Peter Parker in the Spider-Verse

Capitulo 15: Mentor

Dentro de una cafetería modesta, en una mesa apartada junto a la ventana: el cuarteto arácnido debatía sobre qué hacer.

—Y entonces: ¡Boom! el colisionador empezó a volverse loco y yo salte a golpear a ese duende gigante y ento-

—¿Puedes pasarme la soda?—interrumpió el mayor, cortando la narración y señalando la soda grande al lado de Peter. El chico parpadeó y, decepcionado por no poder seguir hablando, le entregó la bebida—Genial.

Peter B. Le dio un gran mordisco a su hamburguesa, saboreando el queso cheddar y la carne; y un fuerte sorbo a la soda, tan refrescante y helada como recordaba.

—Amo estas hamburguesas, son una delicia.—mencionó con la boca llena, dejando escapar pedazos de carne y queso— En mi universo, este lugar cerró hace seis años. No sé porqué, este lugar es increíble.

—Oiga, ¿escuchó algo de lo que dijimos?—Gwen lo confrontó, apoyando las manos sobre la mesa y frunciendo el ceño. El adulto simplemente se chupó los dedos.

—Bueno, si tu amigo no hablara tanto. Tal vez habría escuchado algo de su larga historia. No me recordaba tan hablador y tonto.

— Estoy aquí...

Un mesero se acercó a la mesa y dejó la cuenta. Peter B. observó las tres cifras en el papel. Parecía mucho.

—Traen dinero, ¿no? No tengo mucha liquidez.

—Eh... Miles, traes dinero, ¿verdad?—La preocupación llegó a Peter.

El moreno enseñó su billetera, tranquilizando a todos en la mesa.

—¿Qué tal si nos concentramos?—Miles trató de poner orden—El otro Peter dijo que-

—¿No te la vas a comer?——Peter B. tomó la hamburguesa de la bandeja de Miles y se la llevó. Todos miraron al adulto con desaprobación—Te escucho.

—El otro Peter dijo que me iba a dar un entrenamiento. ¿Tienes algún consejo de Spider-Man que darme?—Miró a los otros dos— ¿Tienen algún consejo?

—Si, muchos: desinfecta la máscara, usa talco para beber en el traje; en axilas e ingles. No quieres que se te irriten.

Miles asintió no muy convencido y cambió la mirada al castaño.

—Eh, bueno. Intenta, ya sabes, no desobedecer las órdenes de los mayores y no confíar en extraños. En especial de los que llevan peceras en la cabeza.

Otra vez asintió, más extrañado incluso. Eso era demasiado específico. Por último buscó un consejo de Gwen.

—No sé... Trata de que tu mejor amigo no se vuelva un lagarto gigante. O no tengas amigos, eso también funciona.

El adolescente asintió y decidió no hablar más. No era un experto en ser un superhéroe, pero todos esos consejos no parecían muy útiles. Además, considerando que el más viejo de ellos no tenía intención alguna de hablarle y que los otros dos parecían un poco inexpertos dada su edad, tampoco podía esperar mucho más.

— ¿Y bien, ya viste donde es Alchemax?— preguntó el adulto, dando el último bocado a su hamburguesa.

— Si. Es un campus tecnológico privado en el valle del Hudson, New York.— respondió sin mucho entusiasmo, dejándose caer en su asiento. Entonces, una idea genial cruzó su mente— Oigan, ¿Y si me enseñan a balancearme de camino?

Dirigió su pregunta a toda la mesa, sonriendo y lanzando telarañas invisibles con sus manos. Los dos adolescentes se miraron y se encogieron de hombros.

— Bueno, no es una mala idea— Peter asintió, dándole el visto bueno.

— Si, no veo porq-

La risa del mayor de los tres los interrumpió, divertido por la ingenuidad de los niños. Esto solo le valió miradas molestas por parte del grupo, especialmente de Gwen. Aquel Peter estaba empezando a irritarla.