y poder jugar con el todo el día.

Ni-ki había jalado a Sunghoon hasta una banca un poco alejada de las demás ya que estaba entre arbustos. El chico no puso ni la mas mínima oposición, al llegar sacó la pelota de el cachorro y comenzó a jugar con el. Quien diría que el chico mas perezoso del mundo se prestaría para jugar e incluso correr.

Todo era diversión hasta que Sunghoon notó como un carro dejaba salir a un perrito que fue corriendo hasta el parque y como luego le cerraban la puerta y ponían en marcha el auto abandonado al canino que había caído en una de las mas comunes formas de abandono. El perrito corrió detrás del auto de sus antes dueños, mala idea.

—Espero que le fallen los frenos en la siguiente vuelta. —murmuro el pálido lanzando nuevamente el juguete del cachorro.

El cachorro regresó con la pelota mordiéndola un poco para que hiciera el gracioso sonido que tanto le gustaba, la dejó en el pasto entregándosela al humano que sonrió para luego tomarla y volver a colocarle la correa a su adorado perrito.

—Bueno criatura, suficiente por hoy regresemos a casa. —dijó amablemente recibiendo un alegre ladrido.

El camino a casa fue tranquilo y agradable, el ocaso tiñó el cielo de hermosos y cálidos colores haciéndolo ver completamente hermoso. Sunghoon comenzó a percatarse de que quizá nunca había puesto la suficiente atención a los pequeños detalles de la vida hasta ahora, no solía salir de casa ya que le era completamente aburrido hacer otra cosa que no fuera el dormir o comer, solo necesitaba una pequeña motivación y esa era su pequeño cachorro Ni-ki.

Se detuvo un momento haciendo que el canino también se detuviera y volteara a verlo pero no duro mucho así ya que unos segundos después el humano lo alzó para poder cargarlo y así darle mucho cariño. Continuó caminando de regreso a casa pero ahora brindándole calor y amor a el cachorro que miraba tranquilo el hermoso atardecer agradeciendo por haber encontrado a alguien como Sunghoon.






𝐃𝐎𝐆𝐆𝐘  ױ  psh&nrkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora