Capítulo 6

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~Lumine~

- ¿Snezhnaya ha caído...?

Veo como la cara de Tartaglia va tornándose cada vez más pálida conforme pasan los segundos. No tarda mucho en levantarse lo más rápido que puede de la silla, de forma violenta y provocando que se caiga hacia atrás. Baja corriendo las escaleras y Aether y yo no tardamos en seguirlo.

El pelirrojo baja de un salto los últimos cuatro escalones y se dirige con rapidez hacia Zhongli, lo agarra por los hombros y lo sacude mientras vuelve a repetirle la pregunta que ha hecho antes al aire, pero a gritos y muy cerca del otro. El castaño le sujeta por los hombros, pidiéndole que se tranquilice, pero él no pone de su parte para hacerle caso.

Respira entrecortadamente y se lleva las manos al pelo, tirándose de varios mechones con fuerza mientras abre los ojos exageradamente, tanto que su iris se ve demasiado pequeño por la cantidad de blanco que deja ver.

Todos estamos en shock, sin saber cómo reaccionar. Kaeya da un paso adelante con la intención de agarrarlo para que se tranquilice, pero le freno con un gesto, con temor a que Tartaglia se ponga violento y lo ataque.

Se gira hacia mí, aún con los ojos fuera de sus órbitas.

- Un teléfono – susurra -. ¡Dadme un puto teléfono!

Zhongli le lanza el suyo y el jefe de Liyue lo coge en el aire, antes de salir de la taberna mientras marca un número de teléfono con dedos temblorosos.

Nos volvemos a quedar en un silencio tenso, algo que está pasando con demasiada frecuencia hoy. Veo como mi hermano vuelve a los brazos de Xiao y yo me siento en la barra, enterrando la cara entre mis manos.

Otra mafia caída... ¿Qué estamos haciendo?

Noto como alguien se sienta en el taburete que hay a mi derecha y pide un café educadamente. Diluc, aún desconfiado, lo mira con los ojos entrecerrados, pero no tarda en ponerse con ello, al fin y al cabo, sigue siendo un cliente. Yo pido otro y miro a mi acompañante por el espacio que dejo entre mis dedos.

Zhongli se quita los guantes y se remanga la camisa, dejando a la vista sus peculiares tatuajes marrones y dorados que se pierden por debajo de las mangas. Él suspira y apoya ambos codos en la mesa, pasándose las manos por la cara y sujetándose el pelo mientras deja la vista fija en la madera.

- Es de Snezhnaya. Su familia está allí.

Joder. Normal que le hubiera entrado en pánico.

Diluc deja ambas tazas frente a nosotros y yo cojo dos sobres de azúcar, remuevo con la cuchara y le doy un trago que provoca que mi garganta arda. Vuelvo a dejar la taza y me fijo en la cara de disgusto que siempre pone Diluc cuando me ve echarle "tanto" azúcar al café. Abre la boca para replicar, pero otra persona se le adelanta.

- No deberías echarle tanto azúcar al café, en un futuro te acabará dando diabetes – dice Zhongli.

- Oh, por Dios. Cállate, ni que fueras mi padre.

Diluc se ríe entre dientes y yo le miro hastiada, por lo que se va al otro lado de la barra y se pone a secar los vasos que había fregado antes.

- Si es de Snezhnaya, ¿por qué es el jefe de Liyue?

Suelta una risa nasal y le da un trago al café.

- Eso no es algo que yo pueda decirte.

- Venga ya. Por lo que he escuchado el puesto debería ser tuyo.

En busca de El Abismo // CHILUMI (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora