𝙋𝙖𝙧𝙖 𝙡𝙖 𝙣𝙤𝙘𝙝𝙚 dentro de un club la muchedumbre estaba alocada. Sus gritos podían atravesar el tejado del pequeño club iluminado en luces neón púrpura junto con unos láseres verdosos que apuntaban de aquí a allá como si francotiradores las adueñaran. En medio de toda una multitud de gente 99% inducida bajo el alcohol y 1% aún consciente, se encuentra la detective Rivera brincando sobre los bajos tacones de sus botas. Todo su majestuoso cabello saltando encima de su cabeza en cámara lenta. Ella no se ha quitado las prendas de la oficina y anda con su piel chocolate más brillante de lo usual por el sudor.
Tiene los ojos cerrados expresando con una sonrisa lo extasiada que la tiene el ritmo de la música. Los ritmos de las músicas eran su debilidad. Sacaba pasos de dónde fuese incluso si no era una profesional ni estudió danza.
Un hombre se le acerca desde atrás frotando todo su cuerpo con la espalda de la detective como un Lagartijo en apareamiento rodeando el abdomen de Kathy con un brazo. Ella deja de brincar al sentir al hombre ajeno y con una irritada mirada resopla, alzando unos cuantos mechones fuera de su cara.
—No me gusta cuando — Ella toma la mano del hombre en un movimiento veloz y la vuelta se da igual de rápida ahora girando el antebrazo del hombre. Este jadea con su mano girada. Ella puede romper su muñeca y brazo en cualquier momento. Lo mira sin titubear. Nada más que feroz. —cuando me interrumpen mientras bailo. Primero se pregunta ¿está bien?
El hombre jadea. —¡Maldita perra loca!
—Repite eso otra vez. — Ella va torciendo la muñeca de ese hombre causando un temblor horrible en el brazo contrario. Es como jugar a la papa caliente: si él comienza a quemar más de lo que debe sentirá un ardor peor que cuando llegue al infierno. —¡Agh! Esta bien, esta bien, ¡Lo siento! ¡Preguntaré!
—Mm. Mucho mejor.
La detective suelta su mano. El hombre se retira indignado. Rodillas juntitas como si tuviese una cola de ratón entre estas. Ella lo despide con la mano fingiendo una sonrisa simpática hasta que él se va. Con otro suspiro regresa a su rostro serio.
—¿Dónde está Kaimuk? — Ella murmura caminando al baño del club. Entra ahí pero no ve a su amiga. Suspira doblemente mientras cierra la puerta atrás suyo.
Desabrocha los pantalones y baja estos junto con sus delgadas bragas que decidió usar hoy en caso de que encontrase a alguien con quién tener sexo. Pero así no estaba resultando la noche. Ya tenía ganas de irse. Su amiga seguramente sí encontró con quién follar.
Se sienta en el único retrete del baño escuchando como las paredes de este aportan eco a su pipí. Las paredes del lugar son un asco con muchos graffitis escritos. Muchos comentarios inmaduros que ponía en duda el verdadero significado de ser un "adulto" en esta vida. Kathy bufa una risa leyendo los escritos.
"GABE ES MÍO ZORRA"
Exclama un comentario. Ella no ha terminado de orinar cuando el teléfono suena. Extiende una mano hasta los bolsillos bajados del pantalón. Debe inclinarse un poco a la derecha para alcanzar bien el teléfono.
Hasta que lo saca de ahí y ve la pantalla.
"NuNew".
Con una sonrisa ella desliza el botón verde para un lado seguido pone el móvil contra su oído. Sonriendo desdentada. —Hola, ¿Cómo te fue en la escuela?
—¡Hola, detective! Me fue muy bien. Tengo que contarle más detalles mañana pero la llamo para dejarle saber que iré a una fiesta que harán hoy para celebrar mi regreso a la escuela.
—¿Una fiesta muy grande?
—Sí.
—¿Tu mamá está informada?
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DIARIOS DE UN MÚSICO • ZEENUNEW
Mystery / Thriller🎻 𝙇𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 nos cuenta un caso escolar que recibe la policía Rivera dónde un chico de dieciséis años llamado Charm NuNew, el mejor chelista de la clase, fue abusado sexualmente en grupo y sus piernas destruyeron hasta inmovilizarlas. Él...