Busan, veintitrés años después.
<<Está es una mala idea>> <<Está es una mala idea>> <<Está es una mala idea>> Era el mantra que SeokJin se repetía una y otra vez en su cabeza mientras seguía a su amigo Jimin por la habitación. “Amigo” no era precisamente la palabra que utilizaría para referirse a la persona que precisamente lo había obligado a ponerse unos pantalones de cuero ajustados que apretaban toda su circulación y apenas lo dejaban caminar, y ni hablar de la camisa ajustada color blanco que prácticamente se transparentaba. Jin se sentía ridículo. Este no era él. Si su madre lo viera…
Jin negó con la cabeza, en quien menos quería pensar en ese momento era en su madre. No quería invocarla. Jin había tenido que mirar por sobre encima de su hombro en varias ocasiones para asegurarse que la mujer no estaba siguiéndolo. O aparecería de repente a su espalda.
—Disculpe— dijo cuando tropezó con un hombre cerca de la barra, aunque el hombre ni siquiera se giró a mirarlo, estaba bastante entretenido devorando los labios de la mujer que estaba pegada a él como una lapa. Jin se les quedó viendo más tiempo de lo necesario. Ellos no se besaban, se estaban devorando el uno al otro. Esa era una forma indecente de besar. De hecho, ahora que prestaba más atención a su alrededor, todos parecían besarse, su mirada viajo hacia un par de hombres. Un hombre tan grande como una casa caminó unos pasos, tiró de la solapa de la chaqueta de un hombre más bajo que él, lo atrajo contra su cuerpo, después colocó una mano en la mejilla del hombre, se inclinó y lo besó en los labios. No fue un beso rápido, sino uno prolongado, y los brazos del hombre más pequeño rodearon al hombre más alto, Jin pudo ver sus bocas abrirse y sus lenguas rozarse entre si antes de que sus labios se uniesen completamente. Era como mirar todo en cámara lenta, cada pequeño detalle, y eso lo afectó mucho más, y de una manera diferente, a lo que había esperado. Se asustó por la intensidad del deseo que barrió a través de él cuando miró a los dos hombres besarse. Era la cosa más excitante que él había visto alguna vez, aunque estuviesen los dos vestidos. Era una confirmación sin duda de algo que Jin ya sabía, jamás tendría esperanza con las mujeres, aunque lo intentara.
—Jin, ¿Qué haces ahí parado? Venga, encontré a unos hombres que…— gritó Jimin para que lo escuchara a pesar del ruido del local.
—No puedo hacer esto— Jin clavó los talones en el piso para evitar que Jimin tirará de él cuando sujetó su brazo.
—¿Qué? ¿Qué dices? Ya hablamos de esto, Jin— su amigo intentó volver a tirar de su brazo, pero Jin logró liberarse.
—Lo siento, pero no puedo— girándose, logro apresurarse fuera del local, esperaba que Jimin no lo siguiera, él era más que capaz de convencerlo, los razonamientos que le había dicho esa tarde para obligarlo a acompañarlo a ese local, sonaron lógicos en su momento, pero ahora que estaba ahí, en medio del lugar que olía a cigarrillo, alcohol y quien sabe que más, Jin fue más que consciente que él no era como los demás.
Evitaría que Jimin lo alcanzara, ya lo decía su horóscopo esa mañana, no debió de haberse levantado de la cama, esta era la primera ocasión que se animaba a seguir el consejo de alguien y… Todo salía mal, ya decía él que había sido una tontería, él no estaba hecho para ser cosas impulsivas.
Desarreglado como nunca había estado antes, salió corriendo hacia la calle, tenía que llegar a la seguridad de su choche lo antes posible, antes de atravesar las puertas de la entrada vió su reflejo en los enormes ventanales de cristal de la entrada del local, su vestimenta no desentonaba con lo que muchos que estaban esperando entrar utilizaban, pero este no era él. No se reconoció a sí mismo en esa imagen.
Jin era un prodigio, asistió a los mejores colegios, terminó el bachillerato a los quince años y asistió a una escuela avanzada, hablaba seis idiomas, fue el primero en su clase cuando estaba estudiando su carrera, se graduó con honores y ahora estaba a punto de terminar su doctorado en economía y finanzas en la Universidad Nacional de Corea del Sur, su asesor de tesis le comentó que su tema de investigación era tan bueno que no le asombraría que la misma universidad le ofreciera trabajar para ellos, aunque esto último dudaba que su madre lo permitiera, según los planes de su madre, Jin terminaría asumiendo la dirección de la empresa cuando ella se jubilará.
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Enamórate De Mí [KookJin] |•Adaptación•|
RomanceEn teoría tengo una vida y futuro definidos, nada puede estar fuera de lo establecido, sin embargo su llegada a mi vida a cambiado todo, ni siquiera sé su nombre, pero lo que sí sé es que me hace sentir vivo. ¿Tendré el valor de cambiar mi destino...