INEFABLE [Yang Jungwon]

006

"Ahora me toca sonreír como si no hubiera pasado nada, como si no me hubieses roto el corazón"

Desición.

Agosto 20 del 2020.

Pov jojo.

Maldición, me encontraba realmente entre la espada y la pared, si aceptaba el trato de mamá, podía estudiar lo que yo quería y hacer lo que siempre quise, pero si no lo hacía, posiblemente tenga que estudiar arquitectura, pero al menos tendría a jungwon... las dos opciones tienen algo bueno, pero también algo malo.

Ya habían pasado nueve días desde la cena y hasta ahora no había cruzado palabra con Jungwon, ¿el por qué?, mamá me obligó a pasar tiempo con HeeSeung, y lo peor de todo es que Jungwon no había hecho ni un intento en hablarme o acercarse a mi.

Y en cuanto a HeeSeung, la verdad no era como lo pensé, lo imaginaba como un tipo creído, mimado y que solo quiere el dinero de sus papis, pero era todo lo contrario, incluso me atrevería a decir que me la pase bien esa noche.

•••

—Cariño acércate —habló una señora con flequillo.

Vi a la dirección en la que veía y vi a un chico muy alto caminando hacia nosotros con elegancia.

—Muy buenas noches familia Park, soy HeeSeung el futuro esposo de su bella hija —saludo y su mirada se dirijo a mi —. Tú debes ser Jojo.

Asenti sin ganas, era atractivo, pero Jungwon lo era más.

—Bien, hay que ir al comedor a cenar —habló ahora el señor Lee y lo seguimos.

Después de terminar de cenar y que nuestros padres empezaran hablar de negocios, mi madre dijo que saliera con HeeSeung para que lo conociera más.

Fuimos al gigantesco patio trasero, él se sentó en un pequeño banco y me llamó con la mirada.

—¿Que quieres? —le pregunté.

Se sorprendió por mi actitud —Bueno, al menos sé que eres obligada a hacerlo.

Sí.

—Supongo que tú también —le dije ya asintió.

—Te ves hermosa, mamá me había dicho que eras bonita, pero no imaginé tanto —me dijo coqueto.

¿En serio creía que iba a caer con sus estupidos cumplidos?

—¿Sabes que no me casare contigo,  verdad? —le pregunté.

Se paro del pequeño banco y me miró.

—¿De que hablás?, ¿cómo que no te casaras conmigo? —me preguntó algo desesperado.