El Hijo del Gran Duque [Pausada Indefinidamente]

Capítulo 7: Navidad y Dragón

La navidad estaba a la vuelta de la esquina, lo que era resaltado por la nieve que un día dejó a Hogwarts dos metros bajo la nieve.

Todos estaban ansiosos por las vacaciones, y Harry no era la excepción. Le gustaba Hogwarts, aún con los constantes intentos del director de hablar con el o usar la Legeremancia contra el, pero también extrañaba a su familia.

- ¿Entonces donde pasarás tus vacaciones, Harry? - preguntó Hermione.

- En Japón - mintió el chico -, en la casa de Papá.

- ¿Enserio? Yo iré a Francia, tengo muchas ganas de visitar el distrito mágico del país, ¿Tú vas a visitar el distrito mágico japonés?

- ¿Eh?, si... Por supuesto... ¿Y tú, Trace? ¿Dónde irás?

- Iremos a Italia, con la familia de mi madre.

- Dejen de hablar y pónganse a trabajar, esas pociones no se prepararán solas. - reprendió Snape a los niños.

Cuando salieron de las mazmorras, vieron un gran abeto en medio del pasillo, dos enormes pies les indicaron quien estaba ahí.

- Hola, Hagrid, ¿Te ayudo?

- No, gracias Harry. Esta todo bien.

- ¿Podrías quitarte del camino? - preguntó Draco, en su típico tono de desprecio - ¿Qué haces, Mochizuki? Veo que sigues juntandote con la gentuza.

- Claro que no, siempre te he evitado.

Draco enrojeció de ira, pero se fue en silencio, pisando fuerte el piso.

- Fue más fácil que de costumbre...

- Chicos, vengan conmigo. El Gran Comedor se ve precioso.

Harry, Tracey y Daphne siguieron a Hagrid al Gran Comedor, dejando caer sus mandíbulas al verlo.

Estaba espectacular. Guirnaldas de muérdago y acebo colgaban de las paredes, y doce enormes árboles de navidad estaban distribuidos por todo el lugar.

- ¿Cuántos días les faltan para las vacaciones? - preguntó Hagrid.

- Solo uno. - respondió Daphne.

...............

Cuando iniciaron las vacaciones, Harry, Tracey, Hermione, Neville y Daphne abordaron el Expreso de Hogwarts.

A la llegada a King's Cross, se despidieron y cada uno fue por su lado, no sin antes prometer que se enviarían cartas.

- ¡Hey, Harry! ¡Aquí!

Harry sonrió al ver a Frey gritando y llamándolo, al parecer habían traído a todos.

- Frey, que gusto verte de nuevo.

- ¡También me alegro de verte! Pasar tanto tiempo sin que estes es malo para mí...

- ¿Porqué?

- No le hagas caso, esta loca ya sabes - interrumpió Kuhn -. Es bueno verte de nuevo, Harry. Espero que me hayas traído algo interesante.

- Bueno, logré copiar varios libros de la biblioteca, creo que te gustarán.

- ¡Que buen hermano! Gracias, Harry.

- Ya chicas, dejen a Harry en paz, debemos volver a casa.

- Bien.

Tomaron a Touya de las manos y este usó su divinidad para transportarlos a Brunhild.

Al llegar, los adultos fueron a la sala, mientras que los niños fueron a la sala de juegos.

Fue en la noche cuando toda la familia se reunió, pues era la hora de cenar.