๑ ׄ ﹙ después de despertar de un espléndido sueño, su vida se tornaría una completa pesadilla al encontrar un tibio cuerpo entrelazado al suyo, que lo mantenía cautivo entre sus brazos sin intenciones de liberarlo.
Eso pensaba, h...
La lluvia cada vez era menos fuerte lo cual alegraba a los dos chicos que caminaban felizmente de regreso a casa, pero algo en la obscuridad distrajo su andar.
—Sunnie, espera. —dijo Jungwon mientras se adentraba a un obscuro callejón.
—¿Qué ocurre Won? —preguntó Sunoo mientras lo seguía.
Jungwon se detuvo frente a un gran portón de madera viejo y desgastado que estaba cerrado con unos cuántos tablones dando a entender que él lugar están clausurado.
—Mira.
Sunoo se acercó un poco hasta quedar frente al gran portón, pasó su pequeña manito por una de las puertas sintiendo la textura desgastada y rasposa de esta, levantó un poco la mirada hacia él viejo y desgastado letrero donde aún se podía leer (aunque con un poco de dificultad), "Orfanato Esperanza". Sunoo no pudo evitar sonreír con nostalgia al recordar su niñes y la de su amigo que lo acompañaba en aquel lugar.
—Realmente se merece ese nombre. — Comentó Jungwon acercándose con Sunoo.
—Tienes razón. — no pudo evitar que una lágrima resbalara por su mejilla ante él fuerte sentimiento de nostalgia que se apodero de él.
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Dos pequeños y entusiasmados infantes guardaban apresuradamente las pocas pertenencias que poseían en sus respectivas mochilas.
—¡Hoy es en gran día Sunnie! comentó uno de los pequeños.
—¡Si Wonie!, ¡Por fin tendremos una familia! —Respondió él recién nombrado cerrando rápidamente su mochila.
Él pequeño Sunoo tomó con cuidado entre sus pequeñas manitos la planta que su madre y padre le habían obsequiado en su cumpleaños número siete, era él único recuerdo que conservaba de ellos. Por otra parte, Jungwon estaba muy feliz de por fin tener una familia que lo quisiera y que lo cuidara, ya que el llego al orfanato siendo un bebé de apenas tres meses o eso era lo que la señora que lo acogió en él lugar le contaba de vez en cuando.
Ambos pequeños fueron corriendo a la oficina de la directora donde una señora junto a su pequeño los esperaban.
—Chicos, ella es la señora Park. —dijó la directora.
