﹙ 004 𓈒࣪ ?!

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Un mes ha pasado desde aquel trágico momento que aun perturbaba el sueño del perrito que se encontraba gruñendo mientras dormía, una nueva pero igual de cruel pesadilla era causante de aquel comportamiento pero fue entonces que una cálida y suave mano acaricio su cabeza brindándole seguridad y amor.

— Tranquilo, estoy aquí. — susurró el chico que lo había acogido en su casa que aún se encontraba durmiendo pero al sentir los movimientos de su amigo no dudo ni un segundo en darle protección.

— ¿Por que la pequeña bestia esta llorando? — pregunto Sunghoon con un tono somnoliento ya que eran las seis de la mañana, demasiado temprano para el.

"No soy una bestia, soy un perro y me llamo Ni-ki mucho gusto"

El cachorro soltó un ladrido acompañado de una gruñido que provoco una reacción de ternura en Sunoo y una de completa confusión en Sunghoon, solo preguntó por que lloraba no era nada malo.

— Sunghoon, dale de comer. — dijo Sunoo entregandole el cachorro al mayor que lo tomó como si fuese el animal más raro del mundo. — Deja de verlo así y alimentalo.

— Ya voy, ya voy.

"amargado"

Sunghoon bajo las escaleras que le parecían infinitas a causa del sueño que traía encima, con una de sus manos libres se tallo su ojito para tratar de ver mejor hacía donde se dirigía. Ni-ki por su parte se dedicaba a olfatear al humano que lo traía cargando, le encantaba su aroma, le brindaba paz y seguridad; movió alegremente su colita al sentir como Sunghoon lo abrazaba, se acurrucó en el olvidándose por completo de las ricas croquetas que lo estaban esperando.

— Que raro eres, primero me gruñes y luego quieres que te siga abrazando. —  dijo con un tono de gracia mientras le acariciaba la cabecita al canino.

"No puedo enojarme contigo"

— Y lo más raro aún, es que este hablando con un perro que ni siquiera me entiende. — dijo casi en susurro mientras dejaba al cachorro en el sofá.

Sunoo bajo con una mochila que dentro contenía todo lo necesario para la búsqueda de los otros cachorros que estaban perdidos por el gran y obscuro bosque. Fue hasta el refrigerador donde sacó varias botellas de agua para luego guardarlas en su mochila.

Sunghoon servía con cuidado las nutritivas y ricas croquetas para el cachorro que movía su colita de un lado a otro, al terminar de servirlas caminó hasta donde se encontraba su amigo.

— Es muy temprano para salir, ¿No crees? — dijo mientras se acercaba para abrazar al menor por la cintura haciéndole sonrojar.

— También es muy temprano para tus estupideces. — dijo molesto mientras se zafaba del agarre de Sunghoon.

— Que delicado.

Las croquetas habían dejado de ser masticadas por el cachorro que miraba la escena de lo que para el le parecía romántica con muchos celos, corrió rápidamente esquivando todo a su paso hasta llegar a donde se encontraban sus humanos discutiendo, con sus fuertes colmillos atacó la pantufla de conejo Sunoo haciendo que este gritara.

— ¡Ah! Que bonito. ¿Quieres jugar con ellas? — preguntó el chico mientras lo levantaba para abrazarlo.

"No, sueltame, no permitiré que lo toques"

Pequeños ladridos se escuchaban por la casa provocando las risas de ternura por parte de Sunoo y Sunghoon.

Pequeños ladridos se escuchaban por la casa provocando las risas de ternura por parte de Sunoo y Sunghoon

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— Busquenlos por todas partes, revisen entre los matorrales y dentro de los troncos. — Ordeno Heeseung mientras se alejaba de los empleados.

— Como diga.

Los dos trabajadores se retiraron dirigiéndose a diferentes lados pero con el mismo objetivo, ambos segados por la avaricia y el deseo de poseer una gran cantidad de dinero cuando encontraran a los perros.

Heeseung, por su parte, se quedo sentado en el pasto sintiendo la brisa fresca del bosque y el sonido del viento que movía las hojas con poco fuerza. Mientras seguía disfrutándolo del ambiente sintió como algo suave pero húmedo se posaba sobre el dorso de su mano, bajó su mirar y lo que se encontró lo impresiono bastante.

— Hola pequeñito, ¿estas perdido? —  preguntó con un tono dulce y algo meloso. El canino solo lo miro con sus ojitos cristalizados.

— ¿Quieres venir conmigo?

El cachorro brinco de alegría.

— Joven Lee, tenemos a uno. — informó uno de los trabajadores que regresaba con un perro en el bolso.

— Y yo tengo a otro. — dijo antes de meter con brusquedad al perrito dentro de la bolsa.

Chillidos eran lo único que se escuchaba en aquel bosque los cuales llamaron la atención de dos chicos y un pequeño cachorro, que tras los grandes árboles observaban incógnitos aquella escena.

— Desearía poder golpearlos. — susurro el chico de piel pálida apretando los puños y de paso la correa de Ni-ki.

— Yo también pero, ¿a donde crees que los lleven? — cuestiono el menor mientras salía un poco de su escondite al ver como se marchaban con los pobres animalitos.

— Seguro que los venderán.

— Solo son perros, no digo que no tengan valor pero, ¿Por que son tan importantes para ellos?

— Quiza son de una raza extraña aunque son solo golden retriever.

— Hay que seguirlos.

— ¿Qué? Estas loco, no iremos detrás de ellos no sabemos que clase de personas son.

— Sunghoon, son los hermanos de Ni-ki. Tenemos que rescatarlos.

— No.

Sunoo le arrebató la correa de Ni-ki a Sunghoon y fue corriendo detrás de los sujetos pero sin ser visto hasta que llegaron al carro negro con las ventanas polarizadas. Esperó junto a Ni-ki detrás de un arbusto lo bastante grande y frondoso para no ser descubiertos.

Sacó su celular para poder tomar una foto de los sujetos y del carro pero fue entonces cuando se maldijo mil veces por no haber desactivado el flash.

𝐃𝐎𝐆𝐆𝐘  ױ  psh&nrkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora