El Universo sobre Nosotras 1

134 20 5
                                    

Quien ha dicho que los miedos están hechos para enfrentarse de seguro nunca ha sentido ese hueco en el estómago, ese frío que te quema, de seguro nunca ha tenido ese miedo a perderlo todo por una noche bajo la luz de la luna.

Aquella noche tenía el alma atrincherada por la cordura, el deseo encadenado por la decencia y al corazón... a ese no hay quien lo pueda encerrar, a ese no hay quien lo pueda detener cuando golpea como un puto martillo desde adentro sin fijarse si construye o destruye.  Y de algún modo yo estaba segura de que a partir de ahora solo podría destruirme.

Aquel día por primera vez después de bastantes días Althea se había sentado a la mesa conmigo, debo admitir que me sorprendió bastante, ya ni siquiera la esperaba porque no acostumbraba a comer conmigo a ninguna hora. ya no discutía conmigo ni tampoco me trataba mal, sin embargo, su comportamiento conmigo era diferente, como si todo el tiempo me estuviera retando, como si estuviera a la espera de que hiciera algo mal. y admito honestamente que con esa sonrisa retadora que tenía podría haber puesto naciones a sus pies si se lo propusiera. 

Comió en silencio sin decir ni media palabra, ya me había acostumbrado a verla por la casa caminando con sus diminutos shorts grises y sus blusas negras flojas sin decir una palabra así que yo solo le seguía la corriente y la ignoraba o por lo menos eso le hacía creer a mis miedos que, aunque me controlaban no podían evitar que perdiera una mirada rápida en esas piernas tan blancas y perfectas. En mi defensa solo diré que no tiene nada de malo admirar la belleza de otra mujer.

Cuando terminó lo que había en su plato se levantó y se dirigió a mí se acercó más de lo normal, pero, como tenía habito de invadir mi espacio personal cuando iba a decirme algo no me extraño. 

Deslizo un papel doblado sobre la mesa de y sin decir nada se fue, yo me quedé viendo el papel   doblado por la mitad de color rosado lo cual me llamó mucho la atención esta niña realmente no podía ser más tierna, iba por la vida fingiendo ser la más ruda y me dejaba una nota en un papel que parecía de diario rosado perfumado y con unas flores que parecían cerezos impresas a los lados. Abrí el papel llena de curiosidad y con una letra bastante linda, pequeña y algo inclinada hacia la derecha decía: Esta noche te regalo el universo. y en la esquina derecha con la misma letra 10:00pm.

¿Qué quería decir? ¿acaso me estaba invitando a algún lugar? estaba bastante confundida, pero, la nota me había acelerado el corazón. Realmente quería saber de qué se trataba, necesitaba entender porque esa nota que si cualquier otra persona hubiera leído sin saber se podría mal interpretar.

Lo pensé unos minutos hasta que caí en cuenta estábamos en la misma casa a solo unos metros de distancia y yo no era una adolescente, así que me levanté y fui hasta su cuarto a pesar de que tenía bien claro que mi presencia no era bienvenida ahí, pero, esta vez era ella quien me buscaba de cierto modo.

Toque la puerta y sentía como el pulso se aceleraba en mí. 

-Francella... Hola (dijo extrañada como si no esperara que yo la buscara)

-¿ Qué quieres decir con esto? mi respuesta fue clara y directa mientras levantaba el papel que sostenía en mi mano derecha.

-Vaya no eres muy buena con las sorpresas.

-Las sorpresas. ¿de qué hablas?

-tranquila no es nada malo quiero mostrarte algo, solo ponte bonita algo cómodo no iremos a ninguna parte.

-¿Que me vas a mostrar?

-Dios, Vaya que eres mala para las sorpresas tu. si te lo digo no tendría gracias.

-Althea es claro que tu y yo no somos las más amigas como para esto así que creo que tengo derecho a preguntar.

-Mira no es nada malo, si quieres saber solo espérame en tu habitación a las 10 te iré a buscar trato de llevarme bien contigo podrías colaborar un poco.

Estaba realmente extrañada de su actitud, pero, también me sentía curiosa y algo más tranquila con ese "trato de llevarme bien contigo " que se le salió despreocupado como todo lo que ella decía.  

-De acuerdo, no haré más preguntas.

Ella sonrió de esa forma que yo no sabía descifrar aún mientras levantaba su ceja izquierda era una mezcla entre ternura y maldad como si tramara algo, sin embargo, decidí dejarlo así y esperar, así que sin responder su sonrisa solo incline un poco la cabeza hacía un lado y entrecerré los ojos un poco para dejarle claro que no le creía del todo lo que decía y me retiré.

-Por cierto (dijo con voz un más fuerte ya que yo ya me había alejado unos pasos) No me interesa en lo más mínimo ser tu amiga, solo para tenerlo claro.



Barcos De PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora