𝑡𝑤𝑜;𝑖 𝑠𝑡𝑖𝑙𝑙 ℎ𝑎𝑡𝑖𝑛𝑔 𝑦𝑜𝑢

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POV: Ivanna Bennet *ੈ‧₊˚

Cuando desperté me ardía el cuello. Adoro mucho a Fez y agradezco todo lo que ha hecho por mi pero su sillón es muy incómodo.

Aun acariciándome la nuca, caminé hacia la cocina encontrando en ella al menor de los hermanos, que como si de un milagro se tratase, había salido de su habitación y estaba desayunando en la cocina.

Me miró con el ceño fruncido y la boca torcida, como si quisiera tirarme el cuenco de cereales a la cabeza.

—Buenos días.—He de decir que Ashtray no es la persona que mas quiero en el mundo, ni está cerca de serlo, pero ahora yo estaba invadiendo su casa y su espacio y lo mínimo que podía hacer era darle los buenos días.

—Hola.—Me respondió, con ese mismo semblante de hace unos segundos.

Estaba pensando que decirle ahora cuando Fez entró en la cocina.

—Ey... Hostias, que sueño.—Decía mientras se frotaba los ojos y se relamía los labios.—Hola.—Acabó saludándonos.

—Buenos días.—Le respondí.

—¿Que hacíais?—Cuestionaba el pelirrojo al mismo tiempo que sacaba café de uno de los armarios, supongo que estaba extrañado de que no estuviéramos tirándonos cuchillos o algo así.

—Nada, Ivanna acababa de levantarse.—Habló Ashtray, tan seco como de costumbre.

—¿Vas a desayunar?—Me preguntó Fez, y realmente lo necesitaba, necesitaba recuperar fuerzas después de... todo. Asentí con mi cabeza.—Siéntate, yo te preparo algo.

Obedeciendo al mayor, me senté en una de las cuatro sillas, quedando al frente de Ashtray que seguía comiendo su cuenco de cereales.

Era plenamente consciente de lo horrible que me veía, pero es lo que suele pasar cuando tú hermana está a un paso de la vida y la muerte, tu familia está destrozada y acabas de quedarte sin amigos.

A veces pienso que debería escribir una novela con todas las locuras que me han sucedido a lo largo de mi vida, luego recuerdo lo asquerosa que ha sido mi existencia y se me quitan las ganas de redactar todo lo que me ha hecho tanto daño.

Una taza se me fue puesta en frente, y cuando miré al costado supe que había sido Fez, que me había dejado algo de leche con cacao.

—Aún no entiendo como prefieres el Cola-Cao al Nesquik.—Me dijo el mencionado.

—Si tanto te gusta el Nesquik, Fez, ¿cómo es que tienes Cola-Cao? Te he pillado.—Hablé orgullosa.

Porque sabe que te gusta, idiota.—Mi mirada se dirigió hacia quien había hablado, es decir, Ashtray, aunque la aparté rápidamente.

Lo ignoré completamente, no tenia ganas de discutir con él.

—¿Sabes cuando vuelve Rue?—Mi hermana, mi tema de conversación menos preferido. Pero no porque odie a Rue o algo así, la verdad es que la quiero con todo mi ser, es mi persona favorita en el mundo y hasta hace poco era mi ejemplo a seguir, pero el solo hecho de recordar su rostro me hacía tener ganas de llorar. Quería a Rue, pero había sido muy egoísta y había caído en un agujero del que dudaba que fuera capaz de salir.

Aguanté mis lagrimas.

—Ni idea. Espero que pronto.—Dije, genuinamente.

Acto seguido, Fezco me puso delante una deliciosa tostada con aceite, tomate rayado y mucha sal, tal y como me gustaba.

Me relamí antes de darle el primer bocado, y he de admitir que me sabía a gloria, sobre todo después de llevar desde ayer a mediodía sin probar bocado.

𝙖𝙣𝙤𝙩𝙝𝙚𝙧 𝙡𝙤𝙫𝙚; 𝘢𝘴𝘩𝘵𝘳𝘢𝘺  ➜ 𝙥𝙖𝙪𝙨𝙖𝙙𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora