Prólogo

2.5K 126 0
                                    

Mochizuki Touya estaba preocupado, había estado pensando en ello desde el día que lo conoció.

Todo comenzó durante un viaje, cuando visitó la Tierra junto a sus esposas para buscar algunas ideas para sus magias o mejoras en el gobierno o el pueblo.

Habían ido a visitar Londres cuando tomaron un pequeño desvío y terminaron en una pequeña área llamada Privet Drive.

- Touya-dono, ¿Dónde estamos-degozaruka? - le preguntó Yae.

- Emm, no estoy muy seguro. Pero si sé que nos perdimos.

- Haaa, sabía que no debíamos dejar las indicaciones para el viaje en tus manos. - resopló Leen.

- ¡Que grosera! Solo fue un pequeño desvío, pero tal vez...

- Oh, ¿Qué es eso?

Todas vieron lo que Elze había señalado, era un restaurante, claro que solo eso llamaría su atención.

Las nueve chicas corrieron hacía el restaurante, dejando solo a Touya, que en ese momento se veía como un niño de 5 años.

Suspirando por las glotonas mujeres, comenzó a caminar para alcanzarlas antes de ver a un pequeño niño de cabello negro llorando sobre la acera.

- Oh, este, disculpa, ¿Te encuentras bien? - preguntó con no poca preocupación.

El niño alzó la cara mostrando sus ojos verde esmeralda llorosos y su expresión dolida y triste.

- N-no... N-nadie me q-quiere...

- ¿Y porqué dices eso?

- E-el T-tío Vernon me pegó otra vez... d-dijo que yo era un f-fenómeno...

Una punzada de ira asaltó a Touya, que se enfureció por un adulto llamando de esa forma a un niño.

- ¿Y porqué lo hizo?

- Porque dijo que por mi culpa su junta fue mal...

¿Su mal tratamiento a un niño era solo una forma de desquitarse por tener un mal día? ¡Que bastardo!

- L-lo siento por eso... Oye, ¿Cómo te llamas?

- Harry... Harry Potter.

Después de eso, Touya conversó más tiempo con el niño, tratando de calmarlo y hacerlo sentir tranquilo, aunque los sentimientos de ira no disminuyeron por toda la tarde porque cuando lo llevó a una dulcería, Harry dijo que nunca había podido comer un dulce porque su Tío Vernon había dicho que los monstruos no pueden comerlos, al ir al parque Harry jamás se separó de él diciendo que Dudley lo atacaría y finalmente lloró y lo abrazó con fuerza cuando dijo que tenía que irse.

Sintiendo la ira y el dolor por ver al niño así, Touya tomó una decisión y de su bolsa sacó un brazalete al que encantó para que Harry pudiera llamarlo si necesitaba ayuda.

- Mira esto, te lo regalo.

- ¿Enserio?

- Si, para que recuerdes que somos amigos. Además, si lo sujetas fuerte y me llamas, yo vendré rapidamente a verte.

- ¡Wow! ¿Pero como lo voy a conservar? Tío Vernon me lo va a quitar si lo ve.

- ¡Muy sencillo! Magia.

- ¿Magia?

- Si, para que no lo vea. Solo lo verás tú.

Y así era, aunque obviamente Harry no lo creía, pero le resultaba reconfortante que alguien quisiera ser su amigo y le diera un regalo.

- Adiós, Touya.

- Nos vemos, Harry.

Después de eso, Touya se reunió con sus esposas, las cuales habían visitado todo restaurante en la zona, y lograron llegar a Londres.

El Hijo del Gran Duque [Pausada Indefinidamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora