(11) 𝑳𝒐 𝑸𝒖𝒆 𝑴𝒆 𝑵𝒊𝒆𝒈𝒐 𝑨 𝑫𝒆𝒄𝒊𝒓𝒕𝒆

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Rivera abrió los ojos tan grandes como los de un búho al su único recuerdo antes de ceder a la oscuridad ser el de Jennifer noqueandola tanto a ella como a First. Mira a su alrededor. Todo es de color ¿Rojo? ¿Qué habitación es esta? Tomando un vistazo de 360° grados por alrededor luce como un almacén con estantes llenos de libros o discos. En medio de la habitación hay una mesa cuya luz roja destaca en negro puro su bordado.

Con solo ver la mesa Rivera entiende. Esta es una sala de fotografías. Mira arriba con incomodidad. Sus muñecas están atadas -y cruzadas- sobre su cabeza esposadas, pegada a un tubo. Ya no porta chaqueta sino lo que tenía bajo la chaqueta: una camisa de tiras blanca..

Ha sudado. Dios sabe cuánto lleva en esta habitación que aire acondicionado no tiene. Mira a la derecha encontrándose a First igual de atado. Anda sudado además que noqueado. No tiene camisa puesta por lo que todos su abdomen marcado brilla.

—First.— Ella lo golpea en el pie con el suyo. No hay reacción de parte del bello durmiente. Aunque no duerme como un princeso: sus ronquidos son la peor música que Rivera ha escuchado en años. Lo mira incrédula. —¡First! — Vuelve a patearlo.

—Mamá, sé que es de color pero aceptala... — Murmura soñoliento.

—Veya imaginación la que tiene. — Murmura Rivera indignada. Le da una tercera patada mega fuerte en una rodilla que lo brinca de sitio.

—¡¿Mm, mm?! — Ronronea mirando a los lado. Se siente perturbado al instante en que abre los ojos así que mira a la izquierda alertado. Encuentra a Kathy para su suerte. —Gracias a Dios, Kathy. ¿Dónde estamos?

—Eso quisiera saber yo.

—Jennifer nos atacó.

—Soy consciente de ello.

—Lucca quizás fue volado en pedazos por ella.

—Hipótesis.

—La víctima se convirtió en el cazador.

—Bastante cool, ¿no?

—¡Sí, casi como Juego de Tronos! — First no captó el sarcasmo y se dejó llevar con una sonrisa manteniendo el ceño fruncido. Al darle esa expresión a Rivera esta le alza las cejitas en una amigable sonrisa desdentada. —Ay, era algo retórico...

—Debemos salir de estas cosas primero. — La detective empuja de adelante a atrás sus muñecas pero los tubos a los que están pegados no sueltan.

—Tengo una idea, pero no te va a gustar.

—Con esa idea ¿nos quitamos las malditas esposas?

—Sí.

—Entonces habla. — Ruge la detective sin dejar de mirarlo a los ojos.

   🎻

Zee está sentado en el mueble en su sala de estar mirando el último texto que le escribió a NuNew. El chelista tras que lo dejó en visto no le respondió. Eso le martilla la cabeza.

Love está pasando por al lado del mueble. Entre manos tiene un plato cerámico. Viste la ropa tan despreocupada e ligera que siempre lleva en casa. Contiene cereal.—Hermana, hermana. — Llama inconscientemente jalando a la misma de una cadera a sentarla en un muslo. Pares de pajitas cereal caen alrededor de ellos.

—¡Lo barres! — Se queja en un puchero.

—Mira esto. — Pruk ni le importaron las pajitas. Tampoco la ha mirado. Solo le nuestra la pantalla móvil. —¿Crees que no me haya contestado por ir muy rápido?

DIARIOS DE UN MÚSICO • ZEENUNEW  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora