No se si estaré loca lo cierto es que desde hace ya una semana esta niña se encargaba de retarme cada día, siempre trataba de robarme la atención de su padre, de desautorizarme frente a los empleados y de fastidiarme de cualquier forma por más tonta que fuera, sin embargo, admito que no había logrado que la odiara ni un poco, todo lo contrario me parecía encantadora y si bien por ratos quería golpearla, ese sentimiento era pasajero y desaparecía cuando la veía actuar de una forma más real.
Dos o tres veces la había espiado mientras hablaba con las chicas encargadas de limpiar la casa y era completamente lo contrario de lo que era conmigo, con ellas era sencilla, humilde y muy atenta les trataba con una camaradería y confianza que me dejaban claro que ella era una buena persona y que ese disfraz de malcriada solo lo utilizaba para irritarme y por supuesto que lo conseguía pero creo que no al grado que ella quería ya que cada vez me retaba más es como si hubiera querido que yo reaccionara para comprobar alguna teoría, pero en el fondo yo estaba segura que no lograría sacarme de mis casillas siempre he controlado muy bien mi carácter y una niña no iba a cambiar eso.
Por otro lado me preocupaba que Dionisio mi marido debía partir a un viaje de varias semanas y yo debía quedarme en casa como siempre pero esta vez estaría acompañada por Althea, esa mañana estábamos todos en la sala de la casa mi marido solo esperaba que el auto que lo llevaría al aeropuerto llegara por él, yo quería despedirme pero Althea no se le separaba ni un momento, y para ser honesta desde la llegada de esta niña a la casa las cosas entre mi marido y yo se habían puesto bastante frías, si bien antes no teníamos demasiada intimidad ahora con su hija en casa nuestros encuentros por las noches se dedicaban únicamente a platicar sobre como podría yo ganarme la simpatía de la niña.
El auto llego y mi marido se acercó a mi para darme un único beso en la frente mientras me dio de tarea no dejar que Althea trajera a ningún amigo hombre a la casa en su ausencia a lo que desde luego ella reacciono.
-Papá ni siquiera tengo amigas, menos voy a tener amigos, y si fuera así esta señora no es mi madre para vigilarme.
-Althea hija por favor, ya hemos hablado de esa actitud, no quiero que esta casa se convierta en un campo de guerra ahora que voy a estar ausente.
-Tranquilo papá eso no va a suceder.
Yo me limitaba a callar para evitar mayores discusiones, lo cierto es que aunque en ese momento yo temía que la guerra se desatara apenas mi marido pusiera un pie fuera de casa, pero, la realidad iba a ser completamente diferente, aún recuerdo lo primero que me dijo apenas estuvimos solas.
-Ahora si te voy a desordenar el mundo yo a ti.
-Te escuchas muy segura.
-conozco mis límites y de mi depende que no salgas a salvo de estos días (dijo mientras se retiraba de la sala)
-Althea ( le dije antes de que se fuera, a lo que ella volteo a verme ya que por lo general nunca me dirigía a ella directamente ) igual y ninguna de las dos sale a salvo de estos días.
Ella me miró unos segundos confundida, soltó una pequeña sonrisa y se marchó, yo la verdad no sabía muy bien a que se refería con eso de que ninguna iba a a salir a salvo pero necesitaba que supiera que fuera lo que fuera yo no me iba a dejar.
Aquella tarde el calor de verano era insoportable así que tomé un libro y me fui a sentar en una silla a la orilla de la piscina bajo la sombra de un árbol, como acostumbraba hacer cuando me encontraba sola, habrían pasado apenas unos segundos cuando pude escuchar la voz de Althea junto a mi.
-Mira nada más que tenemos aquí, a la dueña y señora de esta casa, leyendo para sentirse interesante e inteligente.
-Leo porque me gusta hacerlo niña( palabra que recalqué con un acento fuerte ya que sabía que le molestaba que la hiciera sentir como una niña inmadura) no para aparentar nada además no hay nadie aquí a quien deba impresionar.
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Barcos De Papel
RomanceAlguna vez te has enamorado de un pecado? Althea la hija de mi marido me llevara a conocer lo real que puede ser el pecado de amar a quien no deberías.