—A nuestro modo... Todos somos Spider-man.
Todos los presentes guardaron silencio, en señal de respeto. Algunos globos con la cara del héroe volaron hacia el cielo y los corazones de las personas se apretaron, afligidos por la pérdida. En medio de la avenida principal, los niños, adultos y abuelos despedían al icónico justiciero que había protegido las calles de New York durante años: a Spider-man.
Desde lo alto de una azotea, dos adolescentes hacían lo mismo; cada uno a su manera. Peter, sentado en el borde del edificio, sostenía un globo con la máscara del héroe; observándolo en silencio. Mientras que Gwen, sentada a un lado suyo, solo veía a la multitud conmemorando al héroe.
Entre los dos, se podría decir que ella era la menos afectada. No porque no le importara, de hecho, lo hacía. Después de todo el adulto también era un Peter, y aunque no tenía parecido físico ni la misma relación que con el castaño a su lado, ciertamente le sentó mal. Una pequeña parte de ella sentía que había fallado de nuevo.
—Espero que estés bien. Sea donde sea que estés, otro yo.—El castaño soltó el globo y se perdió junto a los otros tantos en el cielo.
Gwen le regaló una pequeña sonrisa.
—Seguro que estará bien. Las buenas personas siempre lo están.
—Si... Desearía estar seguro.
Ella solo asintió, sin decir nada más. Prefirió dejar tranquilo al chico y que dirigiese la perdida por sí solo. Consideraba que esa era la mejor forma de afrontar los problemas: enfrentarlos tú mismo. Aunque, se veía más animado a comparación de antes. Eso siempre era buena señal
Sentados en la cornisa, observaron al sol esconderse en el horizonte.
—Sabes, Gwen. No pensé que tanta gente... Amaría tanto a Spider-Man.— Mencionó. Una pizca de alegría salió de él— Creo que el otro yo estaría feliz con esto.
—¿Por qué creías que no les gustaba Spider-man?
—B-Bueno—Peter se rascó la nuca, un poco indeciso sobre contar su vida o no— En mi mundo la gente no me aprecia demasiado, o eso creo. Todos saben mi identidad y han pasado cosas... No muy bonitas. No te lo conté antes porque lo olvidé, estaba distraído con otras cosas y ya sabes, no soy muy atento que digamos.
Ella soltó una pequeña risita.
—Esta bien, son tus cosas, no me molesta—dijo, entendiéndolo— Pero no creo que todos te odien, estoy segura de que has salvado mucha gente, incluida yo.
—Oye, no te salve solo te ayude.
—También cuenta.
Ambos sonrieron y continuaron compartiendo anécdotas, entre risas y halagandose el uno al otro. Eso le subió la confianza a Peter, lo suficiente como para que se atreviera a contar un poco más de su vida: desde el día en el que peleó con el buitre hasta aquella vez en la que quedó encerrado en un almacén en Georgia. Contó un poco sobre las aventuras que vivió siendo Spider-man
La rubia no se quedó atrás y también compartió un poco de su día a día: le habló sobre algunos de los villanos con los que peleó y sobre lo que hacía en su tiempo libre, a Peter le llamó la atención que estuviera en una banda junto a MJ. No estaba seguro si se trataba de la misma MJ que él conocía pero decidió guardarse las preguntas. Gwen parecía entretenida hablando.
Así hasta que ella tomó el valor para contar algo que había tenido guardado desde hacía tiempo, y para lo que quizás todavía no estaba lista, pero que necesitaba decir.
—Yo tampoco te conté algo importante, Pete.—Bajó la mirada y masajeó su brazo, un poco nerviosa— Yo... Ya te conocía de antes.
El castaño por un segundo se congeló. La sonrisa en su cara lentamente desapareció y su rostro pasó de felicidad a desconcierto. Gwen lo notó y al instante se arrepintió de hablar, pero ya no había marcha atrás.
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Peter Parker in the Spider-Verse
Fiksi Penggemar¿Existen otras personas arañas? Peter Parker estará a punto de vivir su aventura más loca y extraña probablemente. Viajando entre dimensiones por culpa de un portal que apareció de la nada y sé lo tragó... "¿Quien eres?" "Spiderman" ... "...