𝗧𝗪𝗘𝗡𝗧𝗬 - 𝗢𝗡𝗘 21

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Él si tenía razón, era una mala madre. Desde siempre lo fui, jure jamás abandonar a mi hija como mis padres hicieron conmigo pero de algún modo la abandone. No pude pasar días con ella por el trabajo, la heri y también heri a Aidan.

Hice sufrir a muchas personas y no basta con un “lo siento” no es justo que siga viva mientras todos sufren. Olivia no está por mi culpa, debía alimentarla mejor y darle toda la atención, llevarla más seguido al médico y dejarla ver a su padre cuando ella lo pedía.

Todas la veces que me preguntaba quién era su padre y dónde están debía decirle la verdad, acompañarla a todos esos actos escolares y no déjala con ninguna niñera, ser su mayor refugió. No tengo a nadie ahora.

Aidan tomo sus maletas y se fue, lo entiendo. Él necesita espacio y creo que le va hacer mucho espacio, va a tener que ser muy fuerte, más de lo que es. Creí que todo esto terminaría bien pero no lo puedo soportar.

Tener que pasar todos los días cerca de la habitación de Olivia me causa gran tristeza y enojo a la vez conmigo misma. Por ser tan idiota y no pensar como una adulta. Ya es muy tarde T/n, todo se acabó, Olivia ya no existe en este mundo y Aidan se largo para siempre.

No tengo familia ni amigos, motivos para decir que mi vida es tan infeliz como para querer desaparecer de este mundo. Miraba como Aidan juntaba sus cosas en una maleta y en otra maleta las cosas de Olivia.

No pude contener las lágrimas y comencé a llorar en lo bajo para meterme dentro del baño, dónde nadie escucharia nada y podría soltar está carga que llevo hace años. Trate de hacer lo posible por ser feliz pero cuando me decidí alguien había robado mi lugar. Luego creí que todo acababa pero él volvió y cuando comenzaba a unir cada parte de mi corazón Olivia se enfermo.

Y ahora no la tengo, solo era una bebé. Recuerdo cada detalle de su rostro a la perfección, una pequeña niña que tan solo quería ser feliz. Pero soy tan egoísta que no pude darle la felicidad que ella merecía. Salí del baño pero antes lave mi rostro y lo seque con la toalla, me encontré con Aidan el cual sostenía las maletas.

— Creo que esto va a ser mejor para los dos — suspiré y asenti aceptando que había perdido todo.

— Bien, adiós supongo — Deje un beso sobre su barbuda mejilla y me aleje de él nuevamente.

— Adiós — Dijo por último para salir por la puerta, lo mire por última vez al igual que él y finalmente cerré la puerta.

Lo que había comenzado se estaba terminando. Sueños rotos, deseos, amistad, unión y finalmente lo más importante amor. Debía controlarme y no pensar demasiado, recostarme y no mirar cualquier cosa que me haga pensar en desaparecer de este mundo.

Aidan. G

Todo lo que tenía era T/n, pero la convivencia no estaba funcionando, no podría soportar que intenté olvidar a Olivia, se supone que es su madre, que clase de madre hace eso. Al parecer todas son iguales.

Volví al viejo departamento que tenía, con algo de telas de araña pero no importaba, mañana limpiaria todo. Lleve las maletas dónde estaban las cosas de Olivia a su habitación anterior. Aún seguían las manitas pintadas con pintura de Olivia sobre la pared.

Respire ondo y trate de recordar que ella está todo el tiempo conmigo y que puedo sentirla siempre y todo aquí dolor paso en cuestión de segundos. Comencé a acomodar todo, sacando los juguetes de Olivia y dejamos los bien acomodados, peluches sobre la cama y una fotografía de Olivia.

Todo debía estar en perfectas condiciones, ahora que T/n no está debo ser fuerte y valiente. Olivia es lo único que tengo ahora, debo ser fuerte por ella, valiente para estar cada vez que me necesite.

Pero ¿qué es lo que estoy pensando? ¿Acaso estoy loco? Siento una gran confusión, solo en mis sueños puedo ver a Olivia reír y jugar, darme la mano y salir a pasear, cantar sus canciones favoritas y jugar siempre. Pero cuando despierto aún me siento bien, por soñar toda la noche con mi pequeña.

Tengo algo muy en claro, no dejaré de ir al cementerio para ver a Olivia, se lo prometí, no puedo romper la promesa. Ella me espera cada día con su juguete o una flor incluso. Me senté sobre la cama para recordar cada momento juntos.

Oli tiene mis ojos”

“Papá, no me atrapas...”

“Quiero un papá y una mamá como los de mis amigos”

“Papá...”

Es como si cada recuerdo sonará una y otra vez en mi cabeza. Cada risa de Olivia, cada grito, llanto y las veces que sonreía. Todas aquellas imágenes me invaden sin dejarme salir de la realidad.

Me recosté sobre la cama de Olivia para quitar mis zapatos y taparme con las cobijas que aún mantenían el aroma a perfume que usaba Olivia.

Cerré mis ojos esperando a poder consolidar el sueño, también soy un idiota, egoísta y mal padre. Nunca pregunté por ella, jamás busque a T/n y cuando finalmente la encontré no me tomé un tiempo para conocerla y luego pedir la custodia. Se la quita a T/n como si los años que estuvo con Olivia no hubieran valiendo ni un poco.

Todo se acabó




𝐌𝐢 𝐃𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐎𝐥𝐢𝐯𝐢𝐚 #2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora