Capítulo Final

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Jin yacía en la cama disfrutando del calor y de la seguridad del abrazo de Kook, acurrucado de espaldas a él. Se meneó hacia atrás cuando él apretó una de sus tetillas.

—Eres insaciable— Le murmuró Kook al oído, provocando con el calor de su aliento escalofríos de deseo que Jin habría considerado imposibles después de haber hecho el amor salvajemente hacía solo un momento. —Yo necesito descansar. —Pero la erección que Jin notaba entre sus nalgas desmentía sus palabras.

—Mentiroso— le espetó, agitando las caderas contra él. Kook lanzó un gruñido y deslizó las manos por su vientre hasta su pene. —He estado pensando —dijo Jin, presionando las caderas contra su mano.

—Eso veo. —

—¡No en eso, granuja!— exclamó Jin, dándole un golpecito juguetón en el brazo. Pero no podía negar que aquello era realmente excitante, solo tendría que levantar una pierna y con facilidad Kook se deslizaría en su interior. Kook iba dejando besos calientes por su cuello y su nuca, y Jin notó que estaba preparado al sentir el hormigueo del placer.

—Entonces ¿en qué? —preguntó él sin dejar de besarlo, dándole un pellizco a una de sus tetillas. Jin abrió los ojos.

—Estás intentando distraerme. —

—Hummm— Kook le besó el hombro de nuevo. —¿Y funciona? —

Desde luego que sí. Sentía el glande redondo entre la grieta de su culo, mientras él acariciaba perezosamente su polla. Echó atrás la cabeza contra el hombro de Kook, que con diestras caricias lo llevaba de nuevo al borde de otra violenta tormenta de placer. El fuego corría por sus venas, denso y lento.

Kook le echó atrás las caderas para arquearle la espalda y colocarse justo en su apertura. Jin lo tentaba sin piedad, frotando contra él su húmeda entrada, pero sin llegar a penetrarlo. La sensación era increíble, notaba aquella erección gruesa y dura entre sus nalgas. Por los jadeos de Kook advirtió que sus juegos le estaban volviendo loco.

Por fin él le agarró las caderas y entró en él suavemente, hasta llenarlo. Jin gimió. Dios, aquello era perverso. Notaba las manos de él masturbándolo sin dejar de penetrarlo. Kook no dejaba de acariciarlo mientras entraba y salía de él con largos y lentos movimientos. El placer que sentía era indescriptible.

Kook lo estrechó con fuerza contra su cuerpo y embistió de golpe, quedándose inmóvil dentro de él. Jin contuvo el aliento, perdido en la increíble sensación, cada vez más cerca del orgasmo. Y cuando pensaba que ya no lo soportaría más, Kook lo penetró un poco más, hasta que explotó en un clímax intenso y lento que parecía no acabar nunca. Entonces él volvió a embestir, tirando de sus caderas una y otra vez, hasta que, ante su propio estallido, lanzó un grito.

Mucho después de que se desvaneciera el último temblor, Jin se acordó de lo que había querido decir antes de que Kook lo distrajera con tanta maña.

—Me ofrecieron trabajo de profesor en la Universidad Nacional de Corea— Anunció.

Kook se quedó quieto un instante, pero después sintió un beso en sus hombros.

—Felicidades, Cariño—

—Tengo ahora un departamento en la ciudad…— Jin estaba realmente temeroso, ¿Qué sucedería ahora? ¿Qué se esperaba de Jin? ¿Iban a tener una relación? ¿Y cómo era que funcionaría? La única relación que tenía de ejemplo era la de su madre y su padrastro, pero para nada creía que esa relación era un ejemplo a seguir. Además, Kook vivía en Escocia…

—¿Me estás pidiendo que viva contigo?— preguntó Kook, pero Jin distinguió la diversión en su voz.

Jin lanzó un resoplido.

Enamórate De Mí [KookJin] |•Adaptación•| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora