Capítulo 1

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~Lumine~

Presiono un poco más la planta del tacón sobre su frente mientras agarro la toalla que me ofrecen para poder limpiarme las manos. Mientras yo aún continuo sin apartar la vista del cuerpo maltratado que hay a mis pies la toalla blanca comienza a colorearse de rojo.

Gemidos lastimeros escapan de los labios del hombre que intenta arrastrarse para poder alejarse de mí. Vuelvo a presionar más mi pie sobre su frente, acercando la aguja del tacón a su ojo derecho. Sus parpados hinchados y amoratados hacen un esfuerzo por abrirse, clavando una mirada de puro terror en mí. Yo sigo con una expresión fría en la cara mientras tiro la toalla a alguna parte de la habitación.

La respiración del hombre se vuelve más irregular a medida que la aguja se va acercando a su ojo y la detengo apenas a unos milímetros de este cuando él comienza a sollozar y a rogar por su vida. Un sentimiento de repulsión me cruza el pecho y no puedo evitar la mueca que hago con los labios. Qué un hombre tan forzudo, que hace apenas media hora había matado a varios de mis subordinados él solo y aún después de atraparlo siguiera provocándolos, ahora este retorciéndose en el suelo, a punto de mearse en los pantalones del miedo y de contestar con sinceridad todas las preguntas que le hiciéramos... Lo cierto es que yo esperaba mínimo un poco de dignidad.

Me agacho un poco a su altura, los mechones de mi pelo escapando de las horquillas que los sujetaban, y entrecierro los ojos en su dirección.

- ¿Ahora ruegas por tu vida?

El hombre sorbe por la nariz, intentando retener los mocos que escapan de esta, y mi mueca de asco se acentúa. Asiente un poco mientras se encoge en su lugar, aún sin apartar sus ojos horrorizados de los míos.

- ¿Ni siquiera vas a hablar?

- P-por favor señora.

Acerco más el tacón a sus ojos, haciendo que un suspiro entrecortado salga de sus labios.

- Juro que no se nada, solamente me mandaron para eliminar a unos cuantos, no sabía que era de Monsdant señora, lo juro.

Promesas falsas, vacías. Puedo verlo en esos ojos, puedo verlo aún por detrás del pánico que intenta camuflarlo. Por supuesto que sabía que eran de Monsdant, ¿a qué otra cosa sino habría venido a esta zona de la ciudad?

- ¿Y quién te mandó?

- Me mandó el señor Blagden, está a cargo de...

- Me importa una mierda de que se ocupe ese tal Blagden, quiero saber quién es tu jefe. ¿Crees que no sé qué vienes de El Abismo?

Su rostro palidece, perdiendo todo el color y ahí sé que he dado en el clavo. Aprieta los puños a sus costados, intentando detener el temblor de sus dedos, movimiento que no me pasa desapercibido. Sus ojos, en movimientos frenéticos, comienzan a inspeccionar toda la habitación, seguramente intentando encontrar alguna salida, pensando cómo puede tumbarme en el suelo para poder escapar, pobre iluso.

Agarro el pequeño cuchillo que tenía oculto en una liga colocada en mi muslo y lo lanzo hacía su mano al mismo tiempo en el que él ha intentado agarrarme, la daga cortando carne y hueso, clavándose en el suelo debido a la brutalidad del golpe. Un alarido de dolor inunda la habitación mientras la sangre brota de la herida recién abierta. Mi risa acompañando sonando en unísono con el grito.

- ¿Enserio creíste que ese truco funcionaría? - la forma en la que se muerde el interior de la mejilla y como frunce el ceño me da la respuesta. - Te voy a dar una oportunidad más, una sola. - hago un gesto con una de mis manos, llamando la atención de uno de mis subordinados y haciendo que se acerque. - Puedes decirme ahora mismo todo lo que sabes de El Abismo o puedes quedarte aquí hasta que acabe muriéndote en una habitación mohosa por una infección. ¿Qué decides?

En busca de El Abismo // CHILUMI (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora