Podía sentir su respiración directamente sobre mis labios, un leve olor a vino que me embriagaba, aunque no tanto como lo hacía la sensación de sus dedos delgados sobre mi mano.
Después de estar un rato recostadas Althea se levantó y sacó una cesta con algunas cosas de comer nada fino y eso si u vino bastante caro que de seguro había sacado de las cosas de su padre.
-Yo no voy a tomar (le dije mientras me ofrecía una copa)
-Vamos solo será una y se te bajará de inmediato cuando bailemos.
-Es que vamos a bailar?
-Aja claro que sí.
-En ese caso si dame esa copa que la voy a necesitar.
Ambas reímos, y así pasamos un rato hablando bromeando por todo y por nada mientras comimos y tomamos el vino. Yo en realidad solo me tomé una copa, pero, ella si llevaba ya algunas más.
-Es el momento perfecto
Me dijo cuando era casi la una de la madrugada de aquel 04 de abril que recordaré el resto de mi vida.
-El momento perfecto para qué?
-Para bailar.
Subió la música que tenía de fondo me tomó la mano y sin pensarlo mucho se puso a bailar debo admitir que de un modo bastante gracioso yo traté de seguirle el ritmo al principio con dificultad, pero luego comenzó a sentirse muy liberador era como si solo nos moviéramos para olvidarnos de todo y realmente funcionaba, cada canción que pasaba me hacía sentir menos yo. Era como si estuviera en algún lugar donde nadie podía juzgarme, donde nadie podía vernos.
Luego de un rato me dijo que no podía más, estaba cansada. y se tiró sobre las almohadas que había en el viejo barco. yo me senté frente a ella estaba realmente hermosa. Toda chinita por el licor que había tomado era obvio que no estaba acostumbrada.
-Creo que será mejor que volvamos a casa Althea es tarde.
Tan pronto como las palabras salieron de mi boca la acción de ella no se hizo esperar. No esta noche no, no volvamos a casa todavía, está noche no. Me dijo esto casi como si suplicara que me quedara mientras corrió a sentarse a mi lado.
-Porque no? ¿porque esta noche no? que tiene esta noche de especial Althea?
Ella acercó su cuerpo aún más a mí, yo estaba sentada en el suelo del barco con las manos a los lados puestas sobre la madera vieja y en ese momento pude sentir como puso su mano sobre la mía, sus dedos eran tan delgados y sus manos estaban tan frías, sus ojos brillaban de una forma diferente. y así con la mirada más tierna que jamás le había visto fija en mí me dijo:
-Esta noche moriría por vos.
En ese momento sentí que la respiración se me volvió pesada y un escalofrío extraño me recorrió todo el cuerpo, como esos que sientes cuando tu pareja favorita de la serie que estás viendo por fin se dan su primer beso.
La distancia entre nosotras lentamente se hacía más pequeña Podía sentir su respiración directamente sobre mis labios, un leve olor a vino que me embriagaba, aunque no tanto como lo hacía la sensación de sus dedos delgados sobre mi mano. Casi podía sentir sus labios sobre los míos y me encantaba lo que me estaba provocando. Estaba perdiendo la cabeza, no sé si era su voz, si era el licor, el color de sus ojos o las luces de la habitación. Entonces reaccioné y recordé de golpe el mundo que nos rodeaba y del que no podíamos escapar, el mundo y la vida que yo había elegido, mi mundo. y cuando ya ella no podía moverse un centímetro porque entonces hubiéramos estado en un punto sin retorno, ahí en ese segundo que te puede cambiar el mundo justo ahí puse mi mano sobre su pecho y la empuje hacía atrás.
-No.
Fue lo único que mi voz temblorosa alcanzó a decir antes de levantarme y salir corriendo de ese lugar.
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Barcos De Papel
RomanceAlguna vez te has enamorado de un pecado? Althea la hija de mi marido me llevara a conocer lo real que puede ser el pecado de amar a quien no deberías.