𝑠𝑖𝑥;𝑡ℎ𝑎𝑡 𝑤𝑜𝑢𝑙𝑑𝑛'𝑡 𝑏𝑒 𝑠𝑜 𝑏𝑎𝑑

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POV: Ashtray *ੈ‧₊˚

Caminaba por las calles de un barrio que ni siquiera era el mío con mi cabeza centrada en cierta morena de pelo rizado. Ivanna se fue ayer de la tienda, hoy debería haber empezado las clases y no ha dado señales de vida. Ni siquiera sé si ha ido al instituto. No es como si me preocupase, pero se marchó llorando y previamente me había dado la lata con lo perdida que se sentía. Honestamente, no sabía que pensar, me daba un poco de miedo lo que pudiera haber hecho y quizá empezaba a extrañar su presencia en la tienda.

Esperaba que volviera molestando mientras contaba cómo había arreglado su amistad con las chicas esas y todo volvía a estar como antes, ella volvía a ser la Ivanna de antes, pero para mi decepción no se dejó ver.

Puede que por eso me inventara que me sentía mal para que mi hermano me dejara marcharme, él piensa que voy a casa, pero en realidad estoy intentando hacer memoria para recordar donde vivía Rue, y por tanto, su hermana.

Varias veces me había tocado ir con Fez a dejar a la drogadicta en su casa, al final acababa memorizando el camino y cual de todas estas tantas casas era.

Hacer esto se salía de la normalidad de mi vida, y puede que por eso estuviera caminando lentamente, tratando de hacer eterno el camino y de evitar lo inevitable, pues si bien hace un rato que quería darme la vuelta y marcharme hacia mi casa, no podía, la fuerza extraña de la empatía que jamás había sentido por alguien que no fuera Fezco estaba empujándome por primera vez en mucho tiempo.

Hice una mueca al ver el edificio que estaba buscando, la casa donde vivían las Bennet y donde esperaba solo estuviera Ivanna.

Por ello, aporreé la puerta varías veces, arrepintiéndome en el proceso, pero antes de poder salir corriendo, está se abrió.

—¿Ashtray? ¿Qué haces aquí? ¿Te manda Fez? ¿Vienes a molestar?—Suspiré aliviado al ver el rostro de la rizada, por primera y única vez me alegraba de ver su horrible cara, era mejor eso a que me abriera su madre o su hermana pequeña y empezaran a hacerme preguntas.

—Tengo que hablar contigo.—Dije firmemente, a lo que ella se asustó un poco.

—Emm... Vale, ¿quieres pasar?

—¿Estás sola?

—No, mi madre y Gia...—La rizada fue interrumpida por mis palabras.

—Entonces no.—Escupí.—¿Puedes salir?

—Supongo que si, ¿qué quieres?—Dijo ella saliendo de la casa y cerrando la puerta a su espalda, no pude evitar observarla de arriba a abajo y notar que traía puesta ropa de haber salido, cosa que me indicaba que había ido a clases, y no parecía haber llorado.

—No te soporto.—Le solté.—Pero creo que ayer te pasó algo... Algo grande.

—Oh, es por lo que pasó en tu tienda... Bueno... Perdón por eso, no eres mi psicólogo, ni siquiera eres mi amigo como para que te cuente mis mierdas...—Me dijo, riéndose nerviosamente mientras yo torcía mi boca por eso de que "no era su amigo", y realmente no lo era, pero por alguna razón, fue como un pinchazo en el pecho.—Solo estoy estresada, las cosas no van bien últimamente y... bueno, ya te lo dije todo, nada de eso era mentira.

—¿Cómo te sientes?—Pude preguntar después de algunos segundos, estaba claro que esto no era lo mío, nunca había tenido que lidiar con alguien mal mentalmente hablando, cuando Fez se sentía mal solo se encerraba y me pedía espacio, nunca habíamos hablado, y no es como si hubiese interactuado con alguien más.

—Bien, dentro de lo que cabe. Creo que sé cómo voy a poner a Nate en su sitio, pero mi idea todavía tiene algunos huecos, tengo que pensarlo. Estoy un poco sola ahora que Rue tiene una amiga, pero me alegro por ella, y... Perdona, lo he vuelto a hacer.—Volvió a reír nerviosamente.

—Da igual, eres idiota y no tienes remedio, tampoco es como si se le pudiera hacer algo.—Solté mientras esbozaba una media sonrisa, a lo que ella rodó los ojos y se cruzó de brazos.

—Pareces un teletubbie con esa ropa.—Me soltó, mirándome de arriba a abajo, ese día opté por llevar unos pantalones de chándal negros y una chaqueta del mismo color pero con algunas líneas fosforescentes, supongo que por eso me dijo teletubbie.

—Y tú pareces un esparadrapo con ese pelo, sigo pensando que es una peluca y que estás calva.

—¿Ah, te crees que soy tu?—Me dijo burlonamente, definitivamente no me estaba mintiendo, se sentía bastante mejor, o por lo menos lo suficiente para tener guerra conmigo, la Ivanna que yo conocía había vuelto, aún que tampoco es algo que me alegre.

—Deberías pasarte por la tienda...—Dije, dándome cuenta al instante de mis palabras.—Fez te echa de menos.—Creo que lo he arreglado.

—Ya... Fez me echa de menos...—Insinuó con una mirada que gritaba "te he atrapado", dándome a entender que no lo había arreglado en absoluto.

—Cállate. Me voy ya, me están empezando a doler los ojos de verte.

—Ahg, espero que te atropellen por el camino.—Soltó antes de abrir la puerta y cerrarla de un portazo, sin siquiera despedirse. Ivanna podía ser tan insoportable cuando se lo proponía...













Había pasado lo que más me temía, la tienda estaba cerrada y todo apuntaba a que mi hermano estaba en casa, donde se suponía que estaba yo, pero, ¡sorpresa! No estaba.

Temeroso de lo que me pudiera pasar, abrí las múltiples cerraduras de la puerta principal con mis llaves, está creo un estruendoso chirrido.

—Me cago en la puta...—Maldecí entre murmullos antes de empezar a escuchar los pasos de Fez, estos emanaban furia y sabía la que me venía encima.

—¿¡De qué pollas vas!? ¿¡Eres gilipollas o te lo haces!?

—¿Qué he hecho?—Preguntar eso fue una mala decisión, tuve que esquivar una colleja antes de que mi hermano se llevara las manos a la cabeza mientras suspiraba mirando hacia el cielo, para finalmente volver a mirarme con el mismo enfado de antes.

—¿¡Me puedes explicar dónde cojones estabas!?

—Dando una vuelta, despejándome, yo también necesito un poco de aire, hostia.—Exclamé mientras cruzaba el salón, tratando de llegar a mi habitación.

—¿¡Te cuesta mucho avisar!? ¡Puto subnormal, me has dado un susto de cojones!—Como bien había aprendido de Ivanna, rodé mis ojos y lo miré.

—No tengo que darte explicaciones de todo lo que hago.

—¡Si fueras un puto niño normal no tendrías que hacerlo, pero estas metido en cosas que nadie de tu edad entiende y te conviene avisarme cuando vas a salir, joder!

—¡Qué me dejes, hostia! ¡No te he avisado antes porque pensaba venir a casa, pero me han entrado ganas de dar una vuelta!—Mentí.

—Ni una más, Ashtray.—Me amenazó, y supe que iba en serio ya que me llamó por mi nombre completo, normalmente me decía "Ash", "bro" o derivados de alguno de esos, pero esta vez era diferente, y entendía en lo que estábamos metidos, pero eso no quitaba que me gustaría vivir una puta vida normal.

—Voy a dar todas las vueltas que me salgan de los cojones y voy a ir a ver a quien me salga de los cojones, si te pica pues te rascas.—Finalicé la conversación, dejando a Fez en el salón y corriendo a encerrarme en mi cuarto.

Empecé a suspirar mientras acariciaba mis mejillas, donde se encontraban mis tatuajes, aquellos que me recordaban cada vez que me miraba al espejo que en mi puta vida iba a tener una adolescencia normal, quizá por eso odiaba tanto a la pelo de estropajo, porque por mucho que haya pasado, es un adolescente normal, cosa que yo no voy a ser nunca.

A veces desearía que las cosas fueran diferentes, me gustaría que Fez llevara la tienda mientras yo iba al instituto, seguramente al mismo que Ivanna, y supongo que a su clase.

Eso no estaría tan mal.

𝙖𝙣𝙤𝙩𝙝𝙚𝙧 𝙡𝙤𝙫𝙚; 𝘢𝘴𝘩𝘵𝘳𝘢𝘺  ➜ 𝙥𝙖𝙪𝙨𝙖𝙙𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora