Monstruos

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Estaba en un punto en el que no sabía cuál versión de nuestra historia era la real, la de mi malvada madrastra, la de mi plan para ayudar a mi padre a liberarse de quien lo utilizaba, la de la niña inocente que se volvió loca y se enamoró de la mujer de su padre o la de la historia de la pareja de enamoradas más pura que algún día mereciera ser contada.

Mi mente repasaba a mil kilómetros de velocidad cada noche todo lo que me estaba pasando eran tantas cosas todas sin salida que había momentos en los que pensaba que me iba a volver loca, con mi padre no hablaba desde aquel día de la discusión, con Sara mensajeaba todos los días, aún no tenía el valor de contarle lo que había pasado con Francella y Francella ella no sé cómo se las había ingeniado para venir a mi habitación a dormir conmigo cada noche desde hacía ya una semana que todo pasó. Ella era demasiado linda conmigo me curaba la espada todas las noches y me acariciaba el cabello hasta que me dormía entre sus brazos varias veces incluso después de hacer el amor siempre esperaba a que yo me durmiera primero, era como si pudiera ver el caos que existía dentro de mi cabeza y no quisiera dejarme sola con tanta oscuridad.

Esa noche llegó a la hora habitual, creí que íbamos a dormir como siempre, me revisó la espalda.

-Ya está mucho mejor (dijo mientras me bajaba la blusa)

-si ya no me duele.

-Althea esta noche no puedo quedarme contigo.

- ¿qué? ¿por qué? 

-tu papá dice que una semana de consentirte y curarte es suficiente que no podemos olvidar lo que hiciste y que yo no soy tu madre.

-Entonces vas a dormir con él.

-No puedo hacer otra cosa.

-Vas a hacerlo con él?

-no, te prometo que no.

-y como podría creerte? si ya me prometiste eso una vez y no cumpliste. (recordar esto hizo que se me revolviera el estómago)

-las cosas no son tan así Althea.

-A no? ¿y entonces como son?

-Althea no pensemos en eso.

-No, ¿dime como son las cosas?

-Althea es mejor que no.

-Espera(en ese momento entre mis celos y mi insistencia pasaron por miente cosas que no se me había ocurrido antes) Francella él mi papá acaso... Te obligó? 

-Althea no vamos a hablar de eso ahorita.

-Si, si claro que vamos hablar de eso dime 

-no, de acuerdo él no me obligó se puso muy insistente y molesto si, pero no me obligó solo lo hice para que se calmara.

-es lo mismo.}

-No, no lo es. Pero ya eso pasó ya no importa el punto es que no va a volver a pasar esta bien necesito que te calmes y me dejes pensar que vamos a hacer dame unos días de acuerdo.

-Pero, prométeme que no vas a dejar que te haga nada que tu no quieras, solo grita y yo iré por ti.

-Tranquila mi niña hermosa yo voy a estar bien.

Dijo estas palabras, me dio un tierno beso en la frente y se marchó.

Se marcho dejándome sola con todos los demonios que se ocultaban dentro de mis pensamientos más profundos y fue entonces que de golpe todo comenzó a inundarme el alma, quería llorar pero, al parecer ya no tenía lágrimas, a estas alturas Francella ya me había propuesto salir de aquí irnos las dos juntas, a lo que yo solo me negué mientras le rogaba que no se fuera que no me abandonara. No me podía ir con ella sin que supiera toda la verdad de el porque comencé a tratar de enamorarla, pero, me faltaba el valor para decirle la verdad.

Tenía unas cuatro o cinco horas sentada en mi cama ya no podía con tanto dolor en el alma cuando un brillo debajo del ropero llamó mi atención, me levanté y fui hasta el me agaché y estiré la mano para alcanzar el brillo cuando lo hice pude sentir el pequeño ardor en la palma de la mano.

El pequeño fragmento del espejo que se quebró en mi espalda aún permanecía en el suelo, un hilo de sangre recorrió desde mi mano hasta el suelo y entonces ahí aún arrodillada en el suelo el dolor físico logró por unos segundos aplacar el dolor del alma fue en ese momento cuando los monstruos dentro de mi tomaron el control de mi vida.

Me levanté y me quité la blusa la tiré sobre la cama y me dirigí al espejo de la pared de mi cuarto traté de ver mi espalda y aunque fue un poco difícil pude ver que ya había sanado. Me quedé frente al espejo por varios minutos no podría decir el tiempo exacto estaba en una especie de trance podía ver mi cuerpo delgado mis senos pequeños cubiertos por un brasier negro y un short de un color amarillo pastel muy claro, aquella noche no llovía, pero había una tormenta dentro de mí, era tan fuerte el ruido en mi interior que nada lograba opacarlo, era tan intenso el sufrimiento y el miedo que yo solo quería calmarlo. Sostuve el pedazo de vidrio con fuerza en mi mano y desahogué cada sentimiento sobre mi muslo derecho podía ver y sentir la sangre caliente llegar hasta mi rodilla, el contraste de mi piel blanca con la sangre tan roja sumados al dolor por primera vez en mucho tiempo calmaron el ruido del mundo que algunas veces lo único que hace es golpearnos, y aquella noche por primera vez dormí sin necesidad de Francella a mi lado.

Hola quiero saludarlas y pedirles disculpas sé que tarde un siglo en publicar este capítulo pero, no fue fácil para mí hacerlo. Espero actualizar pronto gracias por todos los cometarios y msjs se les quiere!

Barcos De PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora