Los lunares de su cuello

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Esta niña sí que tenía un interesante juego de palabras a la hora de hablar, solo lograba hacer que sintiera más curiosidad por saber quién era realmente.

Paso un rato en el que solamente estuvimos ahí nadando sin decir mucho, el sol estaba realmente fuerte, podía sentir como quemaba mi rostro a pesar del bloqueador, la volví a ver y tenía la cara muy roja.

-Althea estas muy roja por el sol deberíamos salir.

 - ¿estas preocupada por mí?

-Solo no quiero que luego te arda la cara, eres muy blanca y tu piel no es tan resistente al sol.

-Sí ahí si tienes razón. (dijo mientras se dirigía a las gradas para salir)

yo fui tras de ella, salimos y nos sentamos bajo una sombra de un árbol. El silencio era un poco incomodo así que trate de hacerle conversación con lo primero que se me ocurrió.

-viviste bastante tiempo lejos de aquí me imagino que dejaste muchos amigos en donde estudiabas.

- Algunos pero, la verdad extrañaba esto mi familia y mis verdaderos amigos de la infancia están aquí. Hoy saldré con ellos. 

- ¿Hablaste con tu padre sobre esa salida?

- Por Dios no tengo 15 años para pedir permiso. y papá debe estar muy lejos ya.

En eso llevaba razón, ya una niña como para pedir permiso no era. Tomamos un jugo hablando de temas sin importancia de cierto modo por un rato Althea había bajado la guardia y admito que su compañía era agradable. 

-Me arde la cara (dijo de la nada) 

- Tiene que, estuviste mucho al sol y te quemaste la piel.

- Que me reproches no ayuda.

- Tengo una idea.

Me lente y con uno de los cuchillos que dejo la chica del servicio para que pudiéramos partir algunos limones para las bebidas corte una hoja de aloé vera que teníamos en el jardín junto a nosotras.

- ¿Qué vas a hacer con eso?

-Ya verás respondí.

Le quité las pequeñas espinas a la hoja, la partí a la mitad.

- ven dije (y le indiqué con la cabeza que se acercara.)

- ¿qué me vas a hacer?

- Tranquila nada malo. Hoy te has portado bien.

Se acercó lentamente no confiaba en mi era evidente. Cuando por fin estuvo completamente frente a mi clavo su mirada en mis ojos, no puedo mentir tenía algo intimidante y a la vez misterioso en su mirada y no sé por qué me gustaba sentir que se estaba acercando a mí. Tomé un pedazo muy pequeño de la planta con mis dedos y suavemente comencé a pasarlo por su rostro apenas sintió el contacto de aquel gel frio en sus mejillas reaccionó. 

- Se siente bien. 

- Lo se ves no era tan malo.

Se quedó en silencio se notaba que estaba disfrutando lo que hacía y en un momento cerró los ojos, había bajado la guardia, aunque fuera por unos momentos se veía tan rejada y tan tierna que no pude evitar aprovechar la cercanía para recorrerla con la mirada un poco más, su piel era tan suave, su boca humectada y con una forma perfecta. Su cabello largo aún húmedo escurría mojando los huesos resaltados de su clavícula, justo debajo de dos lunares que adornaban su cuello. Deberían escribirse libros sobre esos lunares que parecían pintados a mano. Mi vista rosaba el borde de esos senos blancos que me tenían embrujada.

- ¿Te gusta lo que ves? (dijo con una sutil sonrisa en sus labios)

Su voz me trajo de vuelta a la realidad no sé en qué momento había detenido el movimiento en mi nado lo que hizo por supuesto que Althea abriera los ojos y pudiera ver que estaba perdida en su cuerpo.

- Yo solo... veía que eres muy blanca (dije para tratar de disimular mientras retiraba el aloe de su rostro y me alejé apenada) con eso sentirás mejor el rostro.

- Claro. Gracias.

Se dio la vuelta y recogió el vestido que tenía en una silla.

- Me voy saldré y debo listarme.

Dio dos o tres pasos para irse cuando de pronto volteo y camino de nuevo hacía mi quedó otra vez en la misma posición que antes completamente frente a mí y de nuevo clavo su mirada en mí, pero esta vez no se quedó en mis ojos bajo descaradamente hasta mis pechos apenas cubiertos por mi pequeño vestido de baño y con una sonrisa pícara dijo:

- Por cierto, a mí también me gusta lo que veo. 

Y se retiró dejándome ahí por primera vez sin saber que contestar.




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